treinta y ocho

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psycho     capítulo treinta y ocho

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psycho     capítulo treinta y ocho






          HEESOOK MIRÓ CON aburrimiento como JiMin se despedía de los niños de manera animada mientras cargaba en su hombro su guitarra con su respectivo estuche, la rubia esperando pacientemente por el pelinegro para irse de una vez de ese orfanato.

          —¿Qué escribirás en tu ensayo? —HeeSook preguntó a JiMin mientras sacaba de su bolso una paleta de fresa.

          —Lo mismo que tú seguramente no. —JiMin se burló mientras la pareja comenzaba a caminar por las calles hacia la estación de autobús más cerca.

          HeeSook chasqueó su lengua contra su mejilla molesta.

          —Espero no volver a hacer esto nunca más en mi vida. —La rubia comentó mientras mordisqueaba con fuerza su paleta.

          —Si mi suposición es cierta sobre lo que escribirás en tu ensayo, pasarás al menos un año haciendo esto. —JiMin se volvió a burlar de la rubia, ajustando el agarre en su guitarra sobre su hombro.

          —¡Ya, deja de burlarte! —HeeSook le tiró su paleta de fresa toda mordisqueada a JiMin en la cara, el pelinegro haciendo una mueca de asco ante la idea de la saliva de la rubia en su rostro—. Es por eso que me prestarás tu ensayo para copiarme, ¿cierto? —HeeSook cambió su expresión a una de inocencia falsa.

          —Estás loca. —JiMin miró mal a HeeSook.

          —¿Y ahora te das cuenta? —HeeSook se burló de JiMin con una sonrisa amarga.

          La pareja retomó su camino y la rubia sacó otra paleta de su bolso, desenvolviéndola para llevarla a su boca y saborearla con gusto.

          —¿Cuántas de esas tienes en tu bolso? Te vi comer al menos cinco mientras estábamos en el orfanato. —JiMin preguntó con genuina curiosidad.

          —Siempre llevo un paquete a todos lados. —HeeSook respondió sin mucha importancia, dejando a JiMin sorprendido.

          —¿Es una especie de adicción o algo? —Ahora Jimin parecía genuinamente preocupado por la rubia.

          HeeSook se encogió de hombros.

          —Es como un vicio.

          JiMin se quedó viendo fijamente a HeeSook mientras caminaban, su rostro serio mientras su mirada parecía desanimada.

          Entonces, el pelinegro le arrancó la paleta a la rubia y la metió rápidamente a su boca antes de que HeeSook pudiera hacer algo.

          —¡Oye! —La rubia se quejó indignada.

          Ahora fue el turno de JiMin para encogerse de hombros con indiferencia, saboreando la paleta mientras sonreía con suficiencia.

          —Te pondrás diabética si sigues comiendo tantas paletas dulces de fresa. —JiMin regañó a HeeSook, mordiendo fuertemente la paleta para terminar de comérsela.

          —Es mejor que arrancarme las uñas de la ansiedad. —HeeSook murmuró con indiferencia para luego sacar otra paleta de su bolso.

          —Tus uñas son lindas. —JiMin miró las manos de la rubia, notando que las uñas de la susodicha estaban pintadas perfectamente de negras y eran largas y parecían fuertes.

          —Es porque son postizas. —HeeSook se rió mientras miraba sus uñas—. La mayoría me las arranqué cuando estaba en el psiquiátrico.

         JiMin se sorprendió y se volvió a quedar mirando fijamente a HeeSook, dudando sobre si preguntar sobre sus dudas.

          El pelinegro devolvió su mirada a las manos de la rubia, notando como los alrededores de las uñas de la susodicha estaba en carne viva y rojos de la sangre.

          HeeSook se sorprendió cuando JiMin la tomó de la mano y dejó un beso en cada una de sus uñas.

          —De cualquier manera, tus uñas siguen siendo lindas.


PSYCHO ━━ park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora