Capítulo 3: Un vecino peculiar

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Ah, no me quiero levantar, pero me estoy muriendo de sed.

-Darrel......- lo llamo con una voz perezosa -Darrel......-

No hay respuesta alguna.

¡Maldita sea! Darrel va a hacer que me levante.

Me levanté lentamente, casi cayéndome de la flojera, pero tenía que ir a tomar agua o de seguro este "pececito" se convertiría en brochetas de pescado secas.

Abrí la puerta torpemente. Realmente me estaba haciendo efecto el cambio de horario.

Caminé hasta la cocina, tomé un vaso y presioné un botón en el dispensador de agua. Permanecí ahí esperando a que se llenara mi vaso, bostecé un par de veces, me pregunto qué horas serían. El dispensador de agua me avisa que mi vaso se lleno cuando éste comienza a derramarse.

-¡Diablos!- dejo de presionar el botón, pongo mi vaso en la esquina de la mesa de marfil, agarro un trapo y limpio el agua en el piso.

Dejo el trapo ahí en el piso y agarro mi vaso. Me tomé el agua de un solo trago. Vuelvo a dejar el vaso en la mesa.

-Darrel...- vuelvo a llamarlo somnolienta.

Voy hasta donde está su habitación.

Abro la puerta.

Está dormido. Maldito flojo.

Qué cómoda se ve su cama, y sus sábanas y esas almohadas.........

Terminé escabulléndome en su cama, enrollándome en sus sábanas, con él a un lado de mí. Necesito conseguirme una cama de agua, ¡ahora!

Mis párpados se sienten muy pesados y, no puedo soportarlo más, me duermo.

~~∞∞~~∞∞

-Elizabeth......-

Gruño.

-Eli-

-Ahorita no joven, no queremos tamales-

Oigo a alguien reírse.

-No son tamales, son empanadas-

Abro mis ojos de forma lenta.

-¿Darrel?-

-¿Quién sino, tú hada madrina?- esboza una sonrisa.

Lo miro de arriba para abajo.

-Qué fea hada madrina-

Me río y él me revuelve el cabello.

-Tengo que salir- me avisa poniéndose una camisa negra encima de su camiseta de tirantes.

-¿A dónde?- pregunto tallándome los ojos.

-Voy al súper, ya casi no hay nada en el refrigerador, y conociéndote......necesitaré un armamento de comida-

Lo golpeo amistosamente con el puño en el hombro, a lo que él responde "ofendido"

-Eres una salvaje- se pone en plan "no me toques, ando delicadito"

-Jaja, cálmate- una idea cruza mi cabeza -¿Me traes un chocolate?- le ruego.

-Nope-

-Ah, ¿por qué?-

-Porque es una mala idea......- se cruza de brazos y me mira seriamente -Nada mejor que......¡UNA BOLSA COMPLETA DE CHOCOLATES!- de repente se puso en una posición de victoria y con sus manos hizo un efecto especial de explosión.

-Realmente te amo-

-Ya me voy, pececito. ¿Tú qué vas a hacer mientras esté afuera?- preguntó mientras se ponía sus tenis.

Mi ángel pelirrojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora