II

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Jinyoung quiere morir, normalmente no le molestaría o al igual que sus otros vecinos simplemente abandonaría su departamento cuando el del costado llevaba visitas, pero justo en esos días no estaba como para abandonar su departamento porque a parte de las tareas que tenía que entregar, tenía que estudiar para sus parciales y avanzar lo posible con su tesis antes de salir de vacaciones, porque su trabajo no le permitiría avanzar...

Justamente todas esas y unas cuantas más habían sido su motivación para mudarse a un departamento supuestamente tranquilo, pero la persona que le había rentado el departamento había olvidado mencionar la razón por la cual, está se encontraba a menos precio y deshabitada hace algún tiempo.

El vecino.

Jinyoung no conocía ni quería saber siquiera su nombre, el día de su mudanza lo había visto levemente y la verdad es que no le había prestado mucha atención ya que estaba más concentrado en contar las cajas que los chicos de la mudanza hacían bajar del camión y no perder nada.

La mitad del segundo día la había pasado en la universidad y no se había dado cuenta, pero cuando llegó a su departamento lo primero que escuchó fueron estos ruidos, que tan solo un idiota o inocente no lo reconocería. Jinyoung gruño pesadamente.

¡Solo era su segundo día!

Jinyoung se puso unos auriculares con música a todo volumen, deseando que los ruidos parasen y después de casi media hora consiguió su deseo, pero para su desgracia unos minutos después los ruidos empezaron nuevamente, así que armándose de valor y luego de esperar otra media hora fue a tocarle la puerta a su vecino.

Esa sin duda había sido su día más vergonzosa hasta ese día, claro está, porque como si su vecino se hubiera empeñado a hacer su vida imposible siguió trayendo una y otra mujer según pasaron los días, no importaba que el pelinegro se pusiese más insistente en tocarle la puerta y explicarle sus razones a su vecino, a este no le importaba realmente.

Hasta ese día.

Jinyoung se preguntaba que era lo que le habría pasado a su vecino o si por fin  habría hecho caso a sus súplicas y dejarlo estudiar aunque sea hasta que acabará el mes, pero sus ilusiones se hicieron añicos cuando su mejor amigo Jb, en compañía de su novio Youngjae llegaron a su puerta con una pila de revistas que alguna vez había comprado por pura curiosidad.

Se quería morir.

Youngjae reía como foca y sobando su estómago y de vez en cuando quitaba las lágrimas que escapaban de sus ojos, mientras el pelinegro rojo de ira y vergüenza se desquitaba con el peluche de durazno que nada tenía que ver.

- Vamos, ríete. Se que te mueres de ganas de hacerlo - dijo mirando a su mejor amigo y después volviendo a descuartizar al peluche o lo que quedaba de el.

Jb notó el aura asesina que rodeaba a su amigo así que tomó lentamente la mano de su novio y lo acarició tiernamente transmitiéndole que si no se callaba pronto, él sería el segundo en experimentar la ira del pelinegro. Youngjae dejó de reír más en solidarizacion con su hyung que de miedo a correr el mismo destino que Peachy (nombre del peluche).

- ¿Juras que no fuiste tú? - preguntó Jaebeom.

- Es la milésima vez que dije que yo no escribí eso.

- Pues no lo parece - Jb susurro, ganandose al instante una mirada fulminante de su amigo - Bien, bien... Si no fuiste tú, ¿Quién fue?.

- No lo sé, pero cuando lo sepa... ese hijo de .... deseara no haber naci...

El timbre sonó.

- No esperas a nadie ¿Cierto Jin? - el nombrado negó con la cabeza. El timbre volvió a sonar y cual de película de terror se tratase, los tres caminaron lentamente a la entrada dejando la tarea de abrir la puerta al dueño de la casa.

¡¡Viva el amor!! MarkJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora