Prologo

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Allí se encontraba otra vez, en el frío suelo de una habitación de hospital esperando que le dieran noticias de aquella persona que ahora estaba luchando por su vida. No podía perderle, si él se iba ya no le quedaría nadie más. Y allí estaba, sostenía su placa rogando a un Dios que no conoció que él estuviera bien.

   "Yo solo quería decir lo mucho que le amo" pensó "No te vallas te lo ruego"

Y así oculto su rostro entre sus piernas. Ya lo le importaba verse débil ante el resto de las personas de la sala. Él no era ese hombre inquebrantable que todo el mundo pensaba. Solo era un niño abandonado y triste.

Y sí, sus pensamientos era egoísta. Pero, no quería que se apagaran la luz de aquellos ojos.

The Light Behind Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora