El hombre que amó a Shampoo VII

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**Historia de Dr. Facer, que me permitió subirla aquí.

Ranma ½ y todos sus personajes son propiedad de Viz Comunications y de Rumiko Takahashi.

La saga de Shampoo y Mousse

- Tercera parte -

El hombre que amó a Shampoo.

Episodio 7

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Una vez fuera de la cueva, a Mousse se le permitió finalmente quitarse la venda de los ojos. Parpadeó un par de veces para acostumbrarse a la luz y sonrió. Su ceguera no había empeorado, lo que era bueno, y verdaderamente, disfrutaba poder mirar de nuevo los borrones de colores a su alrededor. Luego de ponerse sus anteojos, el muchacho de mala vista se dirigió a su maestro—. ¿Ahora qué sigue?

—Nada—, respondió Shi—. Has terminado tu entrenamiento, puedes irte si lo deseas.

—¿De verdad?— Dijo Mousse—. Pero no me siento más fuerte que cuando empecé.

—No seas tonto muchacho. Cuando llegaste aquí, te derroté usando sólo la mitad de mi fuerza y ahora, has logrado vencerme. ¿En verdad piensas que no eres más hábil que antes?

—Es sólo que no me siento diferente. Eso es todo.

Shi se sentó en el suelo y encendió su pipa—. Mousse, no verás los resultados de mi entrenamiento hasta que enfrentes a otro en combate, así es como funciona el estilo invidente de pelea Baoliang.

Mousse estaba por responder, pero fue interrumpido por Mei, quien llamó su nombre mientras corría hacia donde él estaba. El joven sonrió y se agachó para poder hablar con la niña.

—¿Qué sucede Mei?

Mei dudó un poco, pero de pronto frunció el ceño—. Mousse, quiero preguntarte algo—, le dijo ella mirándolo fijamente—. ¿Te vas a marchar pronto?

¿Marcharme?— Mousse estaba confundido, esto no era lo que creyó que la niña quería decirle—. Sí, tengo que volver a Japón, pero puedo venir a visitarlos pronto si quieres.

—¡Mientes, vas a ir a buscar a esa loca de cabello verde!— Se quejó Mei, bajando la mirada.

—¿Cabello verde, te refieres a Navel?— Preguntó Mousse.

—¡Sí, a ella, no es justo que nos dejes para ir a ver a esa muchacha grosera!— Le gritó la niña.

—Pero si no voy a ir a buscarla. Iré a darle su merecido a un pervertido Don Juan—, respondió Mousse, preguntándose qué demonios estaba sucediendo.

El muchacho se giró hacia su maestro para ver si podía explicarle lo que estaba sucediendo, pero el anciano estaba fumando su pipa recargado en la entrada de su cueva y no parecía interesado en meterse en ese asunto.

—¡Es mentira, sé que en cuanto salgas de Kai Yuang irás corriendo a la casa de esa muchacha!— Exclamó Mei.

—Pero yo no...— comenzó Mousse, cuando de repente Mei se lanzó hacia él y el muchacho se vio forzado a sostenerla.

—¡No te vayas, Mousse!— Pidió ella— ¡Quédate aquí y podremos ser amigos para siempre!

—¡Mei, ya es suficiente!— Ordenó Sei desde arriba de la cueva, para luego dejarse caer—. Deja a Mousse en paz, ya dijo que tiene qué marcharse.

La hermana menor obedeció y lentamente, se separó de Mousse—. Lo siento.

Si Mousse no había entendido lo que pasaba antes, ahora estaba totalmente confundido—. ¿Qué está sucediendo?

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