CAPITULO 13

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En la oscuridad de la noche cabalgaban veloz y sin descanso el sonido de los cascos tras de ellas las mantenían alerta.

- Nos están alcanzando ay que darnos prisa – gritaba Maria desesperada

Rocio lloraba sin censar aturdida trataba no quedarse atrás

-María no puedo seguir mucho mas, Ayyy- grito aferrándose al vientre, su prima freno el caballo situándose a su lado

-¿ es el bebe?- exclamo aterrorizada

- creo que si, no voy a poder seguir ayyyyy- maria la ayudo a desmontar acomodándola bajo un árbol ofreciéndole un poco de agua

- Dios mio no nos abandones ahora – rogaba – tranquila todo saldrá bien

- No me mientas, veo el miedo reflejado en tus ojos, descansare un par de minutos y seguiremos el camino tenemos que ponernos a salvo – María observaba los alrededores con detenimiento

-¿Qué sucede? ¿Nos han encontrado?

-No, es solo que creo que Conozco esta zona – dijo María en susurros – al atravesar el rio no muy lejos de aquí se encuentran unas pequeñas cuevas, no puedo creer que nos hallamos desviado tanto del camino. Si conseguimos llegar hasta ellas podríamos atravesar fácilmente las montañas sin ser vistas.

María no le quitaba los ojos de encima a su prima temía que algo malo le sucediera podría ponerse de parto en cualquier momento, tomo aire profundamente tratando de mantener la cabeza fría, ahora lo único que importaba era ponerla salvo .Dios ¿que suerte abría corrido Nicolás? Su grito de dolor todavía resonaba en su cabeza, parecía herido de gravedad y los muchachos ¿que abría sido de ellos? bien sabían que no se rendirían aun que eso significara perder la vida, con el dorso de la mano seco las lagrimas que caían de sus preciosos ojos. No era el momento de llorar ya abría tiempo para eso

-¿Cómo sigues?

-Creo que bien, pongámonos en marcha.

-¿Estás segura?

-No, pero no tenemos muchas más opciones si nos quedamos aquí nos encontraran así que vamos tenemos que encontrar esas cuevas antes de que amanezca.- dijo poniéndose en pie-

-José despertó dolorido apenas podía respirar el dolor era demasiado fuerte , pestañeo un par de veces tratando de enfocar la vista ,despacio se llevo una mano a su ensangrentada cabeza.

-Nicolás , Samuel - dijo acercándose a ellos ,los dos hombres yacían tirados inconscientes en el sucio suelo de la mazmorra el estado de Samuel era lamentable , su hermoso rostro era irreconocible, un charco de sangre bajo Nicolás llamo su atención José se abalanzo sobre el todo lo rápido que su dolorido cuerpo le permitió, no podía estar muerto se negaba a creerlo despacio se arrodillo junto a él y observo su respiración era débil pero todavía respiraba

– Gracias Dios mío, hermano aguanta por favor, no me dejes ahora, te necesito – las lagrimas de José caían sin remedio sobre el pecho de su hermano con cuidado le examino el cuerpo no recordaba a verlo visto caer, ¿de dónde vendría tanta sangre? la escasa luz de las antorchas situadas fuera de la celda no facilitaba la tarea con cuidado de no lastimarlo desbrocho su camisa y pudo ver un corte limpio y profundo entre sus costillas

– Dios - grito,- que no le allá perforado nada – las lagrimas y el sudor recorrían su rostro, el pánico se apodero de él, rápidamente se deshizo de su camisa y presiono la herida con fuerza si no moría a causa de la pérdida de sangre sería un milagro solo dios sabia el tiempo que llevaban inocentes. Samuel despertó debido al grito de su primo, dolorido y confuso, apenas podía respirar la paliza que recibieron fue brutal, como pudo se arrastro hasta llegar junto a ellos.

amor gitanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora