Levantarme de la cama, desayunar, ir a clase, ir a casa, comer, cenar, cepillar mis dientes y a dormir.
Siempre hacía lo mismo, no tenía amigos. Nadie se acercaba a mí, era muy tímida y se me hacía muy difícil relacionarme con otras personas.
A mi padre, madre, hermana... Siempre les decía que tenía muchos amigos, y que me la pasaba muy bien a las horas del recreo.
No era capaz de contarles mi realidad.
No quería que mi familia supiera que yo era una pringada.
Tenía miedo, no quería que mi familia me tratara como mis compañeros de clase, no era un robot, no podía darle a un botón y cambiar, no podía quitar mi timidez, y no podía hablar bien con los demás.
Se me hacía imposible, no era capaz de hacer esas cosas, siempre me decía a mí misma:
"Están diciendo la verdad, no valgo para nada"
"Por culpa de mi timidez no podré ir a muchos lugares, no podré hacer mi sueño realidad"
Estudiaba, hacía los deberes, pero a la hora de hacer presentaciones no era capaz ni para levantar la cabeza. Tenía miedo de lo que dirían mis compañeros de clase.
Parecía mentira, los demás hacían las presentaciones frente a todos los demás como si fuera lo más fácil del mundo, y cuando llegaba mi turno no podía moverme de mi sitio.
Un día creí que mi vida había cambiado. Una persona se acercó a mí, y no era para meterse conmigo. Me trató bien.
Su nombre era Jihan, la chica más bonita del Instituto, en mi opinión.
-Hola, tu nombre era Zoa, ¿verdad?- me quedé en mi sitio y no respondí.
¿Cómo le respondería?, era Zoa, la pringada del Instituto. A decir verdad, la más pringada del Instituto.
-Perdóname si te he incomodado, no era mi intención- levanté mi cabeza e hice contacto visual con ella.
Tenía unos ojos preciosos, los más bonitos del mundo, en mi opinión.
-Sí, mi nombre es Zoa- ella sonrió, aquella chica era la más bonita de todo el mundo, no tenía ninguna duda.
-Me llamo Jihan, ¿me puedo sentar a tu lado?- me preguntó, y con mucha timidez le respondí que sí.
[...]
-No sé por qué estás sola en los recreos, eres una chica encantadora- Jihan, aquella chica parecía que quería ligar conmigo.
No estaba muy segura, quiero decir, nos conocíamos de hacía una hora, no me fiaba.
-¿Te gustan las chicas?-
No me esperaba aquella pregunta. Miré hacia otro lado, no podía mantener el contacto visual.
-No creo que sea importante el hablar sobre mi orientación sexual- dije hablando algo bajo.
-Para mí es importante-
Le miré con una confusión enorme.
-Me gustas Zoa, mucho-
Aquello no me lo podía creer, nunca había hablado conmigo.
-No te creo, lo siento, pero me voy al patio- dije una vez escuché el timbre sonar.
Salí casi corriendo de la clase. Estaban pasando muchas cosas, y aún estábamos en el primer recreo de aquel día.
Jihan, en mi opinión la chica más bonita... Pero no me fiaba de ella, sabía quienes eran sus amigos, y tenía una cosa bien clara: solo hacían apuestas entre ellos. Cualquier apuesta.
Pero aquel día la suerte no estaba de mi lado. Jihan se acercó a mí de nuevo y se sentó a mi lado.
-Lo siento, no tendría que haber sido tan atrevida-
Aquel día hice una amiga, Jihan, la chica más bonita de todo el Instituto. No me fiaba de ella, pero se sentía muy bien el tener una amiga. Eso era lo único que tenía importancia en aquel momento.
[...]
Unas semanas después Jihan y yo ganamos mucha confianza entre nosotras.
Estábamos en un parque, Jihan quería contarme una cosa. Por mi parte ya me imaginaba que iba a ser.
-Zoa, se que nos conocemos de hace poco, además sé que fuí muy atrevida la primera vez que te lo dije. Pero te amo de verdad y si me das el honor de ser tu novia, te puedo asegurar que me convertirás en la persona más feliz. Zoa, ¿puedo ser tu novia?-
Sabía que podría ser un reto que le pusieron sus amigos. Pero en aquel momento quería pensar que la única persona que se dignó a hablarme, me amaba.
Le dije que sí, voy a resumir lo que pasó después; me dio un beso y después me llevó a su casa, sus progenitores no estaban, lo que pasó después no hace falta explicarlo. Solo una cosa: lo hicimos con el consentimiento de las dos, aquello era lo único que importaba.
Al día siguiente me desperté feliz al recordar lo que había sucedido el día anterior. Aquel día fue el mejor de mi vida.
Lo que pasaría después me daba completamente igual; no tenía importancia.
O eso era lo que yo pensaba. Cuando llegué a clase todos me estaban mirando. Jihan estaba riéndo junto a sus amigos y amigas mientras me miraban.
Entonces no tuve ninguna duda, tenía razón desde un principio; todo había sido una apuesta para ella, sin sentimientos de por medio.
Se acercó a mí y desvié la mirada. No quería quedarme viéndola, sentía que iba a hacer todo lo que ella me dijera. A diferencia de Jihan, yo la amaba desde un principio.
-Cariño, ¿qué tal el día de ayer?, ¿la pasaste bien?- dijo y me sonrió victoriosa.
La miré sin expresión.
-Si sigues así, podrías ser actriz y ganar muchos premios por tu actuación. Ahora, no te acerques nunca más a mí-
Puso una de sus manos en mi barbilla y después me dio un beso en los labios, no correspondí, pero tampoco me alejé; en cambio, cerré los ojos mientras disfrutaba del beso que no correspondí.
Cuando dejó de besarme, me miró a los ojos y me sonrió victoriosa.
-No parece que quieras que me aleje de tí, novia mía- dijo dejando un casto beso en mis labios, después se fue a su sitio.
Todos los de clase comenzaron a susurrar, Jihan y su grupo de amigos y amigas se estaban riendo de mí sin molestarse en disimular.
Salí de clase sin tan siquiera coger mis cosas; me sentía completamente miserable.
Cuando me quise dar cuenta ya me encontraba en la azotea del Instituto, las lágrimas caían como balas por mis mejillas.
¿Lo peor de aquella situación?, que estaba enamorada de Jihan.
No me gustaba mi vida, no estaba cómoda conmigo misma.
Sentía pena por mi familia, porque sabía que ellos me amaban de verdad y que eran las únicas personas que se preocupaban por mí, pero aguanté demasiado tiempo en aquel mundo, el lugar al que llamamos Tierra no era mi sitio.
Por eso elegí el camino fácil, lo que más quería era dejar de sufrir o pasarlo mal, sabía que aquello no iba a ser posible si seguía viva, aquel mismo día me suicidé.
El día anterior había sido el mejor día de mi vida, y a decir verdad, si me dieran la oportunidad de volver atrás en el tiempo, habría hecho lo mismo una y otra vez; porque le amaba a Jihan, y nos lo habíamos pasado bien juntas, y aunque para ella fue simplemente una apuesta, para mí fue verdadero.
Por eso, Jihan, mi amor, muchas gracias por todo.
𝓕𝓲𝓷𝓪𝓵
Muchas gracias a todxs los que habéis leído esta historia.
Espero que os haya gustado 💚
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Mi último respiro
Hayran Kurgu°𝚉𝚘𝚊, 𝚞𝚗𝚊 𝚌𝚑𝚒𝚌𝚊 𝚍𝚎 𝚍𝚒𝚎𝚌𝚒𝚜𝚒𝚎𝚝𝚎 𝚊ñ𝚘𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚜𝚞 𝚟𝚒𝚍𝚊° ↪𝙃𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖 100% 𝙢í𝙖. ↪𝙍𝙚𝙨𝙥𝙚𝙩𝙤 𝙚𝙣 𝙡𝙤𝙨 𝙘𝙤𝙢𝙚𝙣𝙩𝙖𝙧𝙞𝙤𝙨 𝙤 𝙚𝙨𝙩𝙤𝙨 𝙨𝙚𝙧á𝙣 𝙚𝙡𝙞𝙢𝙞𝙣𝙖𝙙𝙤𝙨. ⚠𝘊𝘰𝘯𝘵𝘦𝘯𝘪𝘥𝘰 𝘴𝘦...