Capitulo 1: UNA NOCHE DE LLUVIA

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A mitad de la noche y del bosque se encontraba una cabaña, en donde una pequeña huérfana lloraba por sus padres de pronto empezó a llover y se comenzaron a escuchar ruidos afuera de la cabaña, la pequeña bajo su llanto y se ocultó debajo de la cama , en unos segundos más dejó de llorar y se secó la carita llena de lágrimas ,muy cuidadosamente y sin que la vieran, se paró a un lado de la cama y se asomó por la ventana para ver qué eran esos sonidos que provenían de afuera, se dio cuenta de que era una pareja tratando de ocultarse de la lluvia. Una de las personas tocó la puerta sin obtener una respuesta.

Hombre: ¿hay alguien ahí? -esperó un momento y volvió a hablar- ¡Hola!

Mujer: ¡Hola! ¡Hola! -Vuelven a tocar- ¿Hay alguien que pueda ayudarnos? ¿Hermano estás ahí?

La niña al escuchar que la mujer hablaba a su hermano se dispuso a abrir la puerta. La pareja escuchó que se quitaron los seguros y se abrió la puerta, por lo que al no obtener respuesta de nadie se asombraron de tal acto, curiosos por ver quién había abierto, se asomaron por la puerta para después encontrarse con la pequeña niña.

Niña: ¿Eres mi tía? - Pregunta con algunos rastros de lágrimas en sus mejillas pero contenta de no estar más sola.

Mujer: hola pequeña Madeline ¿qué haces despierta a estas horas? ¿y tus papás?

Madeline : no lo sé- Dice con voz triste- ellos se fueron hace tres días y no han regresado, dijeron que tenían que pelear en la guerra por órdenes del rey Guemil primero.

Hombre: ¿quién se ha estado haciendo cargo de ti pequeña?

Madeline: na...nadie -comunica con una voz tímida.

Hombre: no te preocupes ¿ya comiste?

Madeline: no, no he comido nada en tres días, solo he tomado agua y si acaso he comido unas migas de pan duro.

Los ojos de la pareja se encontraron tras escuchar las palabras de la pequeña y con un nudo en la garganta respondió el hombre.

Hombre: Pobrecita no te preocupes te daremos de comer y te cuidaremos hasta que vengan tus padres ¿vale?.

Madeline: ¡Gracias! -dijo con una sonrisa y con algunas lágrimas en los ojos- son ustedes muy amables.

Mujer : pero no nos hables de usted -se presentan- nos puedes decir tía Iris
y él es tu tío Rossel.

Madeline: Sí tía Iris.-Dice decidida.

Pasaron los días y los años, los padres de Madeline no regresaron, la niña creció y ahora es toda una mujercita.

Iris: durante todos estos años la hemos estado cuidando y entrenando para que sea una gran guerrera.

Rossel: oye Iris me siento como si fuera el padre de Madeline. Estos años la hemos criado como a una hija y si tu hermano y tu cuñada estuvieran aquí estarían muy orgullosos de su hija.

Iris:  !Sí¡ -suspira- yo también estoy segura de ello.

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