Lan Zhan debería estar enojado. Se supone que lo debería de estar. Pero... ¿Cómo podía estar enojado cuando Wei Ying se veía tan ... alegre?
"¡Gege! ¡Te acuerdas de mis favoritos!" Wei Ying exclamó, con sus ojos brillando de felicidad.
¿Wei Yin...
Wei Ying había estado en un extraño mundo de euforia. Algo había cambiado.
El regreso de Hua Cheng había cambiado algo en su vida.
Eran solo amigos, se prometió Wei Ying. Amigos con historia. Amigos que solían amarse hasta el punto de que la ruptura había sentido como si le hubieran arrancado el corazón, y que le había llevado años recuperarse -Una vil mentira- , incluso el considerar volver a tener citas.
No es que salir con otras personas haya funcionado. La tendencia de Wei Ying a comparar a todos los hombres con Hua Cheng había llevado a primeras citas a ser muy decepcionantes. Difícilmente puede encontrar a alguien digno de una segunda cita.
Wei Ying suspiró y pensó en distraerse mientras se servía una taza de café y se sentaba en el sofá de su oficina. Mirando alrededor de la oficina, se dio cuenta de lo lejos que había llegado. De un niño escuálido sin hogar a un pupilo de los Jiangs a Wei Wuxian, un gran nombre en el campo del diseño. No solo era dueño de un estudio de diseño de interiores, sino que también recibía encargos de pintura de vez en cuando.
Había sido una vida ocupada, considerando que todos estos años había estado tratando desesperadamente de seguir adelante. Sin embargo, todavía se aferraba a los recuerdos, si esa pared de su oficina que estaba llena de pinturas de cierta persona era una indicación. Todavía trataba de lanzarse a trabajar cada vez que se encontraba viviendo en el pasado. El trabajo lo ayudó a sanar.
Lan Zhan también lo ayudó a curarse. Solo que no de la forma en que pensaba Jiang a-yi.
No es como si a Wei Ying no le hubiera gustado la idea de ver a Lan Zhan románticamente. Después de todo, Lan Zhan era una de las mejores personas con las que se había cruzado. Se conocieron de niños, a pesar de que tuvieron un comienzo difícil. Cuando se hicieron amigos, Lan Zhan tuvo que irse para estudios superiores. Perdieron el contacto hasta que Lan Zhan regresó tres años después de que Wei Ying se graduó.
Habían vuelto a las viejas costumbres, las interminables bromas de Wei Ying y la concisa forma de hablar de Lan Zhan que aún lograba hacerlo reír.
Pero sabía que algo había cambiado. Lan Zhan le prestó mucha atención y ¿Quién era Wei Ying para negarle? Después de todo, Wei Ying había sido muy mimado en su primera relación. Después de la ruptura, sintió un gran vacío y, aunque no quería que nadie más lo llenara, la presencia constante de Lan Zhan lo hizo sentir menos solo. Pero estaba el asunto de su posible emparejamiento con Lan Zhan que lo hizo sentir incómodo. Wei Ying amaba y apreciaba a Lan Zhan, sí, pero el ferviente deseo de Yu Ziyuan de verlo con Lan Zhan hizo que Wei Ying quisiera hacer exactamente lo contrario.
Sí, Wei Ying era así de mezquino.
Yu Ziyuan había jugado un papel activo en el logro de separarlo a él y a Hua Cheng y, a medida que pasaban los años, Wei Ying tenía algo de resentimiento en él. Incluso después de buscar un terapeuta para sentirse mejor, solo le hizo darse cuenta de lo tóxico e innecesario que había sido todo.
No deseaba meter a Lan Zhan en el lío que era su familia. Sabía que, dada la oportunidad, Lan Zhan tendría la amabilidad de permitirle casarse con un miembro de la familia Lan. Él era tan bueno. Pero no deseaba que Yu Ziyuan hiciera peones de él y Lan Zhan.
Ambos merecían algo mejor.
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