Miro a un punto lejano mientras Tellus, una mujer de pelo color turquesa y tatuajes dorados sobre las cejas, me examina. Despues de unos segundos se va y entonces llega Quiad, un hombrede cabello grisaceo combinado con verde, quien tambien me examina con suma delicadeza.
-Vaya...-dice una tercera mujer
-¿Que pasa?-pregunto un poco asustada
-Nada querida, solo que tienes la piel más perfecta que alguna vez he visto-dice con su acento del Capitolio.
¿Por qué habla esta gente con un tono tan agudo? ¿Por qué apenas abren la boca para hablar? ¿Por qué acaban todas las frases con la misma entonación que se usa para preguntar? Vocales extrañas, palabras recortadas y un siseo cada vez que pronuncian la letra S... Por eso a todo el mundo se le pega su acento, claro.
Despues de unos segundos, tercera mujer se presenta a mi como Demetria, es alta y con demasiados tatuajes por todo el cuerpo. Deciden que solo necesito un ultimo baño y estare lista para ver a la estilista a quien aun no conozco. Despues de otro baño me dan un masaje con una loción que primero pica y después me calma la piel.
Acto seguido me levantan de la mesa y me quitan la fina bata que me han permitido vestir de vez en cuando. Me quedo aquí, completamente desnuda mientras los tres admiran su trabajo. Salen disparados del cuarto. Los miembros del equipo de preparación son tan bobos que me resulta difícil odiarlos. Sin embargo, curiosamente, sé que son sinceros en su intento por ayudarme.
La puerta se abre y entra una mujer joven, su piel es blanca, demasiado blanca y no se le ve alguna alteracion en el cuerpo, asumo que tiene una pelica porque su cabello esta un poco desacomodado, esta agitada, tal vez corrio mucho.
-Kayler, soy Dakkota, tu estilista-se presenta la mujer-No pense que acabaran tan rapido contigo, pero ahora que lo veo en persona, los maquillistas tenian razon al decirme que eres una belleza.
-Gracias-respondo un poco incomoda por la situacion.
Comienza a caminar por toda la habitacion, observandome, comiendome con la mirada, lo peor es que ella no hacia nada para no ser tan obvia, de repente soltaba comentarios referentes a mi figura hasta que por fin me ordeno ponerme la bata.
Se fue por un momento y regreso a la habitacion con dibujos de mi con varios vestuarios increibles sobre el dibujo. Se supone que en la ceremonia inaugural tienes que llevar algo referente a la principal industria de tu distrito. Distrito 11, agricultura; Distrito 4, pesca; Distrito 3, fábricas. Eso significa que, al venir del Distrito 2, Cassius y yo llevaremos algún tipo de atuendo referente a la fuerza o lo que sea que haga nuestro distrito.
Unas cuantas horas después, estoy vestida con lo que puede ser el vestido más sensacional o el más mortífero de la ceremonia de inauguración. Llevo un vestido que tiene partes de cuero y tela entre colores vino, rojos y dorados, con unas botas de cuero brillante y por ultimo un collar de oro totalmente brillante. Sin embargo, lo que define el traje es la capa que ondea al viento de color rojo carmesi. Unos minutos despues sale mi compañero de Distrito vestido de una manera igual a la mia, a él le han puesto un casco con unas alas detras de oro.
Nos llevan al nivel inferior del Centro de Renovación, que es, básicamente, un establo gigantesco. La ceremonia inaugural va a empezar y están subiendo a las parejas de tributos en unos carros tirados por grupos de cuatro caballos. Los nuestros son negro carbón, unos animales tan bien entrenados que ni siquiera necesitan un jinete que los guíe. Dakotta y Frizbo quien es el estilista de Cassius nos conducen a nuestro carro y nos arreglan con cuidado la postura del cuerpo y la caída de la capa antes de apartarse para comentar algo entre ellos.
De repente, veo que se acerca Brutus y Lyme hacia nosotros y cada mentor se acerca a su tributo.
-Recuerda, obligalos a no olvidarte-dice el-Sonrie y saluda.
Los tributos del Distrito 1 van en un carro tirado por caballos blancos como la nieve. Están muy guapos, rociados de pintura plateada y vestidos con elegantes túnicas cubiertas de piedras preciosas; el Distrito 1 fabrica artículos de lujo para el Capitolio. Oímos el rugido del público; siempre son los favoritos, despues de nosotros, claro.
El Distrito 2 se coloca detrás de ellos. En pocos minutos nos encontramos acercándonos a la puerta y veo que, entre el cielo nublado y que empieza a anochecer, la luz se ha vuelto gris.
Cuando salgo por la puerta, miles de personas estan gritando mi nombre, solo mi nombre. No gritan el Distrito o a mi compañero, me gritan a mi. Les sonrio con la mejor sonrisa que tengo y comienzo a saludar y a agradecer por sus gritos. Eso es lo que quieren asi que eso les doy, un buen espectaculo.
La música alta, los vítores y la admiración me corren por las venas, y no puedo evitar emocionarme. Por primera vez siento una chispa de esperanza. ¡Tiene que haber algún patrocinador dispuesto a escogerme! Y con un poco de ayuda extra, alguna comida, el arma adecuada... ¿Por qué voy a dar los juegos por perdidos?
Alguien me tira una rosa roja y yo la cojo, la huelo con delicadeza y lanzo un beso en dirección a quien me la haya tirado. Cientos de manos intentan capturar mi beso, como si fuese algo real y tangible.
Los doce carros llenan el circuito del Círculo de la Ciudad. Todas las ventanas de los edificios que rodean el círculo están abarrotadas de los ciudadanos más prestigiosos del Capitolio. Nuestros caballos nos llevan justo hasta la mansión del presidente Snow, y allí nos paramos. La música termina con unas notas dramáticas.
El presidente, un hombre bajo y delgado con el cabello blanco como el papel, nos da la bienvenida oficial desde el balcón que tenemos encima. Lo tradicional es enfocar las caras de todos los tributos durante el discurso, pero en la pantalla veo que yo salgo más de lo que me corresponde.
Aunque cuando suena el himno nacional hacen un esfuerzo por enfocar a cada pareja de tributos, la cámara se mantiene fija en el carro del Distrito 2, que recorre el círculo una última vez antes de desaparecer en el Centro de Entrenamiento.
En cuanto se cierran las puertas, me rodean los equipos de preparación, que farfullan piropos apenas inteligibles. Brutus me muestra total aprovacion sonriendome, pero Cassius no está muy feliz, lo que confrima mis sospechas de que lo he eclipsado por completo.
Se va molesto y bufando junto con Lyme mientras mi equipo de preparacion me ayuda a salir del carrito sin lastimarme. Es entonces cuando un chico un poco más alto que yo se me acerca con la sonrisa más hermosa que alguna vez he visto.
-Vaya que lo has hecho bien, chica.-dice el chico que hasta ahora no habia podido reconocer, es Finnick Odair-Va a ser dificil vencer al Distrito 2 este año, buen trabajo. ¿Cómo te llamas? Soy Finnick, Finnick Odair
-Kayler Montgomery-Finnick extiende su mano hacia mi y yo la tomo de inmediato, el la toma y deposita un beso en ella
-Hasta luego, Kay-Kay-dice sonriendome mientras se va junto a una mujer de edad avanzada
Si tan solo supiera que yo juego para el otro bando.
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HUNGER GAMES: THE OLD VICTORY
FanfictionKayler Motgomery es una chica de 18 años quien por aprobación de su familia termina enrollada en los 69º Juegos Del Hambre ¿Lograra salir con vida? LIBRO 1 DE 3