Gracias, Eren.
"Aquí para siempre
Descansa pacíficamente
Mi más amado
Mi querido.
854"
En memoria de Eren Jaeger. Siempre vivirás en nuestros corazones, nuestro gran salvador y libertador.
Un cosquilleo doloroso ha emancipado su pecho, conquistado su corazón. ¿Qué es? Hace horas ha estado presente, como un ardor sostenido luego de abrir una herida. No puede sacarlo, por más que intente ignorarlo. Ha intentado pensar en otras cosas, cosas bellas, pero si es sincera con ella misma, sus últimos años no han sido tan felices, a su vista, las cosas no han parecido tan bellas.
Nunca lo fueron, después de todo.
Sin embargo, había una esperanza, un pequeño fragmento del universo, un radiante destello de luz repentino. La vida nunca fue tan fácil, pero ahí estaba aquel resplandor que la motivaba, que la mantenía en pie tras perder a algo que llamó hogar.
Tras la muerte de sus padres, un vacío acaparó su existencia, pero, en cambio, un niño de ojos esmeralda tomó su mano, envolvió su cuello con una cálida bufanda cobriza. Ese niño la guió por un sendero, hasta una casa que llamó hogar. Allí vivió hasta transcurrir un tiempo, y luego, como siempre, todo se derrumbó.
Estoy maldita, debo estarlo, pensó ella.
Un titán inmenso, horroroso, abrió la muralla María. Pronto entraron los titanes, expectantes de una entrada para lograr su cometido: comer a humanos. Desgraciadamente, la roca de la muralla estampó contra aquello que llamó hogar, y arrasó consigo la vida cálida y hogareña de Mikasa.
Tras la muerte de la mujer que consideró madre por segunda vez, Mikasa se refugió en lo único que quedaba de hogar. Eren Jaeger, el niño de ojos esmeralda, y un valeroso corazón.
Quizá, demasiado valeroso para gusto de Mikasa.
Estar con él parecía un peligro, una constante amenaza a su estabilidad, pues, el impulsivo niño siempre se alejaba, parecía estar destinado a apartarse, destinado a rozar la muerte. Pero Mikasa nunca dudó en protegerlo, incluso, arrinconar su vida al mismo callejón sin salida que era la muerte, para mantenerlo respirando, su corazón latiendo.
Qué lamentable fueron sus días, cuando Eren no estaba.
Todo el mundo parecía conspirar en su contra para apartarlo. Sin embargo ella lo sabía, no era nadie sino Eren quien se alejaba con peligrosa necesidad.
Sólo a su lado, su ansioso y trémulo corazón se tranquilizaba, respiraba y por fin no se sentía como dar un último aliento pesado, la tormenta paraba. Él era su hogar, su zona de confort, a la cual regresar cuando el mundo se caía a pedazos. Él era su hogar, pero, quizá, algo más.
ESTÁS LEYENDO
Pequeños One-shots Eremika.
FanficCompilación de escritos EREMIKA. Abarca un amplio repertorio de temas, los cuales sacarán de tus ojos lágrimas de felicidad o de tristeza. {***}EREMIKA.