Capítulo 1

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Win Metawin estaba sentado en su coche al ralentí en un lado de la carretera mirando la señal que tenía delante de él.

Bienvenido a Phuket. Población 8653.

¿Cómo había dado su vida la vuelta en tan poco tiempo? Win podía sentir todavía la rigidez de los músculos de su cuerpo mientras trababa de curarse y no pensar en esa fatídica noche de hacía casi una semana.

Gracias a la genética de lobo, la mayoría de las contusiones y cortes se habían curado mientras viajaba. Win sabía que sus heridas interiores tardarían mucho más en borrarse para que él pudiera llevar una vida normal otra vez, y esperaba que haber ido allí, fuera el primer paso.

Gulf había sonado tan feliz con su nueva vida cuando había hablado con él, que esperaba que su amigo lo ayudara a curarse. Eran amigos desde la guardería, cuando Gulf ofreció sus bloques a un tímido e incierto Win, y apenas habían dejado de verse desde entonces. Era por eso que sintió como si hubiera perdido a un hermano cuando Gulf fue expulsado de su manada. Win perdió a su amigo, y realmente lo necesitaba en este momento.

Recorriendo sus temblorosas manos por el pelo, Win trató de reunir el suficiente valor para hacer la llamada telefónica que tenía que hacer. Tomó una respiración profunda, cogió su teléfono y pulsó el botón de marcación rápida de Gulf.

Win escuchó cómo sonaba el teléfono en su oído.

—Win, ¿cómo estás amigo? —Oyó la voz de su mejor amigo tan pronto como conectó el teléfono.

—Gulf. —No podía conseguir que nada más saliera de su boca. Sabía que Gulf se preocuparía si no se rehacía pronto.

—Hey. ¿Qué pasa? ¿Estás bien? —Gulf lo conocía bien. Aún después de no haberse visto durante semanas, podía decir si había algo malo con Win.

Win controló rápidamente sus nervios y se metió de lleno en el motivo de su llamada.

—Sí hombre, estoy bien. Oye mira, ¿la oferta de visitarte sigue en pie? —preguntó Win. Sabía que era mucho pedir, ya que Gulf estaba recién acoplado y eso, pero no sabía dónde ir y necesitaba justamente a su amigo.

—Espera. Voy a asegurarme que está bien con los chicos. —Joder. Win había olvidado que Gulf estaba viviendo con Mew y sus tres hermanos.

Empezó a temblar pensando en estar cerca de tantos hombres. Win podía oír de fondo la voz ahogada de Gulf hablando con los otros chicos. Lo que le pareció una eternidad después, Gulf volvió a hablar con él.

—Claro hombre. ¿Cuándo estarás aquí?

—Umm. Estoy en los límites de la ciudad ahora — Win respondió vacilante.

—¿Qué? Mierda Win, ¿qué diablos pasó? —Win sabía que Gulf iba a flipar cuando se enterara, y realmente no estaba preparado para hablar de todo lo que le había pasado todavía.

—Te lo diré cuando llegue allí. —Sabía que probablemente no era lo que Gulf quería oír, pero era lo único que podía hacer por ahora, estaba al borde de las lágrimas, y aguantando todo lo que podía para no romperse.

—De acuerdo.

Después de que Gulf le diera instrucciones sobre cómo llegar a la casa de Mew, Win colgó. Tomó una profunda respiración, podía sentir las lágrimas comenzar a acumularse en la esquina de sus ojos.

«Mierda, vamos hombre puedes romperte más tarde».

Win estaba detenido al lado de la carretera tratando de armarse de valor para iniciar el corto trayecto que tenía por delante para llegar hasta su amigo. Cinco minutos más tarde, estaba finalmente listo para salir. Se limpió la cara para tratar de eliminar la prueba de sus lágrimas, pero sabía que probablemente no tendría éxito. Le dio al encendido y salió a la carretera.

Compañero Determinado (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora