Quizás sea la noche
la culpable de estas reflexiones.
Que la luna me alumbre descalzo
Que me saluden gatos desde los balcones.
Tal vez sea este frío
a veces tan distante.
Vuelve a encender el candil helado
que haga eterno este instante.
Amor de ti, amor de nadie.
Como aquel viajero
ciudadano de ninguna parte
que anhela tanto su hogar
y a él no le añora nadie.
Deja que duerma en tu costado
para apenas percibirte
y callar sin decirte
que ya no me siento afortunado.
Amor de ti, amor de nadie.
Deja que olvide
las pocas hojas de aquel diario.
Recogeré las cosas del armario
y no me verás jamás.
Porque amor de ti
es amor de nadie.
Y un querer así
es un querer cobarde.
Amor de ti, amor de nadie.
Así que vuelve a pintar esos labios de rojo.
Dibuja una sonrisa y olvídame.
Nadie te verá sufrir
y nadie me verá volver