Al día siguiente George se levantó de un salto y vio a su gemelo delante suyo con un cubo en sus manos. Efectivamente, le había tirado un cubo lleno de agua fría, por idiota.- Ni se te ocurra quejarte. Tú destrozas a Sam, y yo te jodo la vida. - Dijo con una sonrisa sarcástica antes de que este pudiera quejarse.
El gemelo menor recordó todo lo que había pasado durante la noche y sin decir una palabra, con toda la ropa mojada desapareció a través de la red flu en el piso de Sam.
Antes de poder dar un paso, este cayó al suelo. Lee Jordan le había dado un puñetazo, y bien merecido.
- Vuelve por donde has venido maldito. - Dijo de brazos cruzados.
- Porfavor... necesito hablar con ella.
- No
- Lee-
-No
- Porfa- No acabo su frase cuando vio a la castaña aparecer por el pasillo con los ojos hinchados, un moño mal hecho y con el chándal del día anterior.
Sam vio al pelirrojo y ni siquiera de molesto en echarlo. Sus miradas se cruzaron y sin hacer ni una mueca, la chica se fue directa a la cocina para preparase un café. George la vio en esa situación y no pudo evitar sentirse el peor hombre del mundo, él la había dejado así.
Lee iba a echar a George pero antes de que este pudiera hacerlo, el pelirrojo salió corriendo hacia la cocina.
- Que cojones quieres? - Dijo la castaña de forma seca.
- May, por-
- No me llames así.
A George se le cristalizaron los ojos, nunca le había hablado de esa forma. Parecia que lo único que tuviera dentro era asco y rencor hacia él.
- Sam, porfavor no... lo nuestro no puede acabar aquí.
- Claro que puede, fíjate si puede que ya a terminado.
Esas palabras fueron directas al corazón del pelirrojo. Las palabras que estaba escuchando no podían ser ciertas, no podía perderla y todo por su estupidez. Ni siquiera sabe quién era esa chica.
- Tan solo hablemos, porfavor.
La castaña cerró los ojos y respiró. - Esta bien, habla. - George empezó a hablar
- Cuando te encontré con Lee en aquella situación, lo único que pensé fue en que me habías puesto los cuernos. Salí dispuesto a olvidarme de todo y cuando empecé a beber se me olvidó todo, vi a aquella chica y no pensé, simplemente la lleve a casa... - A Sam se le llenaron los ojos de lágrimas al recordar aquella imagen y esos sonidos. Ahora era su turno de hablar.
- Lee y yo somos mejores amigos y vivimos juntos. No puedes venir aquí, verme durmiendo con él y hacerte tu propia película, porque una relación se basa en la confianza y en el respeto, y yo no e hecho nada para que no confíes en mi. Luego te vas corriendo sin dejar que te explique nada, me paso horas y horas buscándote como una idiota. Cuando no te encuentro voy a tu casa dispuesta a arreglar todo aquel malentendido y veo que no estás, así que decido esperarte durante casi una hora más. Voy a salir del baño cuando escucho a una chica gemir tu nombre, salgo y te veo en-en aquella situación y todo porque eres un idiota que no confía en mí, no voy a perder más mi tiempo contigo. Se acabó.
Las lágrimas empezaron a caer por el rostro de los dos. George sabía que ella tenía la razón pero no podía aceptarlo, esas últimas palabras se repetían en su cabeza, se acabó.
- Sam porfavor, haré lo que sea, lo que sea. - Se puso de rodillas en frente de la chica y le suplicó que le perdonara. Ella lloraba, quería decirle que si, que se olvidaran de todo y volvieran a la normalidad, pero no podía. Estaba cansada de ser pisoteada.
- Se acabó George, vete a casa.
- Tú eres mi casa
Sam no pudo más y subió corriendo hacia su habitación. Sabia que si seguía allí acabaría cayendo ante su pelirrojo, lo acabaría besando y no podía hacer eso.
George no iba a rendirse, se levantó del suelo y fue directo hacia el pasillo para ir hasta tu habitación pero el cuerpo de su amigo no lo permitió. Lee se quedó frente al pasillo de brazos cruzados sin dejar pasar al pelirrojo.
- Vete con Fred o a la madriguera, donde te de la gana, pero vete de aquí, ahora. Voy a escribir a Ginny y Ron para que vengan a ver a su mejor amiga y la ayuden, tú largate de aquí, ahora mismo. Esta sufriendo y no voy a permitir que profundices más en su dolor. Largo o te hecho yo de malas maneras.
Su amigo tenía razón, debía dejar pensar a Sam, así que decidió volver a su apartamento para dejarle un poco de espacio, pero volvería, no la daría por perdida tan fácilmente.
Lee escribió una carta a Ginny explicándole todo, gracias al invento de los gemelos, la carta llegó enseguida, ya que a los 10 minutos, la pelirroja acompañada de Ron ya estaban en la habitación de la castaña.
La encontraron en su cama debajo de las sábanas hecha una bola tumbada en la cama. La levantaron y puso su cabeza en el regazo de Ginny mientras esta le acariciaba el pelo.
No sabían que hacer para calmarla, así que Ron le tarareó aquella canción, como la última vez. Las lágrimas de Sam cesaron y se levanto para quedar sentada en medio de sus dos mejores amigos.
- No llores por una zanahoria. No valemos tanto como tú - Dijo divertido el pelirrojo, provocando una pequeña risa por parte de Sam, la cual fue suficiente para hacer que estos dos sonrieran.
- Te vas a venir con nosotros a la madriguera. - Dijo Ginny con una sonrisa.
- Pe- Las palabras de la castaña fueron cortada de nuevo por la pelirroja.
- Nada de peros! Coje ropa para lo que queda de semana, se que estos dos días no irás a trabajar y ya viene el fin de semana, así que recoge que te vienes con nosotros. Y no aceptamos un no como respuesta.
Sam sonrió como pudo y abrazó a sus dos amigos para empezar a poner algunas cosas en una mochila todos juntos. Ron y Ginny pusieron una canción en la radio muggle de Sam para hacerla bailar y reír mientras recogían. Sin duda, la castaña no sabría que hacer sin ellos dos.
Los amo!
Att: Carla Weasley✨
ESTÁS LEYENDO
Sam (George Weasley) (+18)
FanfictionDespues de hogwarts. Samantha Delacour, una joven de 23 años a la que le rompieron el corazón y se convirtió en una mujer muy trabajadora. Hermana de Fleur y Maddie Delacoure. Dejó de lado el amor hasta que cierto pelirrojo se le cruzó en el camin...