Aun conservaba la libreta. Sabía que la necesitaba pues le había escuchado decir aquello mientras pasaba por uno de los pasillos.
Suspire. No podía seguir quedandomela, así que una vez las clases terminarán tome la decisión de llevársela.
En mi mente ensayaba la mejor forma de decirle que había encontrado su libreta y llendo un poco más allá, invitarle a tomar un café.
Pero todo eso fue en vano cuando al encontrarmelo estaba junto a ese chico de aquella vez.
No sabía que hacer y menos cuando esos ojos cafés se encontraron con los míos.