14. Visita a Gis

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Dylan

-¿Llevas todo lo necesario? -Dany me pregunta en cuanto cierro la mochila que tengo en la mano.

-Sí, frituras, gomitas, malvaviscos, palomitas, chocolates y refresco... No sé si sería buena idea llevar helado. -lo observo y este hace una mueca.

-¿Dónde van ustedes dos? -Rubén aparece por el pasillo de la casa y nos analiza con la mirada.

Ambos llevamos mochilas y no son las que normalmente usamos para el colegio, sino las de viaje que son un tanto más grandes y con más compartimentos para guardar cosas.

Enarca una ceja en espera de respuesta, así que suelto aire y lo observo fijamente.

-Vamos a casa de Gisele. Está triste por lo que le pasó a su gato, así que queremos ir a hacerle compañía durante la tarde. -explico brevemente y me ajusto las gafas desde el puente de mi nariz.

-¿Qué pasó con su gato? -pregunta relajando el gesto de su rostro.

-Murió. -Dany le aclara muy directamente.

-¿No podías decirlo con más tacto? -lo fulmino con la mirada con muchas ansias de darle con un bate en la cabeza.

-Bueno, enfermó y su alma abandonó este mundo. -se corrige sin quitarme la mirada de encima.

Suspiro, cansado de su actitud, sin embargo no hago nada al respecto y me cuelgo la mochila, llena de comida, en mi espalda.

-¿Irán caminando? -pregunta y asentimos simultáneamente.

-Sí, queremos estirar las piernas. -Dany se encoge de hombros y noto cierta mirada de disgusto en el rostro de nuestro hermano mayor.

-No me gustaría dejarlos ir solos... Pero tampoco puedo ir con ustedes... -pronuncia con un tono de voz suave y bastante inconforme.

-Tranquilo papá oso, estaremos bien, te recuerdo que cumpliremos quince dentro de un mes, creo que ya estamos lo suficientemente grandes para no depender de ustedes. -Mi gemelo pronuncia con despreocupación a lo cual, Rubén solo suspira.

-Está bien, pero vayan rápido y con cuidado, son veinte minutos a pie de aquí a allá, así que espero lleguen a ese tiempo ¿entendido? -nos advierte con una sonora molestia.

-Lo haremos mamá. -me atrevo a decir y ruedo los ojos.

Miro a Dany y le doy la vuelta al sillón hasta estar a su lado y dirigirnos a la puerta principal de la casa.

-No vayan a hacer escándalo a la casa de Lance ¿Sí? No quiero escuchar reclamos de nadie por sus conductas.

-Por mí no te preocupes, vigilaré a Daniel por ti. -le informo y coloco una mano en el hombro de mi hermano. Él por su parte me fulmina con la mirada por lo cual me río fuertemente.

-Hablo en serio con ustedes dos. -nos advierte señalandonos.

-Lo haremos. -Hablamos los dos al unísono lo cual no nos sorprende en lo absoluto.

Es muy común que pensemos lo mismo y lo hablemos simultáneamente, puesto que bueno, somos gemelos, pasamos tanto tiempo lado a lado que es imposible que no sepamos qué piensa el otro cuando estamos en las mismas situaciones.

-Está bien, iré a recogerlos en cuanto esté libre. -anuncia por lo cual ambos bufamos fuertemente.

-Te enviáremos un mensaje. -digo y finalmente salimos de casa.

Caminamos con tranquilidad por las calles, el sector y el recorrido desde nuestra casa hasta la de Gisele es bastante tranquilo así que mientras no haya ningún inconveniente en el camino. Llegamos en menos de veinte minutos y para que Rubén se quede quieto, le envío un mensaje indicando que ya hemos llegado.

Sin Mis Chicos (SC Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora