Capítulo XX: Nueva identidad

2.1K 125 25
                                    


Mi nombre es ____ Schmidt, vengo de una familia alemana que vivía en Sokovia, mi familia huyó de nuestro país de origen porque el Capitán América había matado a mi abuelo y lo acusó de ser un nazi que experimentaba con personas, desde ese momento mi familia fue exiliada y perseguida. Cuando llegamos a Sokovia, mi familia se volvió amiga de los Maximoff, un día nuestros hogares estallaron por una bomba Stark, solo sobrevivimos Wanda, Pietro y yo. Habíamos jurado vengar la muerte de nuestros padres de Tony Stark, nos apuntamos a un experimento científico que buscaba elevar nuestras habilidades, sabíamos que debíamos hacer eso porque Stark estaba con un grupo de seres repugnantes llamados los Vengadores, si queríamos acercarnos y matarlo, debíamos ser fuertes, se hacían llamar héroes, pero destruían todo a su paso, se creían dueños del planeta. Hemos estudiado a cada uno de ellos, sus perfiles y sus miedos, pronto seria hora de encargarnos de ellos, al menos eso fue lo que me dijeron, no recordaba nada, después de la última prueba.

Strocker me asignaba misiones a escondidas de los Maximof, él quería que explotara mi potencial ya que aún no llegaba al nivel de Wanda y Pietro, asesiné a mucha gente que había traicionado nuestra lucha, que quería exponer todo lo hecho por Strocker.

Un día fui a una misión en Bruselas, después de terminar con lo requerido por Strocker, decidí dar un pequeño paseo antes de volver al encierro, caminé hasta que me jalaron del brazo para guiarme a un callejón, su agarre era muy fuerte.

- ¿Me recuerdas? – me preguntó un hombre de ojos azules de cabello castaño largo muy guapo con barba y bigote.

- ¿Te conozco? – pregunté confundida, pero a la vez coqueta.

- Digamos que sí, pero no me presente – me extendió su mano – mi nombre es Bucky Barnes – la tome con cierta desconfianza – y ¿el tuyo?

- Mi nombre es ____ Schmidt – me miro confundido.

- ¿estás segura? Creí que era – pensó por un momento – perdón, olvida lo que te dije, tengo muchos recuerdos cruzados, entre ellos está tu rostro, pero me alegra que hayas podido escapar de ese infierno.

- No le diría así – decidí aprovechar la oportunidad para pasarla bien – bueno ¿quieres beber algo? Mi vuelo sale en dos horas – dije coquetamente, él sonrió.

- ¿A dónde iras ahora?

- A Sokovia.

- Que coincidencia, es mi siguiente parada, creo que aceptaré esa bebida – sonrió.

Fuimos a una tienda y compramos cerveza, fuimos a alguna azotea de un edificio y empezamos a conversar, él me dijo que no tenía idea de nada, que todo era confuso, que tenía recuerdos pasados de otra época, de trabajar para H.Y.D.R.A., mencionó el nombre de Steve Rogers, traté de ocultar mi molestia al escuchar ese nombre, me mostró su brazo y sentí pequeños punzones en mi mente, pequeñas imágenes vinieron donde estaba él solo que con el rostro cubierto por la mitad, pero nada más, yo le conté de mis viajes, solo que alteré totalmente la verdad, más que nada por su seguridad, no iba a decirle que iba por ahí asesinando personas, él también me contó sobre las ciudades donde había ido, pasamos un momento agradable, después de ello partí a Sokovia, él iría otro día, me dijo que si lo veía pertinente me buscaría, sino no.

Un día Strocker nos dijo que podíamos ir a vivir a fuera de sus instalaciones, pero que nos estarían vigilando por nuestra seguridad. Aprovechamos ese tiempo en ayudar a la gente de Sokovia, haciendo colectas, toda esa experiencia me permitió conocer más a Wanda y Pietro, ya que todos los recuerdos antiguos se habían desvanecido de mi cabeza, Pietro era muy coqueto, siempre había una chica saliendo de su habitación por las mañanas, en cambio Wanda era más reservada, le gustaba ver series, a veces las veíamos juntas, pero en general, teníamos una buena relación.

Había salido a dar una vuelta nocturna y me volvieron a jalar del brazo, por la fuerza supuse que era Bucky y no me equivoqué, fuimos nuevamente a comprar algo para beber y comer, en el camino conversábamos sobre temas triviales, lo llevé a casa, estuvimos bebiendo un poco mientras me contó cómo había hecho para llegar a Sokovia. Era un chico muy atractivo, así que decidí tomar la iniciativa y lo besé, él me correspondió, fuimos besándonos hasta mi habitación, empujé a Bucky contra mi cama mientras lo besaba y nos desvestíamos, él empezó embestirme de manera fuerte y rápida, yo gemía fuerte mientras tenía mis piernas alrededor de su cintura, él apretaba con su mano en mis muslos mientras que su brazo de hierro estaba apoyado en mi pared, mientras fuerte me lo hacía, golpeaba la pared hasta que hizo un hueco en ella justo al momento de ambos alcanzar el clímax, estaba recostada en su pecho mientras él acariciaba mi espalda delicadamente.

- Al fin se callaron – dijo Pietro asomando su cabeza por el agujero.

- Largo de aquí – le grité.

- Estoy en la cocina, no ahí, pero cuando quieras sabes que puedes llamarme – guiñó el ojo para no verlo más, rodé los ojos y volteé a ver a Bucky, él solo sonría.

- No lo culpo – me besó – tenerte cerca y no poder ya sabes – reí, me volvió a besar para volver a estar juntos, descansamos un momento – lastimosamente, debo irme, solo estaba de paso por aquí por ti, en realidad – sonreí.

- Entonces ¿Cuándo te volveré a ver? – dije mientras nos vestíamos.

- Pronto – me respondió – sabes que por todo lo de H.Y.D.R.A., está peligroso por ahora y debo mantener un perfil bajo.

- Lo sé – le sonreí – no te desaparezcas tanto – dije colocando mis brazos alrededor de su cuello.

- Claro que no – me dio un suave beso.

- Búscame cuando vuelvas.

- Claro que lo haré, hermosa, no lo dudes – dijo para volver a besarme y después salir con rumbo desconocido. Después de unos minutos, salí a la cocina para prepararme algo para cenar.

- Debes arreglar ese agujero – dijo Pietro a mis espaldas.

- Con un poco de yeso, estará listo, no te preocupes.

- ¿Tu super amigo se fue? – preguntó acercándose a mí.

- Si, pero volveré a verlo pronto – dije mientras colocaba otra lamina de tocino a mi sándwich.

- Yo puedo hacerte compañía mientras lo esperas – me tomo por la cintura.

- Sabes muy bien porque no – le sonreí coquetamente – no tacharás mi nombre de tu pequeña lista – pegué mi cuerpo al de él – y seguirá así por mucho tiempo – susurré en su oído, automáticamente tomo mi rostro y me beso, me tomó de la cintura y me sentó en la mesa para que lo envolviera con mis piernas, él acariciaba mis muslos con una mano y con la otra me tomaba de la espalda y me pegaba a él, yo lo tenía del rostro.

- A dormir – escuché la voz de Wanda, hizo un movimiento con sus manos y Pietro cayó dormido al suelo, lo movimos al sofá, volvimos a la cocina – eres un caso perdido, ___ ¿lo sabes?, bueno y este también – señaló a su hermano – si quieren tener sus cosas, por favor avísame, para huir de aquí – rio.

- Bueno sabes muy bien que no pasaría nada más con tu hermano.

- Eso no parecía nada.

- Solo fue un beso, no quiero que Pietro se haga ilusiones – le respondí mientras partía mi sándwich a la mitad y se lo ofrecía a Wanda, ella aceptó – por más que diga que solo quiere pasar el momento, sabemos que busca algo más en mí y no soy la mujer que él necesita.

- Sabes que eres como mi hermana, estando o no estando con Pietro – me sonrió – he aprendido a valorarte mucho, eres una buena persona.

- Gracias Wanda – le sonreí y empezamos a comer.

ME HACES SENTIR VIVO (Steve Rogers & tú) (Steve Rogers y tu) EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora