1 6

343 43 10
                                    

Dos semanas más pasaron y Kim ya había recuperado un poco la movilidad de su brazo derecho, así que por fin había podido volver a trabajar en la clínica, pero evitaba hacer movimientos bruscos o cosas por el estilo.

Jimin se volvió un completo sobreprotector para su mejor amigo.

"No, TaeTae, no irás tú por la comida, iré yo."

"No te preocupes, preparé algo, así que ninguno de los dos tendrá que salir."

"—¿Y si vas y ese tipo está libre y quiere buscar venganza?

—Jimin, eso no es posible, está encarcelado.

—No me importa, iré yo de todas maneras."

La situación comenzaba a desesperarle un poco, pero no podía culpar a su amigo, es decir, Taehyung habría hecho exactamente lo mismo si el pelirosa estuviese en su situación.

Ah, amaba a ese pequeño sobreprotector.

Jeon estaba sumamente ocupado con la escuela, la graduación estaba cada vez más cerca y entre proyectos, exámenes, tareas y más trabajos el tiempo se veía sumamente reducido para que los enamorados pudieran verse, para Jimin y Yoongi la situación era prácticamente igual.
Pero los mayores no podían quejarse, pues ellos sabían cuan ajetreadas se veían las cosas un vez la graduación se acercaba, y sabían que era por el futuro de los chicos, así que a pesar de pasarlo mal sin verlos estaban felices por ellos.

Eran las cuatro de la tarde, faltaban dos horas para cerrar y el sonido que producía el segundero del reloj de pared que estaba en el consultorio de Kim no hacía si no desesperarlo un poco más a cada instante, estaba aburrido, las citas habían terminado por ese día y simplemente estaban haciendo guardia por si alguien necesitaba algo, así que sólo jugaba con el lápiz que yacía en su escritorio y rodaba de regreso debido al desnivel de la mesa.
Alguien abrió su puerta.

—¿Taehyungie?— Era Jimin, quien se adentraba.— Estoy aburrido.— Dijo con un puchero y dejándose caer sobre la silla que estaba al frente del escritorio del rubio.

—¿No se supone que debes estar en la recepción? Niño, tonto.— Espetó Kim con un tono burlesco.

—Ya sé, pero nadie suele venir a estas horas a menos que tengan cita agendada, así que vine.— Mencionó mientras echaba la cabeza hacia atrás y cruzaba sus brazos.

—Es verdad, en realidad también estoy aburridísimo.— Habló el rubio con un bostezo de por medio.

—Y si... ¿Vamos al cine?— Propuso el pelirosa con una mueca de fingido desinterés pero levantando la mirada hacia su amigo, creado una cara algo graciosa.

—Faltan dos horas para cerrar, Chim. Aguanta un poco más.

—He aguantado desde las ocho de la mañana, mi torrente sanguíneo necesita el azúcar de las palomitas de caramelo que tiene el cine.— Dramatizó, llevándose una mano a la frente y haciendo ademán de desplomarse de a pocos de la silla.

—Ni lo sueñes, Chim. Si papá se entera de que cerramos antes de la hora nos matará, sabes cómo es en ese aspecto.— Cortó el rubio.

—Pero no tiene porqué enterarse, míralo de esta manera: el señor Kim está en Daegu, tú y yo en Seúl, ¿qué probabilidad hay de que el chisme de que cerramos temprano llegue hasta sus oídos?— Dijo el pelirosa mientras se reincorporaba en la silla, dispuesto a cerrar temprano e ir al cine.

El rubio realmente lo pensó detenidamente, y es que su amigo tenía algo de razón, los números telefónicos de servicio que estaban en la puerta eran únicamente el suyo y el de Jimin así que no había manera de que contactaran a su padre, él estaba en Daegu, las personas no solían arribar después de las cuatro, y ambos estaban muy aburridos, así que... Una vez no hará daño, ¿verdad?

What about the glasses? - KookTae ♡︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora