Las cosas cambiaron drásticamente después de decidir ser parte de Wh!plash, sólo han pasado 3 semanas, pero las cosas han cambiado bastante. Diego me ayudó a conseguir una batería usada, no es algo asombroso pero está en buen estado así que funcionara por el momento, los chicos se ofrecieron a ayudarme a pagarla pero decidí hacerlo yo mismo, quería probarme que estaba dispuesto a entregarme a mi sueño y no siempre debía depender de los demás.
Las cosas con la banda avanzaban poco a poco, J estaba bastante emocionado con el tema de componer canciones, nosotros aportábamos algunas ideas, pero en su mayoría eran creaciones suyas, también le hacíamos modificaciones a algunas canciones de las que pensábamos hacer covers, queríamos que sonaran como si fueran nuestras, que tuvieran nuestro estilo, practicábamos con mucha frecuencia, especialmente yo.
Rebeca es muy buena enseñando así que no fue tan difícil como esperaba, al principio si fue duro, pero eso era porque ella se molestaba con cada pequeño error que cometía, sin embargo, poco a poco he visto que se ha comenzado a relajar conmigo, es más paciente y de vez en cuando se ríe de mis bromas, el ambiente es mejor entre nosotros, y aunque no puedo decir que somos cercanos si podría asegurar que las cosas han mejorado notablemente, incluso los chicos mencionaron que el ambiente es menos tenso cuando ambos estamos en la misma habitación a comparación con los primeros días.
Rebeca sueña con ser maestra de música, así que es buena con muchos instrumentos, además sabe más de lo que hubiera imaginado sobre música, acordes, notas y demás, en ocasiones nos da consejos para mejorar la forma en que tocamos o, en el caso de J, sobre como cantar.
Y respecto al equipo de baloncesto todo es un poco difícil, en la competencia reciente quedamos en segundo lugar, mi padre estaba molesto conmigo por no ser el mejor, el equipo también me reprochó por no jugar mejor y por haber faltado a algunos entrenamientos, Chava me cubrió cuando llegaba tarde o no podía asistir a los entrenamientos, aún lo hace, pero no me puedo salvar de ser regañado por el entrenador y que el equipo diga que tengo falta de compromiso. Poco a poco empiezo a alejarme del equipo, sigo asistiendo a los entrenamientos, el baloncesto me gusta pero no es lo que quiero hacer el resto de mi vida, tampoco paso tiempo con los chicos del equipo como hacía antes, de hecho suelo pasar más tiempo en compañía de Diego, Chava o Daniel, algo que al equipo le ha molestado bastante debido a la rivalidad que existe entre el equipo de baloncesto y el de americano, Diego también ha sido acosado por su equipo por pasar tiempo conmigo, pero a ninguno de los dos nos importa, simplemente los ignoramos.
He pensado en dejar el equipo, no es que me haya dejado de gustar jugar, es sólo que se ha convertido en un pasatiempo, ya no es algo a lo que me quiera dedicar de lleno, pero estoy buscando el momento perfecto para hacerlo, porque hacerlo será revelarme completamente contra mi padre y deberé estar preparado para eso.Justo ahora me encuentro en el salón de música con Rebeca, al final decidimos que lo mejor era seguir practicando aquí, a esta hora no hay nadie en la escuela, así que podemos aprovechar que es un lugar silencioso donde podemos hacer ruido sin que nos molesten. Rebe me está diciendo que me falla a la hora de tocar, pero he dejado de escucharla, hemos avanzado bastante y ya no parece odiarme como antes, pero aún quiero saber que hice para que ella me llegara a odiar tanto y creo que ahora que estamos en mejores términos es el momento perfecto para que le pregunte.
–Rebe– Interrumpo su discurso del que no he prestado atención en lo más mínimo.
–Ya te dije que no puedes llamarme así– Aunque siempre dice eso yo igual la llamo así.
–Quiero preguntarte algo.
La observo detenidamente, cada vez que la miro se ve más hermosa, hoy lleva un suéter de rayas rojo y negro, es algo grande pero siempre que usa esos suéteres luce demasiado adorable a mis ojos, lleva un pantalón negro de cuero ajustado y unas botas, se ve linda, esta vez lleva poca joyería, unos cuantos anillos y el colla de hueso de la suerte, lo usa con mucha frecuencia, realmente no lo esperaba pero me hace feliz, sé que no lo elegí yo, pero yo se lo regale y me hace feliz saber que le gusta usarlo, su bonito cabello negro y rizado está atado en una coleta alta, luce tan suave cuando se mueve, es como una lluvia negra y brillante, el delineador de sus ojos resalta ese rasgo gatuno que tanto me gusta, y sus labios están pintado de un rojo oscuro, desde que inicio la clase me he preguntado ¿Qué se sentirá besar sus labios? ¿Será tan mágico como escucharla tocar? Estoy seguro de que incluso podría sentir que vuelo si algún día llegara a besarla.
–Y entonces ¿Preguntaras o sólo te me quedaras viendo?– Rebeca me saca de mi sueño y regreso a la realidad.
–Ah sí, por favor no te vayas a enojar– Veo como ella levanta una ceja y se cruza de brazos. Espero que esto salga bien –Quiero aprovechar que el ambiente entre nosotros ha mejorado, sé que aún no me aceptas como tu amigo, pero hay que admitir que eres menos hostil conmigo, así que aprovecharé esto para preguntar ¿Qué hice para que me odiaras?
–Creo que es mejor regresar a lección– Rebe se da vuelta y comienza a escribir en el pizarrón. Me pongo de pie y camino hasta estar frente a ella.
–Te juro que no sé qué hice, pero desde que descubrí que me odiabas mi mente no para de preguntarse ¿qué hice? Pero no encuentro la respuesta, y quiero que sepas que de verdad siento lo que sea que haya hecho, no me gusta saber que me odias, no quiero dejar las cosas así, en serio quiero hacer las paces contigo, pero para eso creo que debería saber de qué se me acusa, y así ambos podamos resolver el problema.
Veo como Rebeca resopla antes de darse la vuelta, una vez más su mirada es de reproche, pero ya no existe ese odio que alguna vez me hizo sentir intimidado, está vez es diferente, parece que sólo recordarlo le duele y eso me hace sentir peor persona.
–¿De verdad no sabes que hiciste?– Apenas voy a contestar cuando ella continúa hablando –Claro que no lo sabes, sólo haces cosas en tu beneficio y nunca te detienes a pensar en cómo afecta eso a los demás.
Puedo sentir el dolor en sus palabras, pero aun no sé qué fue aquello que hice que la lastimo de esta forma, sé que he hecho cosas sin pensar en los demás pero no recuerdo haber hecho algo tan malo como para que ella se sienta así de dolida. Bajo la mirada porque me siento mal, y pienso en que tal vez es mejor dejar las cosas así, pero no puedo, no puedo seguir preguntándome que hice y no obtener respuesta.
–De verdad lo lamento, si pudiera hacer algo para arreglarlo, te juro que lo haría– Hablo en serio, si existe una forma de enmendar mi error, lo haría.
–Bien, págame una licenciatura en música– La miro directo a los ojos, no está jugando, lo dice en serio.
–Yo… yo, no puedo hacer eso– Sin el dinero de mi padre no soy nada, no podría pagarle una carrera en música.
–Entonces no puedes hacer nada. Continuemos con la lección.
Estoy en shock, ¿qué tengo yo que ver con que ella quiere una licenciatura en música? ¿Acaso le arruine la oportunidad de hacerlo? Pero ¿Cómo? ¿Qué hice? No recuerdo haber hecho algo como eso.
–¡Espera! No entiendo ¿Cómo es que influí en algo tan importante como eso? No recuerdo haber hecho algo así– Necesito que me dé respuestas, sólo me siento más confundido.
Veo como Rebeca se recarga contra la pared, me mira y resopla, desvía la mirada y es entonces que comienza a hablar.
~Flashback~
Era un jueves del año pasado, las clases habían sido suspendidas porque el director tenía un comunicado que darnos, era acerca de la temporada de futbol americano, siempre hacía lo mismo, la escuela tenía diferentes equipos deportivos, pero nos distinguíamos principalmente por el equipo de americano, era el orgullo de la escuela, así que como cada temporada, el director tenía que hacer una asamblea para darle ánimos al equipo y cosas por el estilo, por lo general no tomaba mucho tiempo, a lo mucho media hora, lo que era bueno porque así me daba tiempo de llegar a la entrevista que tengo.
Me gusta mucho la música y mi mayor sueño es enseñar a otros las maravillas de esta hermosa obra de arte que es la música, el maravilloso lenguaje que es y los bellos sentimientos que puedes trasmitir mediante ella, así que aplique para una escuela de música muy famosa, estaban buscando nuevos alumnos y estaban ofreciendo becas para los mejores que se presenten, yo esperaba poder conseguir esa beca, sabía lo suficiente de música y confiaba en mis habilidades, había enviado un correo con vídeos donde mostraba lo buena que era tanto en la teoría como en la práctica, y ellos contestaron diciendo que tenía las suficientes capacidades para ser una alumna de esa escuela, que vendrían unos profesores a evaluar a varios aspirantes y que si tocaba tan bien como en los vídeos podría conseguir una beca completa para la escuela, lo que era un sueño para mí ya que al ser huérfana no tenía ninguna fuente de apoyo económica para sustentar una carrera, pero si conseguía esa beca las cosas serían más fácil, sólo tenía que preocuparme por pagar los pasajes para llegar a la escuela y mi mejor amigo, Josejan, estaba dispuesto a ayudarme a pagar el material y transporte, aunque no es como que los dos tuviéramos dinero, pero trabajábamos y teníamos unos pequeños fondos de ahorro, así que sería suficiente y si no me las arreglaría.
La asamblea sería en el gimnasio como siempre, pero hubo algo extraño, esa vez nos pidieron a todos nuestros teléfonos en la entrada, les colocaron postits para diferenciar de quién era cada uno, al parecer no querían que nada interrumpiera el discurso del director, así que tuve que dejar mi teléfono. Todos nos sentamos a escuchar el discurso, por lo general faltaba a estas cosas, pero en esa ocasión el profesor de química amenazo con bajarnos un punto si no asistíamos.
Al igual que todos los años el director decía lo orgulloso que estaba del equipo y como deseaba que ganaran, también anunció que había cambiado el uniforme del equipo y que había aumentado el presupuesto para que los chicos estuvieran mejor preparados para esa temporada. Todo parecía ir normal pero de repente se escuchó una voz por los altoparlantes.
“!Wuuuu! Démosle un gran aplauso al equipo de futbol americano que es nuestro orgullo, seguro que con ese aumento en el presupuesto el equipo ganara esta temporada.”
Se hizo un silencio ante la confusión, ese que hablaba era Roberto Saracho, integrante del equipo de baloncesto, el chico más popular de toda la escuela, era bastante extraño que estuviera felicitando al equipo de americano, todos sabíamos que no estaban en buenos términos y eran básicamente enemigos, ¿qué tramaba?
“Pero no sólo ellos merecen un aplauso, también hay que aplaudirle al equipo de baloncesto, porque si el director no les hubiera recortado el presupuesto, el equipo de americano jamás hubiera tenido uniformes nuevo, ¿no es así querido director?”
Claro que debía haber algo oculto. Las personas en el gimnasio comenzaban a susurrar, el director había mandado a uno de los profesores, supongo que a reprender a Roberto. El gimnasio era un caos
–Chicos, tranquilos, lo que dice Roberto no es verdad, sólo está molesto porque aún no les entregamos sus nuevos uniformes– El director trataba de controlar a los alumnos pero no podía.
La risa de Roberto se escuchaba por los altoparlantes, era burlescas y escandalosa. Ese chico no tenía miedo de meterse en problemas, el simple hecho de que se encontrara en la dirección hablando por los altoparlantes ya era suficiente para que lo castiguen, sin embargo también se burlaba del director.
“Cuando le pregunté por nuestros uniformes, eso no fue lo que dijo, sus palabras exactas fueron: El equipo de basquetbol no tendrá uniformes nuevos está temporada. ¿Por qué cambia sus palabras, director?”
Vi como el profesor que mandó el director no pudo abrir la puerta ¿qué demonios? No podía ser verdad, Roberto nos había encerrado en el gimnasio. Inmediatamente baje de las bancas y corrí a la puerta para verificar que no se podían abrir y así era, estábamos encerrados. El profesor corrió a avisarle al director sobre el hecho. Una vez más la risa de Roberto sonaba mientras se burlaba.
“Veo que el profesor Carlos descubrió mi plan. Así es, están encerrados”
Muchos gritos de protesta por parte de los alumnos se alzaron, todos estaban molestos, ¿con que derecho se sentía para hacer aquello?
