Cuando los dos estamos limpios y sin ninguna gota de sudor bajamos.Voy a la cocina y el me sigue.
—Me gusta como te queda ese short —señala mis nalgas.
—Gracias guapo.
Ambos sonreímos al darnos cuenta de lo de esta pasando.
—La chica directa y el egocéntrico se han enamorado —dice sarcástico.
—Eso parece —me encojó de hombros.
Reímos.
—Pediré la comida —anuncia.
Después de estar un momento decidiendo qué comeríamos nos decidimos por una hamburguesa y una Coca-Cola.
Me gusta mi cuerpo, más sin embargo tengo que trabajar en el y por lo visto Carol hace mi mismo.
—Después bajamos esos kilos, mientras tanto disfrutaremos de esa rica hamburguesa con doble carne, aunque opino que ambos estamos bien ahora —dice leyéndome el pensamiento mientras se toca el abdomen.
De un momento a otro terminamos en los sillones esperando la comida -nada saludable- mientras vemos una película.
Veinte minutos después llegan con ella y ambos vamos hacia la puerta, en tanto berrinche hago que me tomé la mitad del dinero para pagar la cuenta.
—Para la próxima, pago solo yo.
—Aja —no digo más nada y me siento en el comedor.
El hace lo mismo con un lugar frente a mi.
Cuando ya llevamos un rato comiendo habla.
—De nuevo disculpa por la actitud que di hoy, no te mereces nada de lo que dije —se disculpa nuevamente.
—No voy a contradecir eso.
—No volverá a suceder.
No respondo nada y después de eso ninguno de los dos habla hasta que terminamos de comer.
Me mira directamente, se que dirá algo.
—Ken, encontré algo.
Al terminar la oración tiene toda mi atención.
—¿Qué cosa? —le pregunta mirándolo fijamente.
—Una carta —responde sin más.
¿Qué?
—No se de que carta hablas.
Niega como si le doliera que yo negara la realidad.
—No se quién fue la persona que te valoro menos de lo que creen que vales, ni mucho menos quien te hizo creer que eres mala persona, pero se equivocó. Y si, tú le das sentido a la vida de los demás, eres estupenda, genial, hermosa e inteligente. Créeme que no hay palabras para explicar al mundo lo maravillosa que eres y si las hubiera todas al final tendrían tu nombre.
Gruesas lágrimas se deslizan suavemente por mis mejillas.
Se levanta de su silla y me besa, aún con el sabor salado que hay en mis labios por las lágrimas.—No quiero que sepas que lloro de tristeza, lloro de felicidad por poder experimentar algo nuevo, jamás pensé que tú serías tan especial para mí —le confieso.
—Se que aún estás descubriendo cosas que nunca habías sentido y que para ti son raras, pero por lo tanto ámame y quiéreme con intensidad.
Me da un corto beso.
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Destino o Casualidad
RomanceKendall Ryan, una chica directa que siempre dice lo que piensa sin importar como afecte a los demás, es su forma de mostrar la realidad y su realidad es ser todo menos la chica tímida que se queda callada viendo como todos le dicen con palabras disf...