EN BUSCA DE LA LIBERTAD (CITRUS)

CAPÍTULO XXXIX: LOS DEMONIOS DE CADA CABEZA (3)

NOTA: Los trastornos que aparecerán aquí son narrados con dramatismo con el fin de la trama, reconozco y aclaro que muchas actitudes que tiene el personaje no son generalizables a las personas en su misma situación. Les pido que si tienen dudas sobre esto lo busquen en paginas oficiales o el DSM-V, no quiero que se hagan la idea equivocada de este tipo de temas en salud mental.

Les invito a una mente abierta, pretendo narrar la visión de alguien con estos problemas y su percepción de sí mismo en la sociedad que los rechaza. No tomen partido a sus prejuicios.

***

Las sombras, estaban allí mirándola, señalándola, burlándose de ella, riéndose... masturbándose. Mei solo podía abrazarse a sí misma y sentir que su mundo estaba en una tormenta que apenas comenzaba, algo le decía eso y lo que más temía era volver a Japón. Tal vez si no volvían todo estaría bien, todo se arreglaría solo, sin que ella volviera y fuera la encrucijada de muchas partes.

"Para los virgos; una terrible tormenta emocional viene, tendrán que elegir entre quedarte con el pasado, presente o futuro. El amor comienza a verse afectado por tu falta de decisión. En negocios puedo decirte que eres el mejor y cuidado con los leo, al parecer perder contra ti les hará darte un mal rato- ".

La radio de su madre era lo suficientemente alta para que los tres la escucharan bien. Aunque Mei no era muy aficionada a los horóscopos, ya no estaba segura de que pensar o hacer, el caos en su mente estaba volviéndose difícil de controlar y pedirle ayuda a la madre que la dejo y a un padre desobligado era peor que pedirle a un perro que cuidara la carne. Simplemente las cosas no iban a mejorar.

-Cuidado con los leo... -susurro pensativa. -Yuzu es leo... ¿verdad? -se pregunto a sí misma intentando recordar su cumpleaños.

Una de esas sombras se sentó al lado de ella; no parecía tener ganas de fastidiarla, comenzó a fumar.

"Si pudieras dejar atrás lo que ha pasado y avanzar... ¿no estarías ahora en otro lugar?"

Su pregunta fue tranquila y amable. Los otros dos solo seguían en su rincón, mofándose de Mei y haciendo las cosas que solían hacer los depravados. Ella lo miro algo confundida y le permitió seguir hablando.

"Ya sabes que no existimos, ¿entonces porque te aferras a nosotros? No podemos dañarte, ya no. Ella te salvo, estas bien, a salvo..."

Mei recargo su mentón en las rodillas y contemplo su oscura habitación. No por ser de noche sino las cortinas estaban corridas y ella en la esquina alejada de la puerta, con una cobija sobre ella y la soledad como ambiente.

"Una vez escuche que decían que la gente elegia sentirse sola y depresiva... yo creo que tienen razón. Mira, no toda lo elige, pero si la mayoría, como tú por ejemplo"

-Oh... es bueno saber que tienes opinión. -le dijo ásperamente.

"Puedes estar con Yuzu ahora y hablar sobre lo sucedido ayer."

-Por un momento creí que sugerirías que follara con ella.

"¿por qué diría eso?"

-Desde que invadieron mi vida y la maldijeron, siempre me han llamado puta.

La sombra no dijo nada por unos momentos y paso uno de sus dedos por la punta del cigarro y lo alejo en gesto de dolor. Mei miro eso y no pudo pensar en lo irónico que era que esa maldita cosa sintiera o pensara algo si se suponía no existía realmente.

"No estas loca por vernos, Mei." Dijo amablemente. "Las personas muchas veces escuchan el llamado "pepe grillo" o voz de la consciencia cuando algo viola sus creencias morales. Somos una forma de confrontar eso y de resolverlo de una manera pasivo-agresiva"