Culpable o No

Capítulo 30: El Destino de Kikyo

DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 30: "El Destino de Kikyo"

No sabía qué iba a decirle a ella... realmente no sabía...

Caminó con lentitud hasta entrar al castillo. El anochecer había llegado hacía un par de horas, la tormenta había arreciado levemente, pero estaba afuera muy oscuro, muy tétrico, muy desolador.

Sesshomaru cerró la puerta pesadamente tras su espalda recordando lo sucedido en el cuartel. El cadáver encontrado en sus tierras, el arma también encontrada allí... el arma... entonces esos desgraciados Himura de alguna forma habían entrado al castillo... debería tener más cuidado que nunca ahora, tenía a alguien a quien proteger... alzó la mirada hacia el segundo piso y tragó con dolor ¿Qué iba a decirle ahora? ¿Cómo le diría que Inuyasha estaba preso y muy cerca de la pena de muerte sin que ella se alterase o pusiera en riesgo la vida del bebé que cargaba? Esto era muy, muy difícil...

Caminó con pasos lentos deseando que nadie lo hubiera escuchado entrar, pero el piso de madera crujía sonoramente bajo sus zapatos. Hizo una mueca. Deseaba ir a su habitación y encerrarse ahí para evitarla a ella. Volvió a gesticular una mueca ¿desde cuando se tomaba tanta consideración? Cerró con fuerza los ojos. Era por la promesa que le había hecho a Inuyasha, había jurado protegerla con su vida... después de todo, ella cargaba con el heredero de la familia Taisho.

Suspiró en medio del pasillo, sus ojos se habían posado en la habitación de los esposos, la luz estaba encendida aun, bien, era temprano todavía, nomás de las 10 de la noche, tal vez Sango estaba acompañándola. Suspiró nuevamente y siguió a su habitación, la cual estaba después de la de ellos.

- ¿Sesshomaru?

Se detuvo en seco al escuchar la suave y triste voz femenina que lo llamaba. ¡Diablos! Hizo una mueca de impaciencia pero se controló estoicamente. Volteó con lentitud enfrentándola. Él nunca había sido considerado, ni cuidadoso con nadie pero sabía que con ella debía serlo... ¡Diablos!

- ¿No deberías estar dormida? – Le preguntó arrugando la frente.

La muchacha lo miraba como si estuviera a punto de llorar, como le dolía eso. Kagome se arropó más en el abrigo que se había puesto para ocultar la camisa de dormir, llevaba el cabello suelto y desordenado, tenía muy mal aspecto en realidad, lucía enferma. Le preocupó.

- No volvió... ¿verdad?

Kagome no lo oía, era obvio eso. Suspiró pesadamente desviando la vista hacia el frente. Necesitaba ser cuidadoso con lo que decía...

- Las cosas... no son tan fáciles pero lograremos probar su inocencia. Visité a un amigo de la familia que es abogado... ayudó en muchos asuntos de nuestro padre y estoy seguro que él logrará probar la inocencia de Inuyasha, no te preocupes, todo estará bien.

No lloró, la joven bajó el rostro y suspiró fuertemente.

- Gracias.

Ella se volteó y se encerró en su habitación, Sesshomaru suspiró pesadamente... al menos... no le había causado un shock... tal vez Kagome... ya estaba preparada para esto. Claro que lo estaba.

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Enfrentarse a un juicio público sería difícil, pero más difícil sería para su esposa, quien debía declarar. No, no podía enfrentarla a eso, sería muy vergonzoso para Kagome, humillante y doloroso, pero... no podía evitarlo, necesitaba su declaración, tal vez eso le salvase el cuello.