No des mucha importancia a la edad de tu cuerpo.
Sé siempre joven y bien dispuesto espiritualmente.
El espíritu no tiene edad.
La mente jamás envejece.
Aunque el cuerpo sufra los síntomas de la edad física, tú puedes conservarte joven y bien dispuesto, ya que esto depende de tu mentalidad positiva.
Procura que la juventud de tu espíritu se irradie a través de tu cuerpo, tengas la edad que tuvieres.
Construye la felicidad sobre bases sólidas.
La felicidad no depende de los otros, sino de nosotros mismos.
Si alguien quiere desviarte del buen camino, no lo acompañes; continúa por el buen camino, pues sólo así conseguirás la alegría para tu corazón.
Estudia todo lo que puedas, escucha los consejos de tus padres, se puro y sincero en tus afectos, porque así continuarás una vida noble y digna.
No rumies tus dificultades y dolores, porque esto perjudica tu salud y provoca enfermedades.
No des a tu cuerpo alimentos nocivos; los pensamientos negativos son alimentos nocivos.
Habla siempre de salud, de progreso y de victoria.
Repite: '' La fuerza habita en mi''
Los buenos pensamientos producen frutos de alegría y aumentan cada día la felicidad.
No juzgues a tu prójimo.
No pienses mal de las personas.
Cuántas veces las apariencias engañan y lo que creemos un error resulta ser la verdad.
No juzgues para no ser juzgado.
Si estuvieses en la situación del otro, tal vez harías peor y no te gustaría que te juzgaran mal.
No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.
Cuando enseñes, no seas arrogante.
Y no olvides que toda la vida hay que aprender.
Aprovecha todas las ocasiones para aprender y no desprecies un buen consejo sólo porque te parece que llega de labios menos capacitados.
Trata de no leer cosas desagradables y tristes, escándalos y desastres.
El hombre es lo que piensa.
Si tú insistes en pensar en el mal, en el dolor, en la enfermedad, los atraerás hacia ti.
Piensa en la salud, energía, en la alegría, en la prosperidad, y tu vida tomará un nuevo rumbo.
Afirma siempre que eres feliz, que los dolores pasan, que la salud mejora cada vez más, y la felicidad llamará a tu puerta.
Y por último ...
¡Lee un poco más!
Aprovecha tu tiempo.
No dejes que la ociosidad alimente tus pensamientos pesimistas, porque estarías perdiendo un tiempo precioso que no recuperarás jamás.
¡Lee un poco más!
La buena lectura alimenta el entendimiento y controla las emociones.
El libro es un amigo discreto que no se impone a nadie, y sólo habla con nosotros cuando tenemos voluntad de hablar con él.
Lee más, y haz del libro tu mejor amigo.