El zorro domesticado

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Al día siguiente Naruto y Sakura fueron juntos al instituto como acostumbraban a hacer, pero Naruto había estado especialmente callado durante el trayecto y Sakura no conseguía adivinar el por qué. Aunque algo le decía que tal vez su encuentro de la otra noche podría haber sido demasiado para él y que ahora se encontraba terriblemente confuso. Sintió pena y ternura, pero decidió dejar pasar un poco más de tiempo antes de hablar sobre el tema.

Sin embargo, en lo que Naruto pensaba una y otra vez era en la conversación que había mantenido con Sasuke el día anterior en la azotea del instituto, la cual había finalizado con un beso que él mismo le había dado. Aunque Sakura sí que tenía razón en una cosa: no podía estar más confuso. Quería mucho a Sakura, de eso estaba seguro, pero lo que sentía por Sasuke siempre había sido muy diferente... mucho más violento, doloroso y visceral. Sasuke le ardía en las entrañas y a cada paso que daba y cada suspiro que exhalaba sentía el roce de sus perfectos labios contra los suyos como una maldición que le perseguía sin tregua.

Entró en clase y se sentó en su pupitre pasando por delante de Sasuke con la mirada fija en el suelo y el rostro ligeramente enrojecido. Sasuke se quedó mirándole a la nuca desde su sitio, justo detrás de él, con rostro ensombrecido, pero de pronto un sonrisa asomó por sus labios y alargó la mano hasta el hombro de Naruto, quien dió un pequeño respingo al sentir ese repentino contacto.

-Naruto... -le llamó Sasuke con voz neutra y éste se dió la vuelta despacio, con su cara ensayada de "yo sólo pasaba por aquí".

-¿Qué pasa?

-Sólo quería que supieras que ayer al final no fui a hablar con Sakura. -dijo Sasuke sonriendo de forma intrigante. Los ojos de Naruto parecieron de pronto perderse en una azul inmensidad, pero enseguida frunció el ceño y miró a Sasuke con fuerza.

-¿Y qué me importa?

-No lo sé... como cuando mencioné ayer su nombre parecías haberte puesto tan celoso, he pensado que te gustaría saberlo. Aunque no me quedó muy claro de quién estabas celoso exactamente...

-Sasuke... -masculló Naruto con rabia, pero no pudo decir nada más, pues Iruka-sensei entró en el aula y las clases del día comenzaron. Para cuando volvió a sonar el timbre anunciando la hora de comer, Sasuke había desaparecido con tanta rapidez, que a Naruto ni siquiera le había dado tiempo a ver como se marchaba.

Esa misma tarde cayó la primera lluvia de la temporada. Naruto se encontraba sentado en su cama mirando por la ventana, dejándose impregnar por el sentimiento melancólico y renovador que siempre traían consigo las primeras lluvias de verano, cuando alguien llamó a la puerta. Se levantó algo animado pensando que sería Sakura o tal vez Rock Lee con alguna propuesta absurda como la de ir a entrenar bajo la lluvia toda la noche. Sin embargo, cuando abrió la puerta, se encontró con Sasuke ahí plantado como si tal cosa, con cara de pura satisfacción y superioridad.

-¿Q...qué haces aquí? -preguntó Naruto confundido.

-¿Puedo pasar o no? -Naruto hizo un gesto de asentimiento y Sasuke entró mirando en rededor con una sonrisa de oreja a oreja. -Vaya, esto sigue igual. -ahora Sasuke se descalzó, se quitó la gabardina mojada y la dejó sobre una silla, quedándose únicamente en pantalones y camisa negros. Naruto tragó saliva.

-¿Qué quieres? -preguntó todavía a la defensiva y Sasuke lo miró divertido. -Creía que tenías que estar bajo vigilancia o algo así.

-Le he dicho a Kakashi que había decidido darle una segunda oportunidad a nuestra amistad y que quería hablar contigo de todo lo que había pasado y pedirte perdón y hablar de sentimientos y todo eso... No te creas, tu casa está rodeada de miembros de la ambu y Kakashi está en la tienda de enfrente haciendo tiempo. -Sasuke soltó una leve carcajada y se acercó a la ventana de Naruto, saludó con cierta sorna a alguien al otro lado del cristal, a lo lejos, y acto seguido corrió las cortinas.

Tormenta de Verano (narusasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora