Capítulo 21: La rutina en la empresa

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  El cansón de Don Hermes sospecha que hay algo más en el gran interés de Armando en llevar a su "prístina hija" a Venezuela y quiere investigar de cerca para decidir qué hará.

Don Hermes se despertó el lunes y se propuso llevar a su hija, en su coche a Ecomoda: primero porque quería analizar con Nicolás cómo iban los problemas financieros relacionados con el pago de impuestos de Terramoda y las obligaciones de Ecomoda con Terramoda, ya que se sentía particularmente comprometido con el Doctor Roberto Mendoza. Para él era un honor. También quería conocer más de cerca la planificación financiera que estaba desarrollando Nicolás en relación a la implementación de las franquicias. Pero, Betty estaba segura de que su padre estaba allí para vigilarla de cerca y asegurarse de que no hubiera ningún plan para que ella y Armando estaren juntos en Venezuela. Era una forma de asegurar lo inevitable tanto como fuera posible: el deseo de que Betty y Armando estuvieran juntos.

Ese día, Betty se sintió muy diferente: después de soñar toda la noche con Armando, no podía esperar a verlo. Eran sueños muy diferentes a los que tenía cuando aún era inalcanzable Ahora incluso podía oler su sudor, mezclado con su loción. Ya no eran los sueños típicamente románticos e inocentes que solía tener con él. como tu príncipe donde bailaron, abrázalo. ¡No!

Soñaban que si ella le confesaba le harían sonrojar la cabeza de la cabeza a los pies, sobre todo si él la miraba y le daba una sonrisa traviesa con sus hoyuelos y si decía: "Mi picarona" acompañado de una propuesta: "¡Hagamos todo esto ahora mismo!"

No le faltaron las ganas y con solo pensarlo, el calor invadió su cuerpo y pudo sentir que sus mejillas estaban rojas aun sin verlas, porque estaban ardiendo.

¡Pero tu padre tuvo que venir a Ecomoda! Sabía que esto iba a suceder tan pronto como supe del viaje a Venezuela. Sospechaba, tal como lo había sido cuando se convirtieron en amantes. Toda la confianza que Armando ganó con tanto esfuerzo pareció desmoronarse en el bluma. ¿Qué podía hacer yo al respecto, excepto ser paciente y pedirle a Dios que lo duplicara por Armando?

Poco después de la llegada de Betty, llegó Armando y y fue directamente a sala de la Presidencia, pues la echava de menos:

-¿Hola, cómo estás mi amor?

-¡Muy bien! ¡Mejor ahora que llegaste, doctor! -Besito

-¡Buenos días, Dr. Mendoza! ¿Cómo estás?

-¡Buenos días, Don Hermes! -Armando rodó los ojos -Estoy bien y usted?

-¡Muy bien!

Don Hermes se retiró a la cueva, tratando de escuchar algo, mientras continuaba su trabajo

-¡Bueno, Betty! Voy a mi oficina, ¡muchas cosas por resolver! Muchos inversionistas de varios otros países de América Latina están interesados no solo en implementar franquicias, sino también en proponer asociaciones con sus marcas!

-¡Así que tendremos mucho trabajo! - risa de Betty

-¡Siento ser tan competente! -dijó Armando, em broma

-¡Tengo un buen socio! (da una carcajada y un guiño de ojo) (beso desde lejos)

-Mi padre dijo que estaba sorprendido, pero sabíamos que el proyecto de rehabilitación era bueno, ¿no? -dijo Armando

Ella asintió.

-Ecomoda es una empresa sólida y bien formada, ¡no se acabaría por las tonterías de cualquier ex presidente irresponsable!

-¡No hables así de usted, Don Armando!

-¡Sí, con mi nerviosismo cambié mis pies por mis manos y no te escuché! Podríamos haber evitado todo eso ...

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