02_The pieces of myself

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The pieces of myself

Empecé a fumar a la edad de 14 años y desde entonces no he parado en estos 35 años, todos siempre me dijeron, el cigarro te va a matar, mírenme ahora pequeños bastardos, aún vivía, conduzco en la carrete a unos 120 kilómetros por hora, el auto es viejo pero confiable, la música suena a todo volumen, el frio viento golpea mi rostro de una forma casi violenta pero mueve mi corto cabello de una forma muy satisfactoria, si alguien me preguntara si soy feliz, en este momento diría que sí, pero todos sabemos que en cuanto estacione esta chatarra ese sentimiento desaparecerá.

La realidad es que hace tiempo que sentía una gran presión por sentirme bien por no mentir cuando me preguntan cómo estoy, aun sabiendo que estoy en la mierda desde hace tiempo, esa pregunta tan simple siempre torna incomoda la conversación ya que tengo 2 opciones, digo la verdad e incomodo más a la mayoría o digo que todo bien y listo, se termina el problema, pero en realidad no, te terminas mintiéndote a ti mismo y eso peor que mentirle a los demás y es cuando llega el vacío, el sentimiento de impostor, en que punto les mientes a ellos y en que punto te mientes a ti mismo...


-¿Qué haces?-

-Escribo- Digo sin levantar la mirada de mi la computadora a pesar de saber que será imposible continuar con la idea.

-¿Te gusta?

-No- cerré la computadora y la puse a un lado de mi regazo, puse mi pierna en mi rodilla y me lleve una mano a la cara para quitarme los lentes de vista cansada, parece que esta conversación no la podre evitar, miro a Sebastián, el que ahora sé es el primo de Marco- No me gusta exactamente, pero lo hago debes en cuando, antes me ayudaba a dejar claras mis ideas, así que ahora lo hago por costumbre, más que por gusto.

-¿Me dejaras leerlo algún día?-

-A menos de que en algún punto sea publicado, no, soy incapaz de escribir sin proyectarme así que dejarte léelo sería demasiado personal-

-Y yo que creí que ya habíamos pasado por ese filtro de "demasiado personal"- dijo mientras una sonrisa arrogante se asomaba por su rostro al mismo tiempo que se levantaba del sillón que quedaba frente a mí.

- Ja, Ja , púdrete, ¿qué no tienes tarea o algo así? Siempre andas rondando por el departamento con la cabeza entre un libro ¿No se supone que estas en la universidad? Cuando yo iba a la universidad apenas tenía tiempo para respirar

-Bueno la diferencia es que soy bueno en lo que hago y no me siento presionado, además "tener la cabeza dentro de un libro" es básicamente mi tarea -

- Así que letras eh-

-Si, ¿tú que estudiabas?

-No importa en realidad, como sea lo que se no sirve de nada aquí-

-¿Así van a ser todas nuestra conversaciones? ¿Yo te pregunto y te niegas a contestar de forma adecuada? Llevo aquí casi un mes y apenas hablamos, tus conversaciones son de un par de oraciones y fin, adiós conversación. No tengo problema, pero debes avísame qué tipo de dinámica tendremos.

A estas alturas de la conversación ya estaba en la cocineta de apenas metro y medio que los bastarnos de la inmobiliaria nos vendieron como una cocina minimalista, funcional, ideal para dos soltero, como si por ser solteros no quisiéramos cocina o mínimo tener platos, en realidad no queremos, ni cocinamos, pero mínimo deberíamos tener opciones, estúpida cocineta no se puede hacer nada en ella, es tan pequeña y poco práctica, pero Sebastián parece no tener problema con las proporciones es capaz de fluir en ese pequeño espacio.

-Derecho ... Estudie derecho y me especializaba en la gestión de proyectos en el campo de la construcción, la idea no fue mía, en mi familia ya tenían, un ingeniero y una arquitecta, mi hermano y hermana, me tocaba a mi ser el abogado por saber manejar esa parte de la empresa a futuro, claro a mí nunca me tocaría ser directivo o nada por el estilo, ya tenían a mi hermano y hermana para eso, pero, aun así, resultaba practico. Mira no te ofendas si no soy la persona más amable del mundo.

-No eres así con Marco-

-Son años de conocernos-

-Tampoco eres así con la rubia que es novia de Marco-

-¿Quieres pelear?- Dije algo exhalado, no me gusta ser interrogado.

-Para nada chéry , yo prefiero hacer el amor que la guerra, Je veux seulement ce que les autres ont chéry

-Sería una pena que entendiera francés ¿verdad?

Se ruborizo bastante, pero al final sonrió, no sé si para él o para mí.

-Ire a comer a un café en el centro, ¿vienes?

Que más opciones tenia, aunque me quedara solo en el departamento no me podría concentrar en lo que estaba haciendo antes y la idea de comer algo afuera me resultaba bastante tentadora.

-Vamos pues-

Tome mi chamarra de animal print de leopardo con un poco de peche en los puños de las mangas.

-¿Iras con eso? Parece que mataste a un punk para obtenerla.

-Jajaja, calla, ambos sabemos que te encanta- le dije mientras golpeaba un poco su hombro contra el mío

AstromeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora