Part 1 • 28/08/21

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"Todos vivímos las 24hs del día, pero ninguno de nosotros vive el mismo día."

Capítulo 1: Dos mundos opuestos.

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  La lluvia chocaba contra la ventana, "otra noche de soledad", pensaba él, al mismo tiempo que tomaba por el pico de su botella de cerveza mientras se quedaba mirando a un punto fijo de la blanca y vacía pared, sus pensamientos no eran un lugar seguro en estos momentos, solo estaban para atormentarlo cada noche hundiéndose más en ese pozo sin fondo del cuál parecía que nadie podría salvarlo. Y así, la primera lágrima no tardó en salir, sus recuerdos aún seguían presentes en su mente como si hubiesen sido ayer, y ahora ella ya no estaba y tampoco volvería...
  Ella lo era todo para él, y él lo era todo para ella, es por eso que tenía que seguir adelante, "A ella le hubiese gustado que siga con mi vida, ¿Pero de qué sirve vivir si no es al lado de la persona que amo?."

- Ji-eun... - dijo en un susurro mientras mantenía la mirada en aquel punto fijo de la blanca pared.

  Un año, un año de la muerte de la que iba a ser su esposa, un año sin tener a su lado a la persona más importante para él, esos pensamientos abrumaban su mente. "¿Qué tal si hubiese sido yo y no ella?", "¿Porqué no fuí yo?". Todo a causa de un accidente que ninguno de los dos pudo predecir, él al volante y ella a su lado, una velada romántica que terminó en una tragedia para final de la noche porque solo uno de ellos pudo salir con vida.







||Lalisa||







  La campanilla sonó indicando una nueva orden de comida lista.

- ¡Lisa, lleva esto a la mesa seis! - le dejaron la bandeja con la comida e hizo lo que se le ordeno.

- Pedido para la mesa seis, espero que disfruten su comida. Buen provecho. - dijo con esa simpatía tan característica de ella para luego volver a lo suyo.

  La vida de Lisa no era para nada fácil, había empezado a trabajar de medio tiempo en aquel elegante restaurante desde que se había unido a la escuela de ballet de Seúl buscando perseguir sus sueños, sentía que finalmente se había revelado frente a sus padres, al fín haría algo que ella realmente quería. Claro, le había costado caro, desde el alquiler de un departamento propio a tener que pagar las clases ella misma, llevaba meses con lo mismo, a veces buscaba trabajos extras para poder comer algo al llegar la noche.
"Otra noche alborotada" pensaba ella mientras iba por un nuevo pedido. Sabía que al final todo su esfuerzo habría valido la pena, o al menos eso quería pensar porque sino no estaría haciendo todo esto en vano.

  Iba y venía con las ordenes de los clientes en las manos obligada a memorizarse cada una de sus palabras sin ninguna equivocación, había aprendido a dominarlo a tan solo semanas de trabajar allí como si lo hubiese hecho toda su vida.
  Ya estaba lista para retirarse de su horario de trabajo cuándo reaparece alguien quién esperaba no volverse a reencontrar en cuánto se graduó de la secundaria.

- Pero miren a quién tenemos aquí... - esa chillona voz se hizo presente en el campo auditivo de Lisa deseando que la tierra la tragara en cualquier momento. - No me esperaba encontrarte trabajando aquí Lisa, pero veo que los rumores eran ciertos. ¿Así que te echaron de casa?

  Aún no lo quería creer, pero sin embargo ella estaba parada allí frente a sus ojos y como siempre con su grupo molesto de amigas, pensó que no las volvería a ver luego de terminar sus estudios y realmente estaba bien con eso, pero ahora, finalmente la habían descubierto, ¿Qué quedaba?.

- ¿Desean algo? - preguntó ella ignorando cualquier provocación que aquella mujer intentaba darle.

- Solo veníamos a pagar la cuenta, no, - se corrigió la mujer mientras metía la tarjeta nuevamente en su bolso. - Tú nos pagarás la cuenta. - acto seguido se dio media vuelta y se marchó.

- ¡Oye no pueden hacer eso! - exclamó enfurecido uno de sus compañeros de trabajo quién había visto todo. - Llamen a seguridad...

- No Jung-Kook, está bien, yo les pagaré la cuenta. - sacó unos cuanto billetes de su propina y se los entregó.

- Pero... - lo detuvo nuevamente, realmente no quería problemas.

- Ya lo oiste. - se marchó dispuesta a irse después de todo su turno ya había terminado.

  Estaba realmente abrumada, solo esperaba que sucesos como el de hace un rato no se volvieran a repetir, pero maldición ya sabían dónde estaba trabajando sería prácticamente imposible que la dejarán en paz,
"¿Acaso no les bastó con hacer de mi adolescencia imposible?".

  Caminaba sin rumbo alguno, a decir verdad aún no quería llegar a esa sola habitación a la que llamaba casa. Necesitaba tomar aire, despejarse sería una buena palabra para utilizar en estos momentos, y el Río Han parecía ser una buena idea, o al menos hasta allí habían caminado sus pies.

- Hasta que finalmente la lluvia paró. - dijo en un suspiro que rápidamente se llevó el viento.

  A pocos metros de distancia se encontraba él, aunque no había ido allí con las mismas intenciones de tomar aire al igual que ella, ni siquiera lo había pensado, solo tomó su chaqueta y salió así sin más de su departamento, sabía que no estaba bien, él no estaba bien, pero que importaba finalmente acabaría con ese sufrimiento que por un año lo atormento, pensó que así finalmente se encontraría con ella "En el otro lado".

  Su mirada se perdía en esa infinidad de estrellas imposibles de contar, de repente le trajo nostalgia, de pequeña le gustaba mirar las estrellas acompañada de sus padres, a veces los extrañaba pero sabía que estaba mejor sin ellos, que todo su trabajo duro no sería en vano, sabía que al final de todo ella brillaria al igual que una de esas estrellas resplandecientes en el cielo.
  Finalmente creyó que sería hora de volver a casa, el ambiente se volvía cada vez más frío y parecía que volvería a llover de nuevo, no quería resfriarse y tener que faltar a sus clases de ballet por lo que siguió el camino hacía su departamento.
 
  Iba tarareando una de sus canciones preferidas al compás de su caminar, perdida en sus pensamientos.
  Un hombre aparentemente mayor a ella llamó su atención, con su mirada perdida balbuceando cosas inentendibles hacía el cielo, no carecía de un buen aspecto, tenía ojeras, y su cabello lucía largo y despeinado. Pensó que quizás sería un vagabundo pero se alarmó en cuánto vio uno de sus pies colgar fuera del puente.

- ¡Se-señor! - corrió apresuradamente hacía su lado intentando bajarlo de las barandillas del puente.

- ¿Y tú quién eres? Déjame. - su voz se notaba rota, Lisa lo pudo sentir, no dejaría que alguien arruinara su vida de esa manera cuándo probablemente tendría un montón de cosas por vivir.

- ¡No! - lo empujó hacía su lado y ambos cayeron hacia el lado seguro del puente.

  Min Yoon-Gi rompió en llanto en ese mismo instante y lo único en que pensaba Lisa era en abrazarlo y hacerle olvidar de todo.

- Yo solo quería estar con ella...

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⏰ Última actualización: Sep 07, 2022 ⏰

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