The Tribrid -Isaac Lahey

003.

[3 días despues]

Sentí el calor subir por mis manos mientras mi pecho subía y bajaba. Mi respiración se volvió superficial y áspera, más difícil de exhalar con cada segundo. Podía ver las imágenes destellando frente a mis ojos. Mi cabeza latía con fuerza. Podía escuchar las voces diciéndome que hiciera cosas diferentes desde todas las direcciones. Siguieron haciéndose más y más ruidosos. Mi pecho se sentía como si se estuviera cerrando. Unas gotas de sudor gotearon de mi frente. No pude soportarlo

Lydia

Me desperté con un grito ahogado. El ruido era tan penetrante. Me tapé los oídos con las palmas, levantándome de la cama y corriendo por el pasillo hasta la habitación de Cassie. Los gritos no paraban. Vi a mi mamá y a mi papá despiertos junto a su puerta.

"¡Lydia, la puerta está cerrada!" Mi madre gritó por encima del ruido. Le disparé una mirada preocupada y traté de abrir la puerta yo misma, dándome cuenta de que en realidad estaba cerrada.

"¡Cassie! ¡Cassie déjame entrar!" Intenté gritar por sus gritos, pero no sirvió de nada. Sabía lo que estaba pasando. Aunque no estoy segura de por qué me mentiría al respecto. Dijo que las pesadillas habían cesado.

"¡Voy a atravesar su ventana!" Les grité a mis padres mientras salía corriendo hacia el costado de la casa. Afortunadamente, nuestras dos habitaciones están en el primer piso. Recé para que su ventana estuviera abierta, animándome en silencio cuando pude abrirla.

Rápidamente volví a taparme los oídos al pasar. Miré a mi mejor amiga sin nada más que miedo y preocupación por el estado en el que se encontraba. Había venas negras oscuras saliendo de su boca, corriendo por su cuerpo. Las líneas negras trazaban el camino a través del suelo y las paredes de su dormitorio. Nunca había visto nada igual. Las lágrimas corrieron por mi rostro cuando la vi. Rápidamente corrí a su lado, colocando gentil y cautelosamente mi mano en su frente.

"¡Cassie! Cassie por favor. ¡Por favor despierta! ¡Cassie! ¡Despierta!" Grité tratando de sacarla del trance en el que estaba. De repente, sus gritos cesaron, "¿Cassie?"

"¡No!" Gritó, más fuerte que nunca, lo que hizo que me cayera de la cama. La gran ventana de cristal se hizo añicos por el impacto de los ruidos. Me cubrí lo mejor que pude, asegurándome de que el cristal no me rayara. Sus gritos llegan a su fin, miré hacia arriba y vi todas las venas negras arrastrándose hasta su boca, desapareciendo de mi vista. Salté y corrí a su lado mientras ella se movía un poco.

"¡Cassie!" Se inclinó sobre su codo, frotándose los ojos con cansancio y mirándome completamente confundida mientras la abrazaba con fuerza, asustada de dejarla ir.

"¿Lydia? ¿Qué pasó?" Mis padres entraron irrumpiendo por la puerta que se había abierto una vez que ella comenzó a recuperar la conciencia.

"¡Oh, Dios mío! ¿Qué diablos pasó?" Miro a mi mamá sin tener idea de qué decirle. Así que me encogí de hombros y seguí acariciando el cabello de Cassie mientras miraba hacia la ventana con los ojos muy abiertos.

"Oh Dios. Natalie, lo siento mucho. Lo siento mucho, Dios mío". Mi madre suspiró mientras negaba con la cabeza, sentándose en la cama, agarró la mano de Cassie y le sonrió.

"Está bien cariño. Podemos arreglarlo, no te preocupes". Mis padres salieron de la habitación para volver a la cama viendo que apenas eran las 4:00 am. Me senté allí acariciando su cabello. Se sentó completamente, llevándose las rodillas al pecho y colocando la mejilla en la rodilla.

"Entonces, ¿quieres decirme de qué estabas huyendo esta vez?" Le pregunté, frotando su espalda con dulzura de arriba abajo. Una lágrima se deslizó por su ojo, pero rápidamente se la secó. Sacudiendo la cabeza, miró por la ventana rota.