Capitulo 10

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La luz de de la ventana de mi habitación se refleja sutilmente en mi rostro, y me despierta antes de que la alarma pueda hacerlo. Quiero levantarme y al mismo tiempo me gustaría quedarme aquí, enrollada en mis suaves y blancas sábanas. Pero se perfectamente que me es imposible hacer campana, principalmente porque mi madre me mataría sin pensárselo y segundo, porque hoy es uno de los mejores días que hay en el curso escolar y ni loca me lo salto. En la fiesta de Emily, no es que digamos que hiciera muchas nuevos amigos, ninguno para ser claros, pero aquí tengo un poco de ilusión, serán estudiantes ejemplares, los de ese instituto siempre lo han sido, he leído mucho sobre ellos, así que no quiero decepcionarme.

Esta vez si, suena mi dichosa alarma que tanto odio y no tardo más de tres minutos en ordenar todo mi cuarto cuando el timbre de mi casa empieza a sonar a lo bestia. Me acerco rápido a a la ventana y veo a Laila perfectamente vestida con vaqueros pegados y una sudadera blanca que le sienta increíble. ¿Para que viene la pedazo de boca chanclas?
Me rasco la nuca.
Laila, es muy, pero que muy despistada con lo que dice, siempre lo ha sido, desde que la conocí y por lo que veo sigue siendo así. Se le va la lengua y lo suelta todo, si se hubiese callado y no hubiese dicho ni una maldita palabra a sus padres, los míos no sabrían nada de esto, al volver a casa me habría inventado cualquier cosa y me habría salido con la mía.
-¡Madison! Dile a tu amiga, que parece el demonio en persona con tanto timbre, que pare , que si vosotras tenéis que ir al instituto, es vuestro problema, ¡Pero yo no tenga la culpa! Quiero dormir. Y si te parece bien, la echas, hola y un adiós y suficiente, estoy cansada de que te visiten tanto, por tu culpa el miércoles no pude venir con mis compañeros de clase a casa, la rubia esa, la Karol tuvo que venir...-grita mi hermana recién levantada y con la mano agarrada a mi puerta
Yo la miro con pánico, ya de por si, Trish tiene un carácter fuerte y dice lo que primero que piensa sin pensar en los demás, pero por la mañana... Es aún peor, da hasta miedo.
-Ahora bajaré, cálmate
Bajo las escaleras haciéndome un moño despeinado para intentar ocultar mi aspecto  horroroso y llegó a la puerta, Laila, sigue picando el timbre, ¡qué paciencia! Estoy casi para entender a mi hermana.
Estoy echa un desastre hasta con el moño, mi pijama infantil de animales azul no ayuda.
Abro la puerta y sonrió falsamente a ella.
-Ay Mad, no sabes lo que he corrido para llegar a tu casa-se detiene para analizarme
-Me tengo que arreglar, si
-Esta genial, todo como he calculado-anuncia pasando por delante de mi y subiendo las escaleras para ir a mi habitación.
Yo la miro con incomprensión y la sigo.
Entró y está abriendo y cerrando: cajones, cajas de zapatos y las puertas de mi armario.
Yo corro para detenerla.
O me relajo sabiendo que esta desordenando todo lo que he ordenado hace minutos o arde en llamas la casa.
-¿¡Para, que haces!?-chillo cogiendo con toda mi fuerza sus muñecas.
Ella sacude la cabeza para arriba y se ve muy satisfecha.
-Me he levantado una hora antes para arreglarme y llegar aquí para cuando te levantases, quiero ayudarte a elegir tu mejor modelito-entona más la voz en la última palabra.
No tenía pensado nada para ponerme hoy, pero  tampoco creía que tenía que ser tan importante la ropa.
-¿Y para eso tienes que desmontar todo?-me tiro rendida a la cama con los brazo abiertos.
-Tenia que buscar entre todas tus cosas, así que si
-¿Y ya lo tienes?
Laila muestra en alto el conjunto y es que aunque lo cuente todo y por poco me funde el timbre, tengo que amarla, me ha echo una combinación perfecta  entre un pantalón negro roto, un top finito marrón claro y lo mejor, el complemento de la chaqueta vaquera negra.
-Póntelo, te peinaré y te maquillaré, tienes suerte de que hoy sea tu "coach"
-¿Y porque? ¿Te ha dado la inspiración con mi ropa?-me echo a reír .
-Es un día especial, mis amigas tienen que ir preciosas-explica muy feliz.
-Guay, déjame 5 minutos y me haces todo lo demás-le digo y se va bajando las escaleras, que  reze para que no se encuentre a mí hermana, si no, no sale viva.
Me dispongo a vestirme cuando algo empieza a sonar, y es mi móvil.
Casi a pata coja con el pantalón subido a medias, sujeto el móvil con una mano y el nombre de "número oculto" que proyecta en la pantalla atrae a toda mi atención. Soy una persona que no hace las cosas a medias, así que aceptaré la llamada para pedir explicaciones por lo que dijo la voz robótica en la fiesta, no tuvo ningún sentido.
La cojo finalmente.
-Mira, para empezar, quiero decir que no es divertido que me estés llamando siempre, segundo, lo de la fiesta, ¿que significaba?-soy la primera en hablar.
-No puedes saber eso, no ha llegado-dice la misma voz robótica que la otra vez.
-¿¡Como que no!?-le grito al teléfono
Se hace un silencio.
-No me cuelgues-dice la voz
Yo pongo los ojos en blanco
-Pues di algo que de verdad tenga coherencia y no las mierdas que sueltas
-La coherencia no siempre es todo, es más captarlo-al acabar de pronunciar la frase termina la llamada y me ha dejado de piedra.
Casi desnuda me planto en el salón con la ropa cogida con la mano donde está mi amiga con todo tipo de maquillaje y planchas para el pelo. Se asusta y se tapa la cara con las dos manos al verme.
-Pero Madison vístete, vas un poco-le acabo la frase: -desnuda, lo se, pero esque tenía que salir de mi cuarto-admito
-Eres más rara-se ríe
-Posiblemente, me voy a vestir al baño-anuncio y me voy, tardo pocos minutos y ya estoy devuelta con Laila.
Me maquilla y me peina a su estilo, natural, el pelo liso me queda bien, igual que mi pelo natural ondulado.
-Mírate en el espejo-ordena Laila
Yo le hago caso y estoy plantada delante del espejo del salón, mi cara demuestra lo que siento por dentro, emoción y admiración por el trabajo de mi amiga, esto me ha echo que me casi olvide de la llamada anterior, era muy tenebroso, ¿que querrá decir con "captarlo"?    -¿Tengo que captar algo?-me digo a mi "yo del espejo" en voz alta.
Al poco, Laila se vuelve hacia mi y trae dos bolsas marrones  típicas del desayuno.
-He preparado el almuerzo, nos lo vamos comiendo en el trayecto, ¡Estoy demasiado emocionada!-exclama entregándome una de las dos pequeñas bolsas.
Mi madre nos despide cuando estamos saliendo por la puerta y yo caigo en que me he olvidado mi mochila, tengo que volver.
-Espérame un segundo, ahora vuelvo-anunció recorriendo toda mi casa.
Entró en mi habitación y la mochila está plantada en la silla blanca. La cojo y mentalmente hago un lista para no olvidarme nada, afortunadamente es lo único que me faltaba.
Mientras bajo, la puerta de la habitación de mis padres está cerrada, mi madre nunca la cierra.
Entró poco a poco para no hacer ruido y esperaba que estuviera mi padre durmiendo, ya que hoy tiene fiesta, pero me llevo una gran sorpresa. ¡Mi padre no está! Busco con la mirada a todas partes con alguna señal, no hay nadie, pero si su teléfono, esto es perfecto.
La voz de Laila me asusta al avisarme de que nos quedan solo 10 minutos
-Ya bajo-no me queda otra
Dejo el móvil donde está y llego donde mi madre y mi amiga me esperan.
-Mama, ¿sabes de papá?-digo cogiendo el pomo de la puerta
-Se ha ido hace nada, mientras estabais por aquí maquillando, ¿pasa algo?-frunce el ceño
-Ah nada, pero me parecía raro que no lo haya visto salir-insisto
-Se ha ido por la puerta de atrás, me ha dicho que no quería molestaros-explica mi madre, ¿mi padre no quiere que le vea? Seguro que se ha ido con Peter, o si no, ya nada tiene sentido.
-Bueno, dejaros las charlas de donde esta quien y demás, ¡que nos tenemos que ir!-murmura Laila metiéndome prisa.
En el coche, puedo sentir la brisa calmada que recorre cada centímetro de mi pelo, acariciando mi rostro suavemente, simplemente el frío que a la vez se siente caliente ya es una sensación que pagaría por sentir siempre.

10 CAJAS CONTANDO LA MIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora