Capítulo 1

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Omaha, Nebraska

Camille

Cinco años pasaron desde la muerte de mi familia. Intenté matarme, pero no tuve valor para hacerlo.

Dos años pasaron de que dejé los estudios. A estas alturas tendría que estar en la universidad estudiando abogacía, como lo querían mis padres, pero tampoco tuve el valor de aguantar las burlas de mis crueles compañeros, una de las razones para dejar la escuela. Otra fue por mi bajo rendimiento, decisión mía no de ninguna autoridad del establecimiento.

Diecinueve años y trabajando en un bar de mala muerte con borrachos alegres, depresivos, agresivos y pervertidos.

Tres años aguantando toqueteos indebidos y chistes de mal gusto. Aguantando el mal olor de algunas personas. Aguantando al estúpido jefe, nuevo de hace dos años, que se cree que soy una puta barata, como otras camareras. Jack Gilinsky con diecinueve años, es el jefe más pervertido que tuve jamás. Al cumplir él los dieciocho ha heredado "Tom' s bar", bar de su enfermo padre.

Mi virginalidad es inexistente por una estupidez. A los dieciséis años quería ser aceptada entre mis compañeros, y no me importaba si tendría un perderla con un pobre diablo. Cosa que hice. No fue placentero. Le había dicho que me dolía pero a él no le importó. Debí saber que detrás de esa sonrisa había algo horrible. Lo peor es que aquel pelirrojo llamado Troy me ha grabado, de ahí las burlas. Él ha hecho que no pueda ni acercarme a un hombre, sexualmente. De ahí el hecho de rechazar a Jack. Aunque ni por mil millones de dólares me acostaría con él solo para que suba la miserable paga que recibo. Si bien no me importa ya lo que pasa con mi vida, no voy a tener sexo con cualquiera.

Hoy era el día de paga, hoy tenía que enfrentar a Jack.

En el espacio reducido que tenemos como versuario tomó mi bolso y sacó un buzo y unos jeans, me los colocó encima del uniforme casi inexistente. La mayoría, todas, de mis compañeras no se traen ropa extra. Tal vez al salir de aquí salgan a buscar una esquina desocupada. No es que sea mala, cualquiera pensaría eso sí las ve recortarse el escote para que se noten sus pechos y maquillarse hasta que tengan que volver a comprar maquillaje. Otra teoría es prepararse para el jefe y que les aumente la paga, o no. Esta teoría podría ser confirmada por mí por escuchar los gritos, para nada disimulados, de las rubias con más raíces que una planta del Amazonas. Y aún así Jack quiere follarse mi feminidad. Tal vez sea una especie de reto para él. Reto o no me importa un carajo. Tendría que ser respetada como la mujer que soy, aunque la última vez que fui tratada de esa forma fue a los catorce, un día antes de la "masacre" como la llamo yo.

-Camille, entra. - dijo Jack. Levantándome del pequeño banco que se encontraba en el vestuario. Ya habían pasado dos horas, siempre soy la última en irme de aquí.

Caminando como si llevará un peso muerto fui hasta su oficina. Puede que esté llevando un peso muerto, mi alma está muerta, al igual que mi familia.

Killer  |Sam Wilkinson AU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora