SAFE [H.S]

T1:E20: ¿ F U N C I O N A R Á ?

—Linfoma cerebral primario. Básicamente, mi médula espinal está llena de tumores. La Leucemia me la diagnosticaron cuando tenía doce años. Desde entonces esta es mi vida, quimio tras quimio, tratamiento tras tratamiento —el chico de ojos verdes y tes pálida dice mientras mantiene su vista pegada al suelo.

—Lo siento. ¿Siempre ha estado ahí? —cuestiono.

—No, mamá dice que yo nací completamente bien, es solo, cosa del destino, ¿sabes? —sonríe.

—Pues te admiro —Harry finalmente levanta su mirada para verme fijamente—Desde que te conozco, nunca has borrado esa sonrisa de tu rostro y eso es bueno —tomo su mano la cual esta tibia.

—Y Harry... —el chico me mira. Trato de evitar reír por la vista que tengo desde mi asiento hasta la abertura de su delgada bata —Te obsequiare otro par de calzoncillos —rápidamente Harry se percata de lo que estaba mostrando para después taparse con una almohada. Sus mejillas completamente rojas me provocaban una risa y una ternura sin límites.

—¿Y qué hay de ti? —Siento como mis nervios aumentan al escuchar su pregunta.

— No creo que a alguien le interese algo sobre mi —respondo con una vaga sonrisa.

—A mí sí —sonríe.

—¡Basta!, deja de sonreír así —alejo mi vista de él tratado de evitar que viera lo nerviosa que me estaba poniendo.

—No puedo, eres muy hermosa Sydney Roberts.

—¿Qué quieres saber? —pregunto.

—¿Por qué vives con Sophia?

La verdad hablar de mi pasado era algo que me ponía los nervios de punta, sin embargo. El merecía saber todo, o casi todo. —Pues, yo no tengo una buena relación con mi madre. Desde que mi papá murió, todo cambió. Incluso ella, todos saben su reputación, incluso la relacionan conmigo. Salí de casa muy joven hasta que conocí a Sophia, desde entonces somos muy unidas —respondo. Aunque para ser sincera, sabía solo le estaba contando la parte linda de la historia.

—Te diré algo. Yo no creo nada de lo que las personas digan de ti, sé que eres diferente —Harry me mira con unos ojos llenos de tanta sinceridad, los cuales desde que tengo memoria solo los había visto en mi padre. —¿Y la quisieras volver a ver? —el chico me mira.

—Siendo realistas. No tengo el valor. Es duro —siento mis lágrimas deslizándose por mis mejillas.

—Ven aquí —Harry rodea mis hombros atrayéndome hasta el, sujetándome con la fuerza que necesitaba.

—¿Qué hace ella aquí? —la terrorífica voz de la madre de Harry hace que me suelte de su agarre.

—Mamá —Harry susurra poniéndose de pie.

—¿Cuántas veces debo repetirlo, Harry?, ¡no te quiero cerca de ella! —exclama haciéndome sentir tan inferior. —Sydney debes irte, ahora —la mujer me mira, si las miradas pudieran matar, la suya me habría fusilado. Suspiro dando un paso para dirigirme a la salida, sin embargo el agarre de Harry me lo impide.

—No, ella se queda —dice sosteniendo fuerte mi mano.

—¡Harry!, no bromeo —su madre responde.

—Yo tampoco, mamá. Ella se queda y punto, quiero estar con ella. ¿Ya comprendiste? —el chico tira lentamente de mi hasta colocarme tras él.

Puedo observar por un segundo a su madre quien lo mira molesta, sin embargo, el no baja la mirada. La mujer quiere decir algo pero simplemente se detiene para después irse.

—¿Estás bien? —me pregunta sosteniendo mi rostro entre sus manos. Asiento pero sin dejar de tener miedo, era algo raro, pero le temía a su madre.

—¿Esto va a funcionar? —pregunto obteniendo de él solo una tierna sonrisa, el asiente mientras acaricia mi cabello—¿Qué pasará si no? —susurro.

—Juro intentarlo hasta que funcione —desde que puedo recordar había perdido la seguridad en mí misma. Sin embargo sus palabras me habían devuelto toda la vida. ¿Era este el comienzo de algo bueno?