Capítulo 28. "Juicio. Parte I"

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     Alemania, 24 de abril del 2019.

     Bella.

      Hoy es el día y tengo miedo.

      Las cosas se han complicado desde la última vez que estuvimos todos en el sótano. Ciertamente, algunos se lo tomaron a mal, como James. Ha decidido mantener distancia y limitarse a cumplir con su trabajo vía remoto, pero hoy debe venir a cumplir con su trabajo. Micaela, Annie y Violetta tampoco están contentas con mis acciones, se puede notar su rechazo hacia mí.

      Sé que haber interrogado a todos de esa manera no fue lo correcto, pero no quise hacerlo de otra forma. Llevo cuatro días analizando con un equipo de expertos todas las cintas de grabaciones, y no he podido encontrar algo que pueda exprimir.

      Esta situación me está superando como persona. Me considero una mujer fuerte, pero las cosas se están saliendo de control y no hay nada que pueda detener el torbellino que está a punto de llegar a nuestras vidas.

     Mi cordura depende de la decisión del juicio.

      Droka, Damián y Micaela serán los testigos de Marco. Mijaíl se ha dedicado a practicar con cada uno el testimonio ante el jurado. Aunque no es un simple testimonio, el abogado del demandante tiene derecho a interrogarlos en la corte, lo cual puede usar en su contra, si dicen las palabras inadecuadas.

      Lamentablemente, no puedo asistir al juicio. Ha sido cerrado al público y nadie puede entrar, al menos que pertenezca al equipo de seguridad o los involucrados.

- Nunca pensé volver a verte en traje, Droka – Marco lo molesta mientras le ajusto la corbata.

- Nunca pensé entregarme ante la policía – lo empuja, rompiendo cualquier tensión – ¿Alguna vez pensaste volver a toparte con nosotros, Mica? – Droka se voltea.

- Nunca imaginé la posibilidad de volver a verlos – se lamenta. Tiene un sofisticado traje femenino, le da la apariencia de una mujer de negocios –, pero debo admitir que me agrada participar en esto.

- Eso sí que me sorprende – lo sonrío. Camino hacia ella para acomodarle algunos cabellos rebeldes –. Gracias por hacerlo.

- Tranquila, Bella – toma mis manos, mostrándome un poco de afecto –. Cuando discutimos dijiste algo muy cierto, debo dejar de huir de la realidad de mi pasado.

- Si la prensa enloquece contigo, prometo darte la seguridad necesaria para que tu espacio no sea invadido – la abrazo sin importarme que siga molesta conmigo.

- ¿Nos vamos? – Damián entra a la sala, preparado para irse.

      Todos salimos de la oficina y caminamos hacia la puerta de la casa. Mijaíl nos espera con su maletín en mano. Andros está al lado de él, sosteniendo otro maletín.

- ¿Listos? – Mijaíl pregunta y todos asentimos – Recuerden, Mica irá primero, luego Damián y por último, solo si es necesario, Droka. Eres nuestra arma secreta, así que debes esperar al primer descanso. Andros se quedará contigo en la sala de espera y tendrán protección por si el maniático del demandante decide hacer una jugada sucia.

- Ya está haciendo la jugada sucia – responde Andros –. Me encargaré de que a Droka no le suceda nada.

- Perfecto – exhala –, hagamos esto – Droka sale por la puerta de la sala, al igual que todos.

     Marco me abraza con mucha fuerza, coloco mis pies en punta para alcanzar sus labios. Sus dientes toman mi labio inferior, succionándolo en su boca. Su lengua entra despacio, dispuesto a llevarse un beso lleno de ansia y deseo. Sus manos presionan mis glúteos y yo enredo mis dedos en su cuello. El beso definitivamente no es suficiente, pero él se aparta para poder subir a la camioneta.

DesaparecidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora