Inicio de ciclo

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Tuvieron un par de días más para convivir tranquilamente con su familia antes de tener que volver a clases en el dormitorio. No fue necesario hacer mucho más que llevar con ellos su equipaje lleno de ropa limpia y comida para algunos días que los de la iglesia les habían obsequiado.

Flojearon uno o dos días en el cuarto de la academia y Rin casi se quedaba dormido, perdiéndose la ceremonia de ingreso al nuevo ciclo escolar si no fuera porque su hermano lo había despertado con regaños; esa estúpida rutina era aburrida y sin sentido.

Estuvo bostezando la mayor parte de la ceremonia hasta que ésta culminó y, estirando los brazos al cielo, se encaminó junto a Godain hacia el muro donde se anunciaba el orden de las clases, avisos de los clubes, entre otras cosas.

—Oh, oh— decía, sus ojos aun fijos en el panfleto mientras sacudía el brazo de su amigo—. Estamos juntos de nuevo.

—Estupendo.

—Kamiki también.

—¿Qué? — la fémina apareció y miró con cejas fruncida su nombre escrito—. ¿Otra vez?

—Vamos, Kamiki. Te gusta estar con nosotros.

—Por supuesto que no

—Admite que nos quieres y que te diviertes— Okumura insistió, picándole un poco la mejilla con el dedo índice.

—Mejor no la molestes— Sei interrumpió, riendo nerviosamente y alejando la mano de su amigo de Izumo—. Deberíamos ir al salón. Se nos van a asignar nuestros lugares.

—Espero me toque en la última fila.

—¿Para poder dormir?

—Así es.

—Espero te toque en la fila hasta adelante— Izumo comentó mientras se cruzaba de brazos y sonreía con ligera malicia, caminando junto a los dos muchachos hacia el aula.

—No digas eso.

—Todos los profesores ya te conocen a este punto, así que no me sorprendería que te pusieran ahí.

—Eso me pasa por crearme una reputación— dramatizó, suspirando lánguidamente.

—Una muy mala.

Frunció los labios como si se encontrara inconforme con algo. Avanzaron por los pasillos con sus bolsos escolares colgando de sus hombros o, en el caso de Kamiki, sujeto entre sus manos de una manera casi elegante. Podían ver muchos rostros nuevos, claramente, pues habían entrado numerosos jóvenes a primer año mientras que los de tercero ya se habían marchado; iba a extrañar a sus superiores, o al menos los que había conocido en sus clubes.

—Esta semana será para conseguir integrantes en los clubes, ¿verdad? — Izumo afirmó con la cabeza en respuesta a Sei —. Menos mal yo estoy en el club de regreso a casa.

—Mierda, yo estoy en dos.

—Quien diría que siendo tan holgazán estarías en al menos un club, Okumura.

—Hey, que por uno de esos clubes he podido prepararles galletas.

—Estaban buenas— aseveró el otro muchacho.

—Claro. Las hice yo— Rin resolló de la nada—. ¿Ahora seremos llamados senpais?

—Ya estamos en segundo...

—Realmente no puedo creer que ya ha pasado un año.

—A veces el tiempo se pasa rápido—Kamiki afirmó a la par que entraban al salón.

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