El vehículo en el que me encontraba era un completo caos. Hacía tan solo unos momentos nos habíamos puesto en marcha para emprender el largo viaje hacia la locación en la que filmaríamos. Desde mi lugar en la parte de atrás podía observar a mis compañeros hablando entre ellos, algunos haciendo bromas que desencadenaban carcajadas estruendosas. Las conversaciones, las risas, los gritos y los juegos tenían como objetivo distraer a mis amigos para quitarles el nerviosismo.
La propuesta de Dino tomaba forma y comenzaba a hacerse realidad a medida que nos acercábamos a nuestro destino. Todos los que estaban allí deseaban en mayor o menor medida no tener que saltar desde una torre ubicada a 50 metros de altura, pero se podría decir que a mí no me desagradaba la idea.
A pesar de todas las distracciones a mi alrededor nada podía robar mi atención de la persona a la que observaba, la más importante en el mundo para mí. Se encontraba alejado de todos los demás y llevaba puestos sus auriculares. Desde mi lugar era imposible distinguir qué era lo que hacía en su teléfono pero sus delicados dedos se movían con gracia y rapidez sobre la pantalla. El asiento en donde estaba sentado lo hacía parecer mucho más pequeño de lo que ya era.
En el exterior aparentaba tranquilidad y seguridad pero yo no me dejaba engañar por su apariencia. Vivir tantos años a su lado me había otorgado el poder de conocerlo a la perfección. Estaba seguro de que los nervios también le estaban afectando a él.
Quería acercarme, tomar su mano y susurrarle las primeras palabras que salieran de mi boca para poder calmarlo pero también sabía que debía respetar su espacio cuando voluntariamente se aislaba de los demás. Analizando la situación solté un suspiro de frustración. Necesitaba hallar una manera de brindarle seguridad sin que pensara que lo veía como una persona débil.
—¡Hoshi! —Me llamó DK con impaciencia moviendo mi brazo izquierdo para captar mi atención. A juzgar por el tono de su voz no era el primer llamado que pronunciaba pero sí era el primero que yo llegaba a escuchar. Aquello me hizo preguntarme cuánto tiempo había pasado admirando cada detalle de Jihoon.
—Perdón, me distraje... ¿Qué pasa? —Respondí de inmediato girando mi rostro para encontrarme con su mirada y la de Seungkwan a su lado. Con el objetivo de alivianar el enojo por haberlos ignorado les dediqué una gran sonrisa que causó que mis ojos formaran dos líneas al cerrarlos.
Seokmin me devolvió el gesto con amabilidad y comenzó su monólogo acerca de una situación graciosa que le había ocurrido esa misma mañana. El resto del camino lo pasamos bromeando entre los tres pero mi mente no dejó de buscar una solución para el miedo de Woozi a tener que hacer Bungee Jumping.
El clima en el lugar estaba impecable, el sol brillaba manteniéndonos cálidos y acompañando perfectamente a la leve brisa que soplaba a nuestro alrededor. Mientras almorzábamos antes de comenzar a grabar observé con atención el paisaje que nos rodeaba. Escuchando las conversaciones de mis amigos de fondo paseé mi vista por las imponentes montañas que se encontraban en el extremo opuesto a nuestra posición y terminaban en un lago limpio y puro.
Mis ojos se encontraron con la torre de 50 metros desde donde los perdedores de los juegos deberían lanzarse. Mi mirada viajó desde la base hasta la punta en donde se quedó clavada por largos segundos hasta que un puño golpeó uno de mis costados sin demasiada fuerza. Inmediatamente giré mi rostro y me encontré con Jihoon que me sonreía burlonamente.
—¿Te da miedo? —Me preguntó entre risas, observándome fijamente. No pude evitar perderme en sus ojos. Había algo en ellos que me hipnotizaba y despertaba mis ganas de protegerlo. Le sonreí antes de romper el contacto visual para darle un último bocado a la comida que tenía delante.
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Behind The Scenes {SEVENTEEN}
FanfictionDetrás de escena de las grabaciones de GOING SEVENTEEN. -Serie de ONE SHOT'S enfocados en los diferentes ships.