Te quiero para mí [EN FÍSICO]✔

5: ¿Quiénes son los invitados?

Estados Unidos, Carolina del Norte.

Nicole Campbell

Camino por la calle, perdida en la canción Someone You Loved, de Lewis Capaldi que desprenden mis auriculares. Maravillada por la dulce melodía no me importa nada de lo que sucede a mi alrededor.

Quedé con las chicas de vernos en un parque, para planificar la fiesta de mi cumpleaños número diecinueve, que está a la vuelta de la esquina. Al pasar frente a mi pastelería favorita no puedo resistir la tentación de comprar una tarta de chocolate para compartir con Ashley y Mariana: si tenemos algo en común es la pasión por ese sabor. Ya sea en bebidas, cremas o pasteles. Tan sólo de poner un pie dentro del local el delicioso olor inunda mis sentidos, me deslizo con facilidad entre los estantes repletos de postres cubiertos de fresas, almendras, natas de todos los colores y sabores existentes.

Selecciono uno cubierto de moras con chispas de chocolates y me dispongo a pagar cuando alguien en la barra capta mi atención. Hablando con la cajera esta un chico de cabello negro y alta estatura, su perfil denota una mandíbula marcada, con unos labios gruesos y cejas pobladas. Mientras me acerco, este dirige su mirada hacia mi durante unos segundos, tiempo suficiente para dejarme sin respiración, sus ojos esmeraldas son tan profundos que no puedo evitar perderme en ellos.

Me abarca una sensación tan familiar, ese cosquilleo en el estómago, el temblor en las piernas: sólo me había pasado una vez y era demasiado joven para distinguir el verdadero significado de esa emoción.

-Gracias -le dice el chico a la cajera, para luego regalarme un guiño y abandonar el local.

Sigo embelesada, y solo puedo observarlo mientas camina hacia la salida, el movimiento de sus hombros, como se contraen los músculos de su espalda, sobre todo, la manera tan sexy en que le quedan esos vaqueros oscuros. Siento algo vibrar dentro de mi bolso, y rebusco hasta encontrar el celular.

-¿Diga? -hablo al contestar la llamada.

-Nicole, ¿dónde estás? -pregunta Ashley del otro lado de la línea.

-En la pastelería. Llego en unos minutos.

Cuelgo y vuelvo a guardar el móvil. Una señora se encarga de envolver la tarta, y luego de pagarla, regreso a la calle, para continuar caminando en dirección al parque donde quedé con las chicas.

Cuando llego me cuesta un poco encontrarlas, porque en el horario de la tarde, numerosas personas salen a pasear al aire libre, algunos con sus mascotas, otros hacen ejercicio, y los padres juegan con sus hijos. A lo lejos alcanzo a ver a mis amigas, mientras que Ashley luce aburrida, sentada en un banco, Mariana está en el otro extremo, mirando fijamente su celular, y vestida con una enorme sudadera, costumbre de la cual no acaba de deshacerse, aunque estemos en verano. Ashley usa ropa más reveladora, blusas de tirantes, pantalones rotos, y cosas de estilo similar.