Por favor, regálame tú silencio.
Temprano en la ciudad, la fuerte y fresca brisa era la grata acompañante de su caminata.
Del hermoso cabello negro colgaba un pequeño lazo de un muy tenue color azul, su falda se movía suavemente mientras caminaba por la linda mañana. Hace algunos pocos días que se había mudado a Seúl junto a sus padres y ahora mismo se encontraba yendo hasta su nueva escuela, hoy seria su primer día en el lugar y curiosamente también se encontraba algo emocionado por volver a ver a el único primo con el que continuaba hablando.
Acelero un poco sus pasos para cruzar la calle rápidamente, no quería tener que quedarse a esperar que el semáforo volviera a estar en verde. Sus manos tomadas entre si se movían por detrás de su espalda, sus hermosos ojos color caramelo observaban con curiosidad todo lugar por donde pasaba, anteriormente había viajado en el autobús y se alegraba de haber preferido esta vez caminar hasta su escuela.
Las personas pasaban apresuradas a su alrededor, era el típico lunes donde todo el mundo se desesperaba por llegar a sus compromisos. Una pequeña sonrisa que no mostraba del todo sus dientes apareció en su rostro, iluminándolo con esa simple expresión, hebras negras y finas terminaban paseando por sus hombros, espalda y rostro, resaltando aún más su genuina y sencilla belleza, era tan sencilla que no necesitaba tratar de resaltar, ya lo hacia por si mismo.
Llegó un momento en que sin percatarse estaba rodeado de estudiantes, llevaban el mismo uniforme que él, caminaban alegres, adormilados y charlaban entre sí. Seokjin los observaba a una distancia prudente, era la primera vez que asistirá a una escuela desde aquel doloroso día, lo habían mantenido encerrado en casa por largos años, estaba algo emocionado por experimentar esta etapa, gozaba de sus lindos 17 años y una muy hermosa apariencia.
El lindo lazo rozó nuevamente y con ternura su suave mejilla, y sus manos dejaron de estar entrelazadas cuando cruzó la entrada con una actitud calma y llena de serenidad, el lugar era enorme, no recordaba una escuela de tal magnitud, bueno no era que recordará muchas cosas en realidad. El ruido confortable y siempre presente en estos lugares lo hizo sonreír por leves segundos, su mundo pareció dar un pequeñito giro, todo a su alrededor dejó de ser silencio.
Después de pasar a la dirección, una pequeña hoja estaba en su manos y sus ojos miraban todo alrededor para localizar su salón de clase. Recorrió unos tres pasillos hasta encontrarse frente a la puerta, con suavidad dio tres toques en ellas y no demoraron en abrirla, su primo apareció frente a él, su cabello perfectamente peinado, una corbata negra colgaba de su cuello, no lo recordaba así de alto y con actitud tan madura.
—Seok... —Este murmuro antes de alejarse y permitirle pasar —. Adelante.
Su corazón se estrujo.
Seok, Seok, Seok, Seok...
Toda esperanza que guardaba se quebró de manera tan fácil, a su mente llego el recuerdo de el único que guardaba una foto suya en casa. Recordó que su primo también participaba en ello, fue una pequeña ilusión creer que dejaría de llamarlo así cuando no estuvieran cerca de sus padres.
Alzó su mirada y entro con pasos lentos al salón.
—Chicos, ella es Kim SeokJun —Una punzada —. Y será su compañera desde hoy.
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Lazos [KookJin].
أدب الهواةTras un trágico accidente Seokjin es obligado a convertirse en su hermana, escondiéndose bajo una imagen que no le pertenecía y sintiéndose cada vez más roto. Envuelto en un dolor que no podía soltar porque el peso de una familia como la suya lo imp...