Peter llego corriendo a la prisión, pensaba que llegaba muy tarde, tenía una sensación muy extraña y quería sacar de allí a su hermana.
-Por décima vez, soy Juan Pedro Lanzani, les estoy pidiendo que por favor me dejen pasar. - Peter estaba perdiendo los nervios, ¿estás personas no saben hacer su trabajo?
- ¿Lanzani?- Peter se gira, se encuentra con un chico, no mucho más mayor que él pero el doble de grande que Peter.- Está su hermana aquí, ya lo llevo para allá- Le dice el señor a sus compañeros, mientras que con un gesto señala a Peter el camino a la celda.
Peter llega y ve a su hermana cerca de la celda de su padre y a él un poco separado, Peter decide quedarse escondido en una de las esquinas, viendo lo que pasaba.
-Tienes que parar, ¡nos has arruinado la infancia y quieres seguir! ¿no te sientes demasiado mayor como para seguir? - Peter notaba como su hermana no tenía más paciencia y su padre solo se reía, cosa que hacía que la China se pusiese cada vez más enfadada. - ¿De qué te ríes mierda? ¿Ves que el que está encerrado entre rejas eres tú?
Pablo dejó de reír, Eugenia sabía lo que decía y sabía cómo le podía afectar a su padre, pero verlo tan serio le asusto tanto como cuando era pequeña.
-Ten cuidado con lo que dices, mocosa de mie
- ¡Ni se te ocurra! – Le interrumpe la China, Peter se quedó sorprendido, sí la había visto contestar así a otras personas, pero nunca a su padre. - Deja de amenazar con matar a Peter o con hacernos la vida un infierno porque no lo vas a conseguir, ya estás viejo, deja de decir idioteces, ¿no ves que con un sustito te vas para el otro lado momia de Tutankamón?. Porque te juro que como te acerques a mi hermano, te mato antes que puedas llegar a él, ¿entendiste?
Aunque desde fuera la siguiente acción paso en pocos minutos, para Peter fue cuestión de segundos. Vio como su padre se acercaba a las rejas de la celda, donde estaba Eugenia. Parecía que le iba a contestar, pero susurrando, seguro que no le interesaba que le escuchasen amenazando a su hija, si hacia eso no lo sacarían de la cárcel en muchos años, pero Peter fue capaz de ver que mientras se acercaba a ella sacó algo de su bolsillo, en cuanto vio que era un cuchillo salió corriendo hacia ellos, Euge no se había dado cuenta. Empujó a su hermana y recibió el puñal él, Eugenia abrió mucho los ojos y vio como su hermano intentó apartarse de allí lo suficiente como para que su padre no le pudiese volver a dar y calló al suelo de dolor.
-Oh, siempre llega el héroe Juan Pedro, ¡muy bien chico!.- Empezó a aplaudir su padre, sin dudas era un psicópata, Euge corrió hacia su hermano e intentó taparle la herida para que no saliese más sangre, no tardaron ni un minuto en aparecer los guardias, rápidamente agarraron a Peter para llevarlo a la ambulancia y Euge los siguió, pero también vio cómo se llevaban a su padre a otra parte, vio al chico que le había dejado entrar y le leyó los labios. "Va a la sala de castigo, se va a pudrir aquí dentro". Eso de cierta manera le dio calma, pero por pocos segundos, al subir a la ambulancia uno de los sanitarios le dijo que su hermano estaba muy mal.
*********
Lali estaba preparando la comida, unas milanesas con puré, nada del otro mundo, si intentaba hacer algo más preparado se le quemaría, cocinar no es uno de sus talentos, de eso estaba segura.
Está un poco preocupada por Peter y la China pero imagina que en cualquier momento entraran por la puerta y se irán al cine como habían quedado esa mañana Peter y ella, pero cuando estaba dejando acabando de hacer las milanesas recibe una llamada de Euge y solo con leer su nombre siente un mal presentimiento que hace que le duela el pecho.
-¿China?
-La... Lali. - Apenas se escuchaba su voz, como si su garganta hubiese dejado de responder.
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Llegas tú (LALITER)
RomanceLali Esposito es una psicóloga de 25 años que vive en una ciudad pequeña y alejada, tiene una vida muy tranquila y feliz, quedando con sus amigos, sobre todo con su mejor amiga Cande. Hasta que esta última le pide un gran favor, que conviva con Pete...