Sus ojos ya no están más húmedos, siguen hinchados pero secos.
—Tal vez me quedé sin lágrimas... Genial —murmura en la soledad de su habitación. Con pesar levanta su cuerpo y se arrastra fuera de la cama. No le interesa la hora ni que día era. Ni siquiera recordaba si tenía trabajo o estudiaba, con suerte recordaba su nombre.
Sale de su habitación sin mirarse en el espejo. Era un hábito en Kibum mirarse en el espejo de pie al lado de su puerta, le gusta ver qué sus facciones seguían perfectas y enorgullecerse de sus curvas escondidas bajo sus ropas, pero ya no lo hacía más, no desde que sabía —o al menos suponía— que su rostro era un desastre al igual que su cabello.
—Vaya, hasta que te levantas. —La voz aguda en forma de reproche hace que el Kim de un salto golpeándose la espalda contra la pared del corredor que daba a la sala.
—¡Taemin! ¿Qué haces aquí tan temprano?
—Son las 4 de la tarde —dice el rubio.
—¿Y? —La pasividad del pelinegro molesta un poco a Taemin.
—Kibum... Key... No sé que haya pasado pero no puedes seguir así. No respondes las llamadas, no abres la puerta. No sabemos si estás vivo o no —pronuncia haciendo notar su enojo.
—¿No crees que es por qué no quiero que me hablen? No quiero saber nada.
El chico va lentamente al sofá y se tumba recogiendo las piernas para abrazarlas.
—¿Osea que no te importa que tus amigos se preocupen? ¿No te importo yo? Sabes que si necesitas hablar de algo o tal vez el maestro Lee...
—No —dijo rotundo interrumpiendo a su amigo— no quiero saber nada de él. No me lo menciones si quieres seguir aquí.
—Está bien —suspira— Pero si sabes que si ese maldito te hizo algo entonces le diré a Minho y Jonghyun que le den su merecido —dice con el ceño fruncido y un puchero marcado.
La expresión tierna nada amenazadora del Lee logra sacarle una risita a Kibum.
—Solo... Ya no quiero saber nada. Él no existió, solo hagamos como que no lo conocemos. Por favor —usa un tono un tanto suplicante a lo que Taemin no puede negarse, sabe que lo único que puede hacer es obedecer la petición hecha por el testarudo Kim Kibum y esperar que la herida que dejó Lee Jinki no sea tan profunda.
—¿No estás cansado de mirar lo mismo una y otra vez? Solo decídete por algo y ya.
—Aish... Mírate ahí bufando como niño aburrido. No puedo solo comprar una y ya. La ropa es muy importante, Minho. Además, ya sabías que haríamos esto, debiste ir con Taemin.
—Taemin y el dentista no son buena combinación. Termino con arañazos y moretones desde que entra hasta la anestesia —se queja el alto tiritando de falso miedo sacándole una sonrisa a Kibum.
—Está bien. De nada, te salvé del monstruo Taeminnie. —Ríe fuerte llamando la atención de aquel hombre de espalda ancha que se asoma por uno de los anaqueles.
El maestro Lee se acerca a los chicos con una sonrisa formándose en esos labios carnosos que derriten a su alumno, una sonrisa hermosa que lastima a Kibum —pues a pesar de que dos semanas han pasado desde que lo echó de su departamento sabe que aún su corazón se acelera emocionado—, él deja de reír y su cara empalidece, esto alerta al Choi que gira bruscamente encontrando a la pesadilla de su amigo.
—Minho... —Pronuncia Jinki sin dejar de sonreír.
Pero el nombrado solo se limita a asentir como saludo y jala a Key al lado opuesto. El Kim sigue paralizado y pretende no reaccionar, porque sabe que si lo hace será más que un mar de lágrimas, un océano quedaría chico.
Lo peor es que sabe que su relación con Jinki no era un juego, no para él al menos. No es solo un capricho que pueda superar en unos días o unas semanas, sabía que eso le dolería más que lo que pudiera imaginar.
—Gracias por pasar el rato conmigo. —Sacude la mano despidiéndose de Minho mientras en la otra sostiene una cantidad algo excesiva de bolsas de compras—. Dile a Taemin que lo llamaré después.
La salida después de eso se acortó, un par de tiendas más y ambos se despiden con una sonrisa —bastante falsa por cierto— pero ambos igual de tensos y preocupados. El morocho porque sabe que ese "bienestar" de Kibum después de ver al profesor Lee es mentira, y Kibum por su parte está preocupado de que sus lágrimas no puedan contenerse hasta llegar a la intimidad de su departamento.
A ese punto su respiración ya era lenta y profunda.
—Cálmate Kim Kibum, no puedes derrumbarte. Ese maldito no lo vale— murmura para si saliendo del ascensor pensando en voz alta, aunque no tanto como para que sus vecinos se enteren que era un ser patético sufriendo por amor.
—Ya sé que soy un maldito que no vale tu dolor... —Pronuncia a unos metros esa voz dulce pero está vez triste, cómo tantas veces desde el último mes.
ESTÁS LEYENDO
ENAMORADO DE MI PROFESOR 2 (Onkey)
FanficSegunda parte de "ENAMORADO DE MI PROFESOR" Kim Kibum sabe que enamorarse del profesor Lee, que además está comprometido, no fue la mejor idea; pero Lee Jinki tenía toda la calidez que el corazón de su estudiante necesitaba. Ahora deben luchar contr...