Origen omega; HP adaptación.

Prólogo

La vida es simplemente una perra.

Una perra en forma de alfa sin corazón; la mayor parte de las veces.

Y ok, muchos pueden decir que es exagerado, que eso no es así y que generalizar está mal porque no todos son de ese modo o no a todos les sucede lo mismo -o similar- pero joder, el peso gana. Difícilmente encuentras algo de piedad o misericordia en una dirección correcta, en el momento necesario.

Y luego está la consideración. Lo que menos existe.

Lo que no hubo hacia ellos, hacia su familia; hacia su mamá.

Ni siquiera sabe algo de ella bueno o esperanzador. La última noticia fue que un alfa la atacó y se la llevó para no dejar rastro. Y lo peor es que eso no es lo más doloroso.

Incertidumbre. Duda. La sociedad.

De por sí es horrible aferrarte a una idea de una persona, a lo que conoces de ella, y que con palabras vacía y juzgadoras toda esa imagen tiemble en tus brazos, pero es mucho más horrible no saber si te sostienes de ese recuerdo porque conoces y crees en esa persona... O sólo por bien personal.

El sólo dudarlo es penoso, triste y desalentador. Traicionero.

Y toda esa carga emocional para un pequeño niño de no más de siete años... Muy difícilmente pasa sin dejar huella.

Peor cuando pasa por esa situación sólo.

--Ya llegamos-- Mira a ver a su padre en silencio, su expresión no ha cambiado desde hace ya tanto tiempo... Siempre seria e impasible. Casi sin sentimientos.

Ya han pasado dos años desde la desaparición de su madre y en ese tiempo han ocurrido muchas cosas para ambos; Él ha tenido que crecer rápido para seguir adelante, para sobrevivir y tratar de no ser dañado en lo mayor posible.

No tuvo suerte en eso.

Por lo menos, para alivio de él,  su padre no está tan ausente o insensible. Es un soporte inestable pero está ahí.  Cree.

Le apoyó a cambiarse de escuela justo a tiempo y le ha estado enseñando diversas artes de defensa. Aunque... En el fondo siente que eso no cambiará nada...

Esto es estúpido.

Aún es un niño, pero ha tenido que crecer y aguantarse como un adulto. Prever el cambio y accionar al más mínimo peligro. Ha tenido que ser independiente y astuto. Frío.

Entiende a su papá pero no le da crédito. Sabe que sufre, lo ha escuchado -incluso visto en ocasiones- llorar por las noches, a escondidas. Entiende que es su desesperación por estar ocupado todo el tiempo lo que lo mantiene día y noche en su trabajo; Sumergido y bloqueado de su realidad personal, de su familia. Comprende que no es tan fácil tener contacto con él debido al parecido con su madre, la alma gemela de su padre, pero... Ella también era su mamá.

Él también la amaba y necesitaba.

Él también tiene ojos y espejo...

--Me voy entonces. Nos vemos, en la noche. --Sale y cierra la puerta.

--Noche. -- Contesta sin voltear a verlo. Su radio suena, llamándolo ruidosamente a trabajar.-- Adiós. -- ve la patrulla alejarse hasta que desaparece de su visión.

-- Adiós papá. -- Suspira, triste, y se adentra a su nueva escuela.

La escuela no se ve mal, es mixta pero promete seguridad a omegas y betas -inclusive a alfas en caso de requerirlo-. El personal está capacitado para casi cualquier emergencia y hay buena vigilancia.

O eso fue lo que les vendieron.

Él busca al secretario o secretaria encargado, debe darle sus papeles restantes y su reciente prueba de raza con la confirmación de su condición.

Es una prueba rutinaria, según las autoridades de la escuela -y la doctora encargada de hacerle la prueba-; Antiguamente sólo bastaba con hacer esa prueba una vez, quizá una segunda cuando el individuo esté por cumplir la edad donde se presenta el celo (dieciséis años por lo general), pero dado al incremento de casos de "betas" que de manera imprevista se convirtieron en omegas o en alfas, prefirieron cambiar el mecanismo y procedimiento de la toma de muestras a una más regular y confiable.

Uno de los motivos por el cual prefirieron una escuela mixta a una exclusiva de omegas u omegas-betas.

Simplemente es mejor estar atrapado en una situación peligrosa -pero controlada- a estar en una constante seguridad y ser sorprendido con la ceguera del entorno. La clave es ser consciente y saber cómo actuar.

Y enfrentar el miedo, naturalmente.

--Hola lindura, eres omega. ¿Cierto? --Afirma con seguridad un niño evidentemente de un grado mayor. Consecuentemente, le estudia con indisimulada altanería para después sonreirle coqueto y burlón.

Él suspira con cansancio y entorna los ojos con advertencia. Se mantiene callado y casi de inmediato busca con la mirada al adulto responsable de darle la verdadera bienvenida a la escuela -y su bendito horario para largarse a clases de una buena vez-.

--¿Será que me equivoqué? -- Escucha la voz incrédula del niño, intuye es alfa-- Tienes agallas, ningún alfa de mi edad ha intentado ignorarme antes. Tengo presencia, ya sabes... Bueno, trae acá. --Le arrebata el resultado de su prueba. Él se enoja y trata de conseguirlo de regreso en lo que el otro chico da vueltas con el papel en sus manos, en lo alto-- ¿Omega? Debe ser una broma... Seguro eres de esos omegas con fallos-- Se burla.

Él siente la ira correr por sus venas.

--No importa. Con que abras tus pi-Uhg...-- Al golpe en su pelvis se dobla con efusivo dolor, él le quita la hoja de las manos.

--Lo siento...--Se endereza con lentitud, recomponiendo su respiración y tranquilidad-- No me relaciono con alfas idiotas. -- Su voz no suena tan cool como debía sonar; la agitación del momento y el temblor generado por la repentina ira y adrenalina circulante en su cuerpo le quita el encanto a la frase haciendo sonar algo débil y entrecortada su voz.

Alza la mirada y, ¿cómo no?, casi todos a su alrededor lo miran con sorpresa e incredulidad.

¿Qué dem-?

--¿Qué sucedió aquí?-- Mierda.

......

-- Aquí es tu clase y...-- Busca algo entre los papeles que lleva en la mano.-- ...Este de aquí --Lee el documento con detenimiento para luego asentir con satisfacción y tendérselo.-- Es tu horario. -- Explica.-- Espero a partir de ahora tengas un mejor día. -- Le observa con algo de pena y genuina amabilidad. Él forma la mejor sonrisa que puede, está incómodo pero el secretario ha sido de lo más amable con él y no se merece malos tratos. Lo ve irse y se gira, nervioso, a la puerta de su salón de clase.

Cuarto grado -Suspira- Ahí voy.