c a p í t u l o 20

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—¡Mamá! ¿¡Dónde esta mi sudadera morada!?—Gritó desde el segundo piso.

—¡No lo sé! ¿¡Ya la buscaste bajo tu cama!?

La casa de los Styles era un caos, todos estaban para allá y para acá, se movían con rapidez y hablaban entre gritos, Ariana había perdido su sudadera favorita y no podía irse sin ella, Anne y Des guardaban y aseguraban los utensilios de cocina que quedarían allí.

Después de todo igualmente esa era su casa, y si algún día querían ir de vacaciones o algo parecido ya tendrían algunas cosas.

Harry ni siquiera podía moverse, todavía no podía creer lo que estaba por pasar, hoy era 28 de septiembre, el día en el que volvería a reencontrarse con Lou y nadie de Doncaster lo sabía.

La familia decidió que sería completamente sorpresa.

El rizado había agradecido de hacer la valija unos días antes en su insomnio por que ahora no se creía capaz, veía como su familia revoloteaba por todos lados y él no podía.

Sentía un cosquilleo en su estomago, ansias y estrés.

¿Cómo reaccionaria el castaño ante su presencia? ¿Lo abrazaría al verlo? ¿Lloraría? ¿Aún tenía ese collar tan especial? ¿Todavía lo quería? ¿O solo era un juego de niños?

No podía despejar esos pensamientos, a veces creaba los escenarios más miserables y humillantes en donde Louis le grita en la cara que ya no lo ama y que nunca lo había hecho, lo insulta y besa a alguien más en su cara. Sabe que su pequeño no es así pero su cerebro mandaba información alocada en cualquier dirección y lo hacía creer en eso.

Sus manos a ratos sudaban como si literalmente estuvieran mojadas, movía y acomodaba su pelo dos veces por minutos, mordisqueaba sus labios nervioso.

Y lo estaba.

Demasiado.

Su pecho vibraba y su Alfa se relajaba con tan solo pensar en Louis en sus brazos, oler ese aroma tan dulce y atrayente que lo vuelve loco, abrazar ese cuerpito tan esponjoso y suave y obviamente volver a besar esos finos labios, lo necesitaba.

—¿Puedes dejar de pensar lo que quiera que estés pensado?—Habló Gemma intentando cerrar su maleta mientras se sentaba en ella—Mareas...

Harry no se había percatado de que estaba soltando feromonas, eran de posesión y adoración.

—L-o siento—Carraspeó y secó sus manos en sus pantalones.

—Solo por favor, no te descontroles cuando veas a Louis porque me veré en la obligación de golpearte.

Tragó en seco.

Iba a intentarlo.

—¿Vieron donde esta mi otro zapato?—Ariana llegó a la sala con un solo calzado en su mano.

Día Lunar (Larry Stylinson) [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora