Parte única

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Era de conocimiento común que Shigaraki Tomura, líder de la infame Liga de Villanos, era una persona llena de odio por todo y todos, eso incluía la fecha de su nacimiento.

Shigaraki Tomura no celebraba su cumpleaños, lo detestaba.

Desde los cinco años, Shigaraki nunca volvió a celebrar su cumpleaños, no le interesaba nada que tuviera que ver con ello, incluso había llegado a odiar la fecha, encerrándose en su habitación jugando videojuegos hasta hartarse o causando problemas con su quirk si alguien le molestaba.

Y es que en realidad, esa fecha no le trae tan bonitos recuerdos como a cualquiera, su infancia fue algo turbia por parte de su padre y recordar a su madre, abuelos y hermana causaban que tuviera un dolor sordo en su corazón, en realidad, cuando era joven, su madre siempre celebraba su cumpleaños, le preparaba un pequeño pastel con una deliciosa cobertura, solía llevarlo de sorpresa a su habitación, su hermana siempre iba detrás de ella juntos con sus abuelos, todos cantando en un tono desafinado un feliz cumpleaños, incluso Monchan se unía a la celebración, ladrando alegremente mientras saltaba cerca de él, era días especiales, incluso su padre le trataba mejor y no emitía ningún comentario despectivo hacía la pequeña decoración de superhéroes que su madre hacía sutilmente en sus pasteles.

Pero recordar aquello le era doloroso, no le gustaba recordar a su familia, no le gustaba recordar que alguna vez fue Shimura Tenko, no le gustaba recordar ni los buenos momentos como ese ni los malos como cuando su padre le pegó, no quería recordar nada de ellos.

Así que solo se concentró en su odio, en el odio que tenía por la sociedad, por los héroes incluso en el odio que se tenía a sí mismo por haber nacido.

Y en esa fecha en particular, siempre solía tener rabietas.

Kurogiri, su cuidador, prefería mil veces las rabietas adolescentes de Shigaraki, esas donde solo se encerraba a en su cuarto a odiar su propia existencia que aquellas donde simplemente empezaba a descomponer todo lo que estuviera a su alcance, en cierto termino, eso le ayudaba a tener una escala de que tan particularmente molesto se encontraba Shigaraki Tomura ese año y aunque le dolía el corazón por el joven, no había nada que pudiera hacer, tampoco era que su maestro, All For One, mostrara alguna preocupación por su sucesor, simplemente decía que mientras mayor fuera su odio era mejor.

Y de esa forma se crió Shigaraki Tomura luego de cumplir cinco años, cultivando su odio por todos y todo, en especial los héroes, aquellos que nunca le salvaron, aquellos que le abandonaron cuando él aún creía estúpidamente en ellos, en aquella sociedad que le dio la espalda desde pequeño, quien le rechazó y le convirtió en villano, quien le menospreció y le vio con asco cuando apenas era solo un niño asustado de su propio quirk, de su propia maldición.

Su odio le alentaba a levantarse cada día, le daba las fuerzas para continuar con aquella tortuosa vida, le daba el ánimo para seguir sus planes, le reconfortaba cuando se sentía deprimido, aliviaba el dolor de su soledad. Empezaba a creer que esa sería toda su vida, vivir solo con su odio, vivir solo planeando cómo caería la sociedad, como destruiría a sus amados héroes, pensó que por los pecados de su quirk estaba destinado a vivir de aquella forma, ya había destruido a su familia ¿qué derecho tenía de tener otra? Era un villano ahora incluso ¿quién se atrevería a estar con un villano que quería destruirlo todo?

Hacia un tiempo que había hecho las paces con el hecho de que no merecía ni tendría una vida normal, que la felicidad solo la obtendría destruyendo a All Might, la representación de todo lo que más odiaba, que él no estaba hecho para nada más, que él odio era su único guía y era lo único que conocía.

Eso fue... Hasta que apareció él.

Un niño roto cuyos sueños fueron demasiado altos y terminaron siendo pisoteados no solo por la misma sociedad sino por él héroe que una vez creyó le salvaría, un pobre chico sin don que fue despreciado y golpeado por la persona que él consideraba su amigo, un chico solitario que solo quería salvar personas mientras sus compañeros de clase le menospreciaban y sus profesores le miraban con burla, un pobre niño quirkless que fue empujado al borde hasta pensar que el suicidio era su única salida.

You are the best gift I ever hadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora