—A continuación, iré formando las parejas para este proyecto. Por favor, pongan atención a mis palabras. Y es opcional, absténganse de emitir quejas sobre quién será su compañero. —Sin darle importancia a las protestas de sus estudiantes, comenzó a contar mentalmente la cantidad de alumnos presentes, y si era posible que fueran los suficientes para ir de dos en dos.
El maestro dio final a la clase explicando que para el proyecto de inicio de semestre debían hacer una investigación sobre temas de la actualidad, o bueno, "temas sobre la adolescencia", y hacer un folleto sobre este para prevenir en caso que toquen el tema de las adicciones, enfermedades de transmisión sexual, entre otros.
Genial. Además de gastar su tiempo en buscar información, debía ser prolijo al transcribirlo en una cartulina color chillón con fotos y dibujos para que no quede vacío. Y la cereza del pastel, después debía memorizarlo para la fecha de entrega, pues, de seguro y el bastardo del profesor haría que todos presentasen su respectivo trabajo frente a la clase.
Quizás y, sabiendo la fecha en que debía ser entregado, podría fingir estar enfermo. Su madre siempre caía en el truco de calentar el termómetro con la lámpara de su escritorio.
Los dos extremos de su lápiz golpeaban contra la libreta de apuntes, la cual no llevaba nada esencial más que los garabatos que siempre hacía en los bordes de cada hoja, dejando los renglones en blanco y sin lograr encontrar lo importante en todas las páginas de los libros que el profesor recomendaba, las precisas explicaciones y los cuadros conceptuales que se tomaba el tiempo de realizar para guiar al curso.
Daba igual, eso no iba a cambiar los altos números que llevaba en cada materia. Por más flojo que fuera en clase, JungKook se destacaba entre sus compañeros.
Pero, siempre en el segundo lugar.
-Sana, tú irás con Chan -Hizo una pausa para leer la siguiente línea en su lista-, YoonGi, vas con JungKook.
Los ojos del susodicho se expandieron hasta el punto máximo, levantándose bruscamente de su lugar con intenciones de resolver tal injusticia.
-¿¡Qué!? Profesor, ¿no puede cambiarme de compañero? -Levantó la mano, visiblemente molesto.
-Bien, ¿alguien más quiere hacer el trabajo con Jeon? -Nadie respondió.
Para su mala suerte, al voltear, encontró a sus amigos bastante cómodos con las parejas que le fueron asignadas, y sin mostrar intenciones de cambiarlas, ni por ser él.
-Oh, yo no tengo problema en trabajar con JeonGguk. -Habló el niño que sería su acompañante, quien se mantuvo callado desde el comienzo de clase.
Min YoonGi.
En las mesas del frente, presencia perfecta, una posición recta y la característica sonrisa con la cual tenía a todos comiendo de su mano. Era uno de los estudiantes más dedicados de la escuela, y por ello, algo de popularidad obtenía.
Era "esa" persona que todos amaban, pero si él se mostraba indiferente, por supuesto que tendría en contra a medio instituto tachándolo de envidioso.
Era tan odioso. Solamente buscaba la aprobación de los demás detrás de esa personalidad tan dulce.
-Perfecto. JungKook, lo lamento, pero no es lo que tú quieres, es lo que yo ordeno. -Sentenció con una ambigua sonrisa, la cual no era comprensible, era antipática.
Si el supuesto odio del profesor al alumno existía, JungKook era un buen ejemplo para representarlo.
-¡Qué bueno que se nos dé esta maravillosa oportunidad! -La aberración dio aparición al frente de sus ojos, desplazándose de un lado al otro con un aura bastante animada.-. Soy YoonGi, ¿me recuerdas? Prometo ser el mejor compañero que hayas tenido -Con una presentación igualita al eslogan de un anuncio de televisión, el niño piel de porcelana extendió su mano sobre su pupitre.