“Shhhh. Si quieren salir escuchen lo que tengo que decir”–Roberto, más te vale que abras las puertas si no quieres terminar expulsado– El director trataba de intimidar a Roberto, pero parecía que no lo conocía, eso no funcionaría con él.
“No me asustan sus amenazas. Ahora si procederé con mis condiciones, es sólo una, y una vez que el director acepte, todos podrán salir”
–¿Qué quieres?– Aunque el director haya preguntado, dudaba que fuera a aceptar las exigencias de Roberto.
“Quiero que le regrese el presupuesto que tenía el equipo de baloncesto, es tan sencillo como eso”
No era sencillo, porque si lo que Roberto decía era verdad, el presupuesto del equipo de baloncesto había ido para el de americano, así que el director no se podía permitir regresarle el presupuesto original al equipo de baloncesto sin quitarle el aumento al equipo de americano. No pensaba dar su mano a torcer tan fácil.
–¿Y si no acepto tus condiciones?– Como era de esperarse el director trataba de negociar.“Se quedaran ahí encerrados, yo no tengo problemas con esperar”
Una vez más los estudiantes protestaban, el gimnasio se había vuelto un caos y yo solo pensaba en que había perdido mi oportunidad para llegar a la entrevista, ni siquiera tenía mi teléfono para avisar que no podía presentarme o que tardaría un poco más. Estaba jodida.
Ese chico siempre estaba metiéndose en problemas, y no se rendiría hasta que el director aceptara lo que él quería, pero el director no aceptaría a la primera, y ese era el problema, que el director inevitablemente tendría que aceptar las cosas, pero mientras tanto nos tendrían encerrados sin poder comunicarnos.
Durante horas trataron de abrir las puertas del gimnasio pero nunca consiguieron nada, el director trató de negociar con Roberto, pero tampoco consiguió nada, Roberto hablaba de vez en cuando para burlarse y meter más presión en el director, pero aun así no funcionaba, y mientras tanto yo sufría, no sabía cuánto tiempo había pasado, pero sabía que con el paso de las horas sólo perdería la oportunidad de mi vida. Había pensado en escapar por las ventanas pero estaban demasiado altas y lo más probables era que me rompiera algo si lo intentaba, la mayoría ya se había resignado, pero yo no podía hacer eso, tenía una oportunidad de conseguir una beca para una prestigiosa escuela de música, no podía rendirme, tenía que encontrar alguna forma de salir de ahí.
Sin embargo, mis esperanzas murieron cuando pude ver el cielo oscurecerse por las ventanas. Finalmente el director aceptó las exigencias de Roberto, incluso tuvo que hacer un oficio y firmarlo para que no se pudiera retractar después. Todos salieron felices y aliviados porque por fin se irían a casa, pero yo estaba destrozada, tuve la mejor oportunidad de mi vida y la perdí, pero lo peor era que perdí esa oportunidad por alguien más, alguien que ni siquiera recibió un castigo digno. Roberto fue suspendido por dos semanas, no lo podía expulsar porque su papá invertía dinero en la escuela, expulsarlo sería una idea estúpida, así que no importaba si Roberto nos había encerrado por horas, no importaba si había perdido la oportunidad de entrar a la escuela de música, nada importaba porque él era el Rey de la maldita escuela y podía hacer lo que se le diera la maldita gana.
Trate de ponerme en contacto con la escuela pero me dijeron que no podían hacer una excepción solo por mí, me dijeron que intentará el próximo año para ver si tenía suerte, pero el programa de becas era cada 4 año.
Desde aquel día comencé a odiar a Roberto Saracho, era el único culpable de lo que me había sucedido, todo por su maldito equipo de baloncesto.
~Fin del Flashback~
–Terminamos la lección de hoy– Rebeca deja las llaves del salón en la mesa, toma sus cosas y se retira.
Arruine su oportunidad de conseguir una beca para la escuela de música. Arruine su futuro. Es mi culpa que permanezca en esa jaula y no pueda volar libre.
Ahora la entiendo, yo también me odio.
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La Violinista
Cerita PendekElla era como una ave, una bella ave de plumas negras, una preciosa ave que había sido encerrada, cuando tenía que ser libre, volar lejos y llevar un hermoso canto hasta el último rincón de la tierra. Pero una jaula creada por mí mismo la mantenía e...