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XVIII: ¿Murmullos?

¿El rey es gay?

¡No puede tomar el trono!

¡Es una abominación!

¡Un monstruo!

¡Seguro por eso el Rey Moha lo había enviado a Italia!

¡No puede ser Rey!

Los comentarios de mi primo se habían convertido en polémica para la familia que se había alojado en el palacio por unos días. No tardó en filtrarse al reino y aquello no fue una buena impresión para aquellos que eran mis nuevos súbditos. Mi padre vino con sorna a decir en el pueblo que él era el rey legítimo, no yo ¡Un ser no deseado! ¡Un ser gay!

—Baba, baba ¿Que habrías hecho vos?— Murmuré viendo tras la ventana el paisaje.

—¿Su majestad?—Cerre la cortina y miré a Rajk quien estaba atado en la cama y Dannah le había una felacion. Eleve una ceja y asentí para que hablara—¿Por qué no se casa?—Hablo a duras penas y yo fruncí el ceño.

—¿Para que quería yo casarme?—Pregunte con fastidio.

—Asi le calla la boca al reino, una boda sería lo ideal, mi querido Rey—, agrego Dannah sujetando el miembro erecto y mojado de Rajk.

—Seria una estúpidez... No soy gay y si lo fuera, ya habría follado—. Rodee los ojos y me senté en la alfombra cruzando me de pies. Dannah suspiró y volvió a meter la polla en su cavidad bucal. Saboreaba aquel falo grande y jugoso.

Jamás había tenido sexo, aún me conservaba íntegro y aunque tenía ganas de masturbarme un dos por tres, lo hacía una o dos veces por semana en la ducha o mientras veía a Rajk o a Dannah follar o tocarse. Quizás era bisexual, quizás solo me gustaba ver y los coños eran mi debilidad o quizás, solo quizás solo quería estaba conmigo mismo. Bufé llevando mi mano a mis partes y acaricie sofre la suave tela cara que llevaba puesta sobre mi miembro. Este reaccionó de inmediato, metí mi mano dentro de la tela y lo saqué. Un hermoso miembro viril se dejo ver, la punta rojiza como una freza y un tronco blanco y venudo, grande y extenso.

Comencé a masajearlo de arriba a bajo, acaricie mis bolas las cuales había sacado de la tela y jadee. Debía buscarme una esposa. Pero... ¿Quien? ¿Quien sería mi víctima perfecta? ¿Quien aceptaría lo que era? ¿Podría yo amarla realmente? ¿Podría yo amar?

Uno

Dos

Tres

Y cuatro borbotones de semen salpicaron el piso de cerámica. Dannah soltó a Rajk y corrió a lamer el suelo, cuando estuvo limpio me sonrió.

—Ve a correrte, quiero ver como te corres, mientras pienso como acallar esos murmullos—, hable bajo y serio. Ella asintió emocionada por dejarla correrse y corrió al encuentro con la polla de Rajk.

Esto no sería sencillo.

Ll.