Ya no había vuelta atrás
Ya todo estaba planeado, se podían oír sus pasos acercándose por el oscuro pasillo, al igual que el retumbe de la música y sus amigos gritando emocionados, sin saber lo que en unos segundos ocurriría unos pisos arriba.
Él en su habitación con los nervios corriendo por todas las células de su cuerpo como sí de una montaña rusa se tratase, sus músculos se tensaban cada vez que oía los pasos aún más cerca de la puerta, el sentimiento de culpa carcomiéndole.
Con el corazón en la mano palpitando a mil por hora quería arrepentirse, levantarse de esa posición comprometedora y olvidar ese estúpido plan, pero ya no había marcha atrás, quería llorar de frustración pero... hasta él sabía que lo que estaba haciendo era la mejor decisión.
La chica que estaba debajo suyo con sus manos temblando en sus hombros, con las piernas a cada lado de su cadera y sin querer tocarlo mucho más estaba igual o peor que el, no lo podía creer ¿Cómo le podía hacer eso a su mejor amigo? Aunque estuviera actuando, sentía las lágrimas luchando por salir, su cuerpo ansioso de culpa y su nerviosismo cada vez más notorio.
Sus respiraciones se detuvieron simultáneamente y el palpitar de su corazón atravesó sus oídos con fuerza al escuchar la manecilla de la puerta mientras esta se abría, todo pasó en cámara lenta, el chirrido de la puerta abriéndose, la luz del pasillo adentrándose a la oscura habitación apuntando directamente a la cama donde estaban.
Uraraka Ochako y Katsuki Bakugou semidesnudos en una posición comprometedora dejando poco a la imaginación, ambos voltearon con temor a la puerta recién abierta donde Izuku observada todo pasmado en su lugar.
Sosteniendo una botella de vino y dos copas en su mano, la cual perdió todo tipo de fuerza permitiendo que los objetos se deslizaran por ella con lentitud, rompiéndose en miles de pequeños cristales con el contacto del frío suelo, su otra mano permanecía en la manecilla de la puerta que se volvía más pequeña e inservible a cada latido por la fuerza que ejercía contra ella.
La entrada y parte de la habitación fue manchada por el vino rojo, vino que Izuku planea tomar con su novio para celebrar su exitosa graduación de la UA, lastimosamente se encontró con una escena que rompió su gran corazón, manchando de negro su interior
No había que ser un genio para darse cuenta de lo que estaba pasando en esa cama, era bastante obvio que las dos personas que se encontraban ahí estaba apunto de pasar al siguiente escalón, pero aún así estúpidamente preguntó.
-¿Qué mierda se supone que hacen?- luchó para que su voz no se entrecortara, sus ojos brillaban por las lágrimas retenidas esperando que la muy obvia verdad no se dijera en voz alta.
Izuku creía que sí no lo escuchaba nada sería verdad, él esperaba una explicación, por más mínima o estúpida que fuera la creería, porque muy en el fondo de su ser no quería que las cosas terminaran de esa forma, simplemente se negaba a cualquier escenario en el que Ochako no fuera su mejor amiga y Katsuki no fuera su pareja.
Katsuki con el corazón partiéndose en dos, al ver la triste y destrozada expresión de la persona que amaba, intentando que su voz sonara lo más prepotente posible dijo
-¿Acaso no es obvio maldito nerd?- con una sonrisa forzada, y tragando saliva para calmar el ardor en su garganta, dijo lo suficientemente alto para que lo escuchara. -¡Te estoy engañando! desde hace meses atrás, pareces un idiota ahí parado sin hacer nada y preguntando lo obvio, me sorprende que no te hayas dado cuenta antes ¡Ahora lárgate!- vocifero para luego dirigir su mirada hacia abajo justo donde estaba Ochako mirando a la nada, con un par de lágrimas bajando por sus regordetas mejillas.
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Ya no había vuelta atrás (dekukatsu)
Short StoryEl plan había iniciado, sin un final determinado para ambos O tal vez alguien tome las piezas y arme el final de este rompe cabezas