Extendiendo la mano al cielo

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Como vuela el tiempo y si no me recuerdan se me va la onda de que tengo que continuar jajaja. ¡Hola! Deben de agradecerle a kaoru-sakura que si no me jinetea me tardo años en seguir, pero heme aquí cumpliendo mi palabra. Muchas gracias por sus reviews a problemati_k, a Javy 413 y CygnusAra23. Cada vez que leo un lindo cometario ¡me dan ganas de escribir más y más!

Pd. ¿Te acuerdas Kaoru que te dije que tendría que pasar una intervención? ¡Buenooo aquí esta!

¡Que lo disfruten y gracias por apoyarme en esta loca historia!

*-Los personajes le pertenecen a Masashi Kisimoto-*

Edit= Canción: Nightmares - Ellise

Capítulo 4: Extendiendo la mano al cielo

"Le debes una disculpa a tu madre."

Arrojó su móvil hacia la mesa de noche. De todo el mundo que pudo contactarla, el que menos quería saber de su existencia fue el primero en reclamarle. Solo por ser su padre no tenía el derecho de exigirle algo, pues en primer lugar él protagonizaba la razón por la que se peleó con ella. El hecho de que quisiera meterse en sus asuntos le volvía más insoportable su existencia. Incluso fue su culpa que estuviera metida hasta el cuello en el hoyo que se encontraba. Una pisca de desesperación fue suficiente para orillarla a que se expusiera deliberadamente a las garras de ese ente, quien ahora estaba jugando con su vida entre sus dedos. Si tan solo hubiera... Apretó sus párpados deteniendo en seco sus lúgubres pensamientos.

Podía proclamarse como una persona fuerte, pero cuando se trataba de dedicarle oscuros deseos a su progenitor se mordía la lengua. Aunque le doliera admitirlo una parte muy dentro de ella se aliviaba que él siguiera presente. Inhaló profundo, reconociendo que la dirección de sus pensamientos tendía a desviarse. A consecuencia de sus pocas horas de reposo, estaba irritable y estallaba con el más mínimo roce. Haciendo que el último día donde pudo tener un descanso profundo pareciera lejano. Extrañaba no tener que estar al borde siempre para estar atenta por si algo la atacaba o cuando no sentía esa constante incomodidad de la pesada mirada que no la dejaba. Obligándola a que pensara cada detalle de su vida, desgastándose en los "que hubiera" y en los "qué tal si" en vez de permitir que su cerebro estuviese en paz.

...

Antes de que comenzaran sus clases, Temari le susurró a Karin que se encontraba a sus espaldas.

— Oye, ¿recuerdas que me contaste sobre unas pastillas que te ayudaron a dormir mejor? —La pelirroja solo alzó la mirada de su móvil—. Me preguntaba si aún tenías algunas.

La Uzumaki frunció el ceño y entrecerró sus párpados. Era evidente en el rostro de la Sabaku las horas acumuladas de insomnio con las que cargaba. Algo vacilante la observó con los labios torcidos, se resignó con un suspiro y buscó dentro de su mochila.

— Si —de una caja rectangular sacó un blíster que contenía tres pastillas y se las dio a la rubia—. Toma media pastilla, pues es un medicamento muy fuerte. Si has de tomarlo de preferencia que sea en fin de semana para que no te quedes dormida y termines perdiendo clase.

— ¡Gracias! —Exhaló con alivio la de los cansados orbes aquamarina—. ¡Te ganaste el cielo!

La pelirroja sonrió complacida y alzó un hombro.

— Lo sé. Soy lo mejor que te ha pasado —cambió su expresión a una más seria—. Solo no vayas a abusar de eso.

— ¡Prometido!

Tu sombra por tu vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora