Entre Vendas y Listones. (Serie de One Shots)

Medicina.

Advertencias: Historias con temas delicados, enfermedades mentales, traumas y algunas adicciones, así que leer con este en mente. 

*

*

*

Un ascensor de un edificio exclusivo en el centro de Tokio fue el testigo de una historia llena de coincidencias que llevaron a curar dos mentes que parecían enfermas, mas solo estaban afectados por la soledad.

Utahime Iori era una chica relativamente normal, ella misma se autodenominaba "relativamente" porque aparte de ser una chica universitaria, poseedora de un departamento que en verdad no era grande le hacía vivir bien y segura, al menos no moría de frio al intemperie que era lo que le agobiaba a su madre; pasaba tiempo con sus amigos, salía a citas de vez en cuando pero al final del día se encontraba con el mismo problema.

Era bastante solicitada para salir a fiestas pero era cosa de que apareciera el primer borracho y un miedo incontrolable se apoderaba de ella, era como quedar congelada, como haber presenciado un accidente de tráfico.

Fue a distintos psicólogos para ver de qué se trataba su problema, más en ninguno encontró respuesta, le decían que tal fobia si podía llamársele así no existía, que tan solo era miedo al alcohol o tomar alcohol, pero eso no era su problema, ya que lidiaba con su propia borrachera, era la ebriedad de terceros lo que la ponía de los nervios.

En un ascensor es donde su historia comenzó, donde el origen de su cura apareció. Su mejor amiga le había recomendado visitar a una amiga de su familia que era psiquiatra.

-Solo cuéntale lo que te pasa con los borrachos, ella al menos podrá darte un nombre a tu fobia o miedo- la azabache miro a la castaña algo dudosa –Al menos inténtalo- pidió nuevamente Shoko.

-Esta es la veinteava vez que lo intento, Shoko ¿Por qué esta vez sería distinto?- cuestiono perdiendo toda la esperanza antes de intentarlo.

-Porque la mujer gana dinero a raudales y porque con eso pagara algo de dinero que le debe a mi madre – entonces la mayor sonrió- Solo no hables de nada más que ella no te pregunte, es una mujer algo insistente, por no mencionar que está desesperada por un marido desde que se divorció, tiene un hijo también- le explico cómo datos curiosos de su futura psiquiatra.

- Bien, dame la dirección- dijo cediendo a la petición de la castaña.

*

*

*

Tenía cita a la seis de la tarde, era invierno así que ya comenzaba a oscurecer y antes de llegar al ascensor se distrajo con el diseño del vestíbulo, era de mármol parecido a un empedrado fino y casi se queda pegada a la puerta plateada del elevador, entonces esta se abrió dejando salir a un chico de dentro que casi le saca el hombro cuando la choco por sorpresa.

-¡Ay! –exclamo sobándose el brazo a lo que el tipo atropellador levanto de la vista dándose cuenta de lo que había hecho.

-Lo siento- dijo apenado verificando el brazo de la chica a la que golpeo –Venia distraído- se quedó mirándola por un segundo dejando que la azabache contemplara aquellos ojos claros.