SIN MIRAR ATRÁS #2

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Mi padre y yo nos sentamos uno enfrente del otro en el salón, él en una silla que había traído de la  cocina y yo en el sofá. Después de un largo e incómodo silencio de lo que creo que fueron 5 minutos mi padre logró abrir la boca y comenzó a contarme lo que el mercader, a quien anteriormente no había visto, le había dicho sobre lo que le sucedió a mi hermano.

Resulta que las mismas ganas que le habían hecho irse de casa para ganar fama le hicieron ir al frente en la frontera del reino a luchar y hacerse un nombre, por desgracia justo las bestias habían preparado un enorme asalto para seguir con su conquista hacía el levante.

Por  lo que pude entender fue una masacre unilateral por parte de las bestias. Aun así Anthon nos repetía constantemente lo afortunado que había sido Thiago al haber podido salir vivo de allí y además no haber sido apresado. Entre más lo oía hablar mayor era mi rabia, impotencia y frustración y a pesar de mi lucha interna por retener estas emociones fue todo en vano, las lágrimas seguían cayendo por mis mejillas como un río que se desborda tras un diluvio,  estaba con ojos enfurecidos y rojos por la sangre.

Cuando terminó de contar lo sucedido mi padre lo llevo a la habitación de invitados para descansar ya que era muy tarde y le dio algo de comer por si quería cenar, después me cogió del brazo y me llevo fuera de la casa para decirme.

-Hijo, has visto que el mundo no es tan sencillo como parece, así que por una vez haznos caso a tu madre y a mi y prométenos que no seguirás el camino de tu hermano, si te pasase algo a ti también tu madre no podría soportarlo.

Tras un breve momento de reflexión le contesté en una voz tan baja que a penas era audible mientras estaba luchando con todas mis fuerzas para reprimir mis deseos.

-Está bien padre, lo prometo...

A pesar de haber dicho eso, realmente lo único que pasaba por mi cabeza era el pensamiento de acabar con todos eso endemoniados monstruos que le habían hecho eso a mi hermano.

Y aún con el pensamiento de querer hacerme más hábil con el manejo de la espada, mi padre me la había quitado y a demás me había hecho prometer que no aprendería a usarla, así que mientras me iba a la cama para intentar dormir, pensaba en como poder conseguirlo sin que mi padre se enterase. Justo antes de llegar a mi habitación me detuve para entrar a la de mi hermano que se encontraba puerta con puerta con la mía. Para mi sorpresa, mi padre y mi madre estaban dentro diciendo que tirarían la armadura y las armas lejos de aquí para no volver a verlas más.

Justo cuando había encontrado la solución inesperada para la falta de una espada para entrenar, se me escapaba la oportunidad. 

Sigilosamente y sin hacer ruido, fui hacia mi cama y me acosté. Seguí pensando en la forma en la que podría conseguir esa espada y armadura para entrenar y entre pensamiento y pensamiento acabó por hacerse de mañana y escuche ruidos metálicos, por curiosidad me levante a ver que estaba pasando y encontré a mi padre dándole la espada y armadura que la noche anterior había visto a Anthon, que las estaba colocando en su carro preparándose para salir. Intuitivamente pensé que si ese carro se iba, jamás tendría la oportunidad de practicar con una espada otra vez, por lo que me escabullí de casa sin que nadie se diese cuenta y fui corriendo, por el bosque hasta la entrada de mi parcela por el que pasaría el carro, lo más rápido que pude ya que de otra forma no me daría tiempo a llegar antes de que se fuese.

Para mi sorpresa cuando llegue a la entrada había una caja con la armadura y la espada. Tras revisar por completo la caja pude ver una nota que decía.

"Espero que cuando nos volvamos a ver seas un gran guerrero

pd: ¿Deberíamos empezar?"

En ese momento quedé un poco desconcertado por tres cosas. La  primera era que como sabía él que iría ahí, la segunda era porque parecía decir que no nos íbamos a ver en un tiempo aunque después lo comprendí, ya que no volvió a aparecer, y la tercera era el "¿Deberíamos empezar?", ¿Qué significaba aquello? Aún a día de hoy no logro entenderlo.

Guardé la nota en mi bolsillo y me dirigí rápidamente con la caja a una cueva en medio del bosque en la que solía jugar de pequeño y guardé las cosas, luego con la misma velocidad con la que había ido a la entrada de mi parcela volví a mi casa para que no notasen mi ausencia y me metí a mi habitación por la ventana  para hacerme el dormido. 

Un millón de pensamientos pasaban en ese momento por mi cabeza mientras estaba acostado  como: ¿Qué  debería hacer? ¿De dónde sacaré tiempo para entrenar?. Pero estos pensamientos se vieron interrumpidos por mi madre quien con ojos lastimosos y ojerosos me decía que bajase a desayunar, al verla mi corazón sintió un doloroso pinchazo como diciéndome que era el peor hijo del mundo por hacer lo que hacía, pero aun así mi deseo de venganza era mayor.

Debido a que no quería que mis padres notasen mi comportamiento extraño, me iba a la cueva cuando se dormían para así entrenar, esto hizo que no tuviese suficientes horas de sueño, algo que mi madre comenzó a notar con el paso del tiempo, pero no me pregunto, pienso que porque interpretó que era por la  tristeza que sentía por el estado de mi hermano.

Así pasó el tiempo hasta que cumplí los 16, por mi cumpleaños mi madre me había tejido una bufanda de la lana de nuestras ovejas para el invierno que se encontraba próximo y un cinturón de cuero para llevar encima herramientas y mi padre me regaló un pequeño machete para despellejar y deshuesar con un mango de madera con un león tallado en él.

Después de un largo año pensándolo, decidí que saldría hacia la capital esa misma semana, ya que no había nada mas que aprender por mi cuenta en un sitio como ese, y mi remordimiento  por aceptar estos regalos justo antes de irme me estaba matando, pero aun así aguante y me puse a escribir una carta de despedida a mi familia diciéndome que me iría a la capital a luchar. Al terminarla, la coloqué encima de mi escritorio de madera y me propuse a salir, sin mirar atrás, pero no antes sin coger un arco, por si en el trayecto necesitaba cazar para alimentarme, así que subí al desván al que mi padre nunca nos dejó entrar, ya que vi que ahí guardaba sus arcos de caza.

Para mi sorpresa ahí arriba excluyendo los pocos arcos que había visto antes no había más que fotos de personas que desconocía entre telarañas y suciedad, y al final, se podía ver un pequeño altar con unas letras en forma de arco que ponían "T-Á-R-T-A-R-O", por mi característica curiosidad me acerqué a ver que era, ya que se parecía mucho a lo que Thiago y el mercader me solían decir que era un altar de los dioses que nos guiaban, pero en un tamaño mucho más reducido. Antes de darme cuenta estaba pegado a él y me encontraba tocándolo, como si  estuviese hechizado. 

Inmediatamente después las letras comenzaron a iluminarse con un amarillo tan brillante como el sol y justo después caí dormido y desperté en un extraño lugar...


Bueno aquí vamos con el segundo capítulo, espero que os guste y lo disfrutéis, como ya he dicho me gustarían críticas constructivas y si os gusta la estrellita vendría bien.👌

¿Deberíamos empezar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora