Las Vegas, Nevada, 9:06 pm
Golden Nugget Hotel & Casino
Área de apuestas.Existen dos momentos de mi vida muy relajantes –personalmente hablando–, uno: es cuando me tomo un pequeño descanso de todas mis actividades de negocios. Dos: cuando tengo una buena jugada en el Texas Hold'em, justo este momento está llena de ambas, y es que solo me importa esto, por ahora.
—Señor —emitió el dealer arrastrando unas fichas hacia a mí. Fui ganador de esta ultima ronda, y de nuevo repartió las cartas.
Toda mi concentración era total a mi nuevo juego de cartas, hasta que William comenzó a fastidiar con mi supuesta falta de chicas y sobre alguna apuesta. Le pedí más de dos veces que dejara de molestarme, estaba a punto de romperle la cara pero apreté mi puño libre, el cual relajé cuando lo escuché decir:
—Te apuesto unas vacaciones al año durante el resto de nuestras vidas en mi cabaña que tanto te gusta —me ofreció William.
—Las veces que quiera —comencé a negociar. No iba a arriesgarme por cualquier cosa.
—No, solo una vez —negó muy seguro de que yo aceptaría.
—Si pierdes tendrás que ceder a vendérmela junto con todo el terreno y a mitad de su precio original —le propuse dejando las cartas de mi jugada sobre la mesa y mirando fijamente a Will. Esto, ahora me interesaba más que cualquier cosa.
— ¿De verdad vas a apostarle esa cabaña Will? —dudó mi mejor amigo, Adam.
—Adelante William Zayas, tienes toda mi atención —articulé, asegurándome de confrontarlo con mi sonrisa forzada.
—Si yo gano, me quedo con mi cabaña, te olvidas de las vacaciones que te ofrecí y.. —se detuvo para hacer más emocionante la apuesta.
—¿Y? —remarqué cuestionándolo.
—Me quedo con tu rancho en Texas y mis gemelas favoritas Harley, además de la roja—soltó de golpe Will.
No evité soltar una carcajada, él sabía que ese par de motocicletas jamás las tendría en su poder y aún así lo pidió.
—El rancho y si quieres uno de los Porsche, o puede ser también la roja, eso equivale un poco más de la mitad del precio de la cabaña, pero mis gemelas no las tocas —le informé sin dejar de advertirle.
Su mirada se hizo oscura y pesada, he visto tantas veces ese semblante cuando quería intimidar alguien, pero ya no se me hace nada novedoso, mucho menos intimidante.
—Me conformaré con la roja.
— ¿Es una apuesta? —quise asegurarme de lo que acabábamos de negociar. Will lo pensó por unos segundos y luego extendió la mano hacia mí.
ESTÁS LEYENDO
Tú, Mi Perdición | EN PAUSA
Romance*Tercer libro de la Saga: Perdición Ser alguien reconocido nunca ha sido lo de él. Trenton Stark, un empresario exitoso, pero nada famoso en la alta sociedad. Mantiene en buena forma el negocio familiar, gracias a eso se ha hecho de otros negocios...