Capítulo 1

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|| narrador omnisciente ||

Era la época de la primavera, la brisa del viento soplaba delicadamente por toda París. La paz inundaba las calles de la gran ciudad del amor; nadie esperaría que un día tan tranquilo pudiera llamar la atención del super villano de París, Hawk Moth, para llevar acabo algún plan perverso de nueva cuenta y, así tener nuevamente la oportunidad de enfrentarse a Ladybug y Chatnoir.

Los miraculous de la mariposa y del pavo real que yacían en manos del gran diseñador de modas, Gabriel Agreste, sabía que todos los días, sin excepción, había un posibilidad, aunque sea mínima, de que algún ciudadano pudiera experimentar fuertes emociones negativas para lograr con ello convertirlo en su fiel sirviente para poner en marcha su nuevo plan de apoderarse de los miraculous de la creación y de la destrucción,  y así cumplir su más anhelado deseo.

Aquel hombre que diariamente permanecía en su estancia de trabajo y oficina en la mansión Agreste, se encontraba concentrado en desarrollo de los nuevos  bocetos pertenecientes a los diseños que se usarían en su próxima pasarela de modas. Solo había un par de cosas que lo podrían sacar de su mundo en dicho momento de concentración, las cuales eran: algún problema referente a su seguridad, la seguridad de su familia y aquella clásica sensación a la cual se fue acostumbrando conforme pasaban los días desde que decidió usar de forma permanente el miraculous de la mariposa. Esta sensación que le recorría por el cuerpo le indicaba que alguien cuya facilidad para ser akumatizado había aparecido entre las calles de Paris, una nueva oportunidad y desaprovecharla sería imperdonable de su parte.

Aquella sonrisa, algo maliciosa, adorno su rostro nuevamente ¿Cuántas veces a aparecido esa sonrisa desde que obtuvo su miraculous y, había tomado con seriedad la búsqueda de los poderes de Ladybug y Chatnoir? Ya había perdido la cuenta. Parado en su mismo lugar, dio media vuelta para dar unos cuantos pasos hacia el gran cuadro que yacía a sus espaldas. El cuadro cuya representación exhibía a una hermosa mujer de cabellera rubia y ojos verdes, vestida con un gran vestido dorado con detalles negros en formas de rombos y destellos, era aquella mujer que permanecía de forma permanente en su mente y corazón. El hombre  iba a colocar sus dedos en cierta posición especifica encima del cuadro, pero fue interrumpido cuando la puerta de su estancia de trabajo fue abierta de manera sorpresiva.

-¡Señor Agreste! ¡Hay una emergencia! - Hablo en voz alta, el sentimiento de sorpresa y ansiedad eran perceptibles en la fiel asistente de Gabriel Agreste.

-Ahora, ¿Qué ocurre, Nathalie? - Respondió de forma seria sin apartarse del gran retrato, a la vez que bajaba sus manos colocándolas tras su espalda- Espero que sea de suma importancia como para que...- antes de que pudiera completar su frase, el mundo se había silenciado ante las siguientes palabras de su asistente las cuales en automático llamaron la atención total del rubio platinado.

-Hablaron del hospital-Con esa insignificante frase, las prioridades de Gabriel Agreste habían cambiado en totalidad. Éste se giro para ver mejor a la pelinegra, que más que una asistente era su mano derecha,  esperando sus siguientes palabras para determinar que es lo que haría en ese momento - La señorita...

Ante la mención de esa otra persona, la cual era parte de la razón por la cual estaba peleando con los héroes de Paris, no pudo evitar el abrir de gran manera sus ojos, dejando notar la sorpresa que era imposible no ver en ellos. 

-Su guarda espaldas le espera para salir de inmediato de la casa, pasar por el joven Adrien al colegio y llevaros a ambos al hospital.

Explico Nathalie a la vez que veía como su jefe dejaba el lugar donde lo había encontrado para  tomar rumbo hacia fuera de su mansión donde, como ya le había adelantado Nathalie, ya le esperaba su auto encendido y su chofer (guarda espaldas) tras el volante. El hombre, cuya vestimenta casi siempre consistía en trajes formales,  sin decir alguna palabra, solamente optó por ir directamente al carro,  tratando de que sus emociones no le rebasaran más allá de lo que él mismo se permitía sentir, le ordenó lo siguiente a su chófer.

¿Destinados? || Luka Couffaine x Oc ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora