Más Reencuentros e Idiotas

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Soy sacada del hermoso mundo de los sueños por un pitido incesante que proviene de mi maldito celular. Entendiendo lo que significa, atino a sentarme en la cama con ojos entrecerrados y un gruñido como respuesta a la maldita alarma. Luego de apagarla, me muevo con pesar hacia mi baño para comenzar a prepararme para el día de hoy. Elijo un short negro tiro alto que combino con una camiseta básica blanca y una camisa a cuadros en tonos grises. Escojo un par de accesorios y en mis pies colocó unas zapatillas negras. Ya completamente lista, bajo hacia la cocina donde mis dos hermanos ya se encuentran desayunando, igual de adormilados que yo.

-Buenos días chicos-Saludo mientras hago una línea directa hacia la máquina de café.

-Buenos días, pequeña-Dicen ambos. Les sonrió y mientras espero a que el café esté listo observo sus espaldas. Al centrarme en el cuello de Dylan, puedo ver una palabra escrita en cursiva... ¿Será posible? ¿Habrán cumplido con nuestra promesa? Me acerco rápidamente a él, olvidando mi desayuno por completo.

-No puedo creer que realmente lo hayas hecho-Comento mientras remarco el tatuaje con la punta de mis dedos.

-Claro, que sí pequeña. Fue una promesa-Responde Dylan sonriendo. Dirijo mi mirada a Scott, la pregunta reflejada en mis ojos. Él me sonríe de vuelta mientras asiente y levanta su brazo izquierdo, revelando el mismo tatuaje en la parte interna superior.

-Wow. Es decir, nunca pensé que de hecho lo harían algún día ¡Éramos solo niños cuando nos hicimos aquella promesa! ¿Qué hay de Ian? ¿Él también tiene uno?-Les pregunto mientras termino de preparar mi desayuno. Ambos asienten.

-Él también se lo hizo apenas tuvo la oportunidad-Dice Scott.

-¿Qué hay de ti?-Pregunta Dylan. Afirmo con mi cabeza al mismo tiempo que les doy la espalda y muevo mi cabello hacia un costado, demostrándoles el mismo tatuaje pero en mi nuca, como Dylan.

Se preguntarán... ¿de qué diablos están hablando? Bueno resulta que años atrás, antes de que fuera enviada a aquel horrible lugar, los cuatro prometimos hacernos un tatuaje que simboliza nuestra unión. Elegimos la palabra Ohana porque pues en su momento aún éramos niños y después de todo, significa familia.

Continuamos desayunando acompañados de un tranquilo silencio. Al terminar, nos encargamos de lavar lo que habíamos usado y nos aseguramos de tener todo lo necesario para nuestro primer día.

********

-¡Buenos días chicos!-Saludo con entusiasmo, a nuestro grupo apenas llegan a nuestro lado.

-¡Buenos días!-Responden todos, con la misma energía.

-Qué dices Sky, ¿estas lista?-Pregunta Chase, mientras coloca su brazo sobre mi hombro y me aprieta sobre su costado.

-Lista-Dije antes de empujar la puerta para entrar.

Supongo que la fuerza que aplico es mayor a la del peso de la puerta, pues esta causa un sonido estruendoso al rebotar contra la pared, llamando así la atención de todo aquel que se encuentra en el pasillo. Las conversaciones desaparecen y el silencio reina. Estoy segura que si fuera a tirar un alfiler, podría escuchar el sonido que hace al impactar contra el suelo. Todos me observan. Algunos preguntan quien soy, otros dicen saber quién soy, algunos chicos comentan lo linda que soy y muchas chicas exclaman lo puta que creen que soy. Quiero rodar mis ojos ante la situación, más superficiales no podían ser, ¿cierto?

-Okay, ¡ya basta! Sería genial si pudieran encargarse de sus propios malditos asuntos en vez de observar tanto al resto. Sí, soy una alumna nueva. No, ninguno de ellos es mi novio. Espero podamos llevarnos bien pero de no ser así, tampoco me importa. Ahora media vuelta y sigan con lo suyo-Grite, cansada de que me observen y opinen sin conocerme. El asombro dura poco y en unos segundos las conversaciones vuelven a aturdirme los oídos.

De Vuelta en CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